A por ellos: La nave nodriza del estilo
La llegada de la nave nodriza de nuestro estilo nos obliga a volver a realizar un concienzudo análisis sobre si nos encontramos en el camino correcto. Yo tengo mis dudas. El artículo más comentado en los medios esta semana, además por pura lógica dada su gran calidad, ha sido la entrevista de Xavi Hernández en El País. Estoy muy de acuerdo con la mayoría de las reflexiones del exazulgrana. Es más, hasta me identifico con gran parte de sus opiniones. Salvo una, que me temo es la más importante, la de su percepción o interpretación de jugar “bien al fútbol”. Desde hace unos años, parece que al fútbol solo juega bien el Barcelona y, por extensión y masiva influencia, la selección española. La polémica la hemos estado viendo desde la barrera hasta que, cuando se fichó a Eusebio, nos metimos de lleno en una nueva era basada en el fútbol que estila y exporta La Masía azulgrana.
El fútbol como concepto. Llegados a este punto, a mí me gusta simplificar. Yo lo veo así. Me parece bien y me enorgullece que sea la Real la que proponga de inicio en todos sus encuentros. Es fiel a su forma de jugar y trata de imponerla sea quien sea su adversario. Hasta aquí creo que a la gran mayoría nos gusta el plan de Eusebio. Pero el fútbol es acción-reacción. Como reconoció el propio entrenador el pasado verano, “vamos a tener que reinventarnos porque los rivales ya saben cómo jugamos”. Una frase que adquiere una especial relevancia y le pone en evidencia hoy en día, por su incomprensible inacción durante todos estos meses de temporada que llevamos. Los técnicos rivales, como Asier Garitano, que se las sabe todas, conocen perfectamente cómo anular el plan txuri-urdin y proponen otra estrategia que actúa de kriptonita para la Real. Para mí un partido es como un combate de boxeo. Yo pego, tú pegas, yo pego, tú pegas... Y el gran problema es que llevamos demasiadas jornadas anclados en este punto. A Eusebio le han cogido la matrícula y ahora que le toca mover ficha, está bloqueado. No se le ocurre nada, más que insistir en su estilo. Insisto, soy bastante básico en esto, pero este juego consiste, con perdón, en putear al contrario (siempre he defendido que el deporte que más violencia televisiva genera es el tenis: cuatro horas con un individuo intentando fastidiar al que tú quieres que gane; acabas odiándole. Lo sé, muy loco).
Pero cuidado, además de no poseer la calidad individual de los azulgrana, hay dos cuestiones que no estamos cumpliendo pese a tratar de copiar su hoja de ruta. Si nos preguntan en qué consiste la propuesta de Eusebio, todos coincidimos en un esquema 4-3-3, con control de la posesión y presión arriba. ¿Han visto los partidos del Barcelona este año? Presionan como lobos la salida del balón y cuando lo pierden para recuperarlo en posiciones muy avanzadas. Es la mejor manera para sorprender a tu adversario descolocado. ¿Dónde se habrá quedado la presión adelantada de la Real? La hemos perdido durante su decadente trayectoria. Y otra cuestión. Estuve viendo el clásico en el Bernabéu y me sorprendió la cantidad de veces que jugó en largo Stegen buscando a Paulinho y Messi (obligatorio pasarle casi siempre). Cada vez que lo hacía, me acordaba de Eusebio y de Rulli, un portero que, al contrario que el alemán, no encaja en este estilo y sufre, claro. Xavi confirmó mis sospechas, Eusebio se debió perder alguna clase de Cruyff o Guardiola: “Messi e Iniesta te atraen hasta que haya uno libre. ¿Qué no te sale nadie? Vamos a jugar. Lo hemos trabajado desde niños. A saber dónde está el espacio y dónde el hombre libre. Hasta Ter Stegen lo sabe. Ter Stegen se entrena para eso. Ese saque largo bombeado que hace y dices la ha tirado. No la ha tirado. El Bayern cuando vino al Camp Nou nos hizo marcaje individual y dejó a Ter Stegen solo. Y Ter Stegen le daba el pase a Luis Suarez y eran tres contra tres”. Si hasta comenta que Guardiola entrenaba los saques de banda defensivos, un viejo caballo de batalla mío, tal y como pueden reconocer por mi insistencia los que ven los duelos de la Real conmigo.
Como solía decir Javier Aguirre, en una máxima que deben conocer todos los entrenadores: “A los técnicos no nos echan ni la prensa ni la afición, nos echan los resultados. Si ganas y ganas, sigues; si pierdes y pierdes, adiós”. Y en estas, en el peor momento de Eusebio, llega el Barcelona en versión arrolladora. Como no podía ser de otra manera, las corrientes más pesimistas y negativas recorren sin freno las calles guipuzcoanas esta semana. Qué quieren que les diga, aquí han caído los dos mejores Barcelonas de la historia, campeones de todo, y ante Reales mucho peores que la actual. Cada vez que viene hemos pensado que este año nos iba a caer la del pulpo, y llevamos siete sin perder. Si de algo nos sentimos orgullosos los realzales es del récord de imbatibilidad (corre más peligro del que se piensa) y de esta insperada racha ante el equipo de Messi. Casi nada. Dos motivos para volver a ganar y devolvernos la ilusión que nos han ido arrebatando. Estamos más deseosos que nunca de apoyaros, animaros y celebrar junto a vosotros otro éxito de talla mundial. Porque ganéis, empatéis o perdáis, los txuri-urdin sois los nuestros. Hoy no importa la táctica, con poner el alma nos conformamos. Y sí, nos lo habéis demostrado, se puede. Vosotros podéis. ¡A por ellos!