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Trece minutos de epílogo

DESPEDIDA Vela dijo adiós a la Real jugando el tramo final del partido, marcando un gol y recibiendo el cariño de una hinchada con memoria

Trece minutos de epílogo

Donostia - La afición de la Real demostró anoche en Anoeta que tiene memoria y despidió con cariño a un Carlos Vela de irregular trayectoria en el club durante seis años y medio. Las dos últimas temporadas del maya, marcadas también por una rebelde lesión de menisco, no se han desarrollado como todos los estamentos del club, hinchada incluida, habrían deseado. Pero el balance global de su estancia en Donostia resulta más que positivo, y así se le supo reconocer ayer.

Los protocolos de la entidad exigen diez años de estancia en la institución para llevar a cabo homenajes como los recientemente recibidos por Aranburu, Ansotegi o Mikel González. Por ello, no hubo entrega de insignia por parte de Aperribay en unos prolegómenos donde Vela fue pese a todo protagonista. Con su hijo Romeo y su pareja Saioa, vestido de txuri-urdin pese a ser suplente, el mexicano recibió el calor de la grada y se fotografió con el plantel. El “Eskerrik asko” que lució la enorme pancarta desplegada por un sector de la hinchada lo decía todo.

La propia Real había llamado además a los seguidores a un reconocimiento durante el minuto once de partido. Los hinchas, mediante sus teléfonos móviles y unos motivos luminosos distribuidos a tal efecto, se despidieron de una forma muy particular del mexicano, quien asistió a la escena conmovido desde el banquillo.

Le llegaría luego el momento de corresponder al saludo pisando por ultima vez el césped de Anoeta. Eusebio le dio entrada en el minuto 77 en sustitución de Canales, y le fue suficiente para marcar un gol. Fueron los últimos aplausos ordinarios, de hincha a futbolista en acción, de una parroquia que siempre recordará los slaloms del bombardero maya, en especial aquel que certificó el billete para la liguilla de la Champions en agosto de 2013, contra el Lyon. Fue la obra maestra de un jugador que desde hoy mismo se debe al Los Angeles Football Club.