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“A partir del jueves la Real tendrá un aficionado más en Carlos Vela”

Siete años después, Vela, su mejor jugador de la década, deja la Real. Lo hace por la puerta de atrás y en una entrevista oficialista en la página web del club

“A partir del jueves la Real tendrá un aficionado más en Carlos Vela”

-De momento, todavía no. Estoy muy tranquilo, como que no me doy cuenta de que es el último partido, los últimos días con la Real, pero creo que en ese momento sí que será emocionante. Todos los recuerdos en un partido serán muy bonitos, pero también es muy complicado siempre el decir adiós; un final de algo, te deja marcado y va a ser especial.

¿Qué balance hace de todos estos años?

-Igual no lo expreso de cara a la gente o a todo el mundo, pero claro que por dentro siento mucho. Son muchos años aquí, convivir con los mismos, hacer muchas amistades, vivir muchos momentos muy buenos con el equipo... Pero lo que más me llevo es eso, lo que va después del fútbol, todo lo bonito que me ha pasado en estos cinco o seis años, ya perdí la cuenta. Es algo muy bonito y, por más que seas frío o duro, siempre te toca y siempre vas a sentir cosas bonitas que no pasan todos los días. Al ser así es más complicado llegar a sentir lo que siento por dejar este club.

¿Se imaginaba pasar tantas temporadas cuando fichó?

-Si te soy sincero, y el otro día hablé con Jokin (Aperribay) del tema, me imaginaba uno o dos años como mucho aquí. Más por cómo iba mi carrera, mi vida, que era un año aquí y ya lo exprimía, lo disfrutaba al máximo, y cambiaba. Era la costumbre que tenía de vida. Luego ya fue venir aquí, sentirme cómodo, la gente me recibió de una manera increíble y pensé por qué cambiar si estoy tan bien. Empecé a ver cosas que no me habían pasado, empecé a sentir cosas que no había sentido en otros lados y fue un no quiero dejar esto. Después viene todo lo bonito que es tener una familia, un niño, una novia, muchos amigos... La verdad es que ha sido la mejor decisión que he tomado quedarme en San Sebastián.

¿Le costó adaptarse?

-Creo que en general la cultura vasca es más cerrada, es complicado entrar. Al principio sí notaba que me recibían muy educados, muy bien, pero no entraba del todo. Me costó tiempo el ganarme la confianza de la gente, pero a partir de ahí fue darme todo. Creo que es complicado que te acepten y no a cualquiera le aceptan, pero, una vez que entras en su círculo o en su zona de confianza y eres alguien que les aporta o les caes bien, cambia todo. Creo que ahí fue cuando realmente me di cuenta de que quería estar aquí y de que era el lugar más adecuado para poder seguir mi carrera deportiva y también mi vida, para poder madurar, para poder aprender mucho de gente como ellos. Y mira todo lo que me ha pasado.

¿Con qué momento se queda de todo este tiempo?

-Es complicado quedarte con uno. Así, de primeras, es muy difícil. Cuando te pasan cosas malas, me las llevo también. En cualquier relación siempre hay momentos malos... en tu casa, con tu novia, en tu familia, vas a tener momentos malos, de bajón, donde te van peor las cosas, donde te van mejor... Pero eso es lo que te hace ser mejor, querer más algo o más a alguien. Cuando ves que en los momentos malos siguen contigo, te siguen apoyando, siguen confiando en ti... Cuando viene lo bueno es cuando valoras y dices, tuve que pasar esto para llegar a lo otro. Me llevo todo. No voy a olvidar nada de aquí. Ni los momentos malos, ni las liadas que hice, ni las cosas buenas, obviamente. Pero lo que más me llevo es llegar a un equipo que cuando me intentó fichar era queremos salvarnos, nuestro objetivo es no sufrir, intentar estar ahí, y me voy de un equipo en el que si no entras en Europa es un fracaso. Ese cambio que hemos dado o que he ayudado a dar hace que sea muy especial el irme de aquí, porque lo dejo en la zona de arriba y tiene mucho futuro para seguir luchando por cosas bonitas. Me llena de satisfacción decir que fui parte de todo esto.

¿Qué se lleva?

-Me llevo mil cosas. Lo primero es una novia vasca y un hijo vasco. Eso ya, para mí, marca mucho tu vida. Aquí empezó toda mi vida familiar. Que haya pasado todo aquí, donde me rodeé de gente que me trató increíble y me tratará increíble, porque sé que volveré, que seguiremos en contacto, que no me voy a desentender tan fácil porque me van a ir a buscar seguramente y tendremos la misma amistad que tengo ahorita con ellos, pero no hay ninguna queja. Ni la ciudad, donde disfruté, me divertí, comí increíble, ciudad increíble de bonita... Lo tiene todo para decir que fueron de los mejores años de mi vida.

¿Cuándo decidió que se marchaba en este mercado de invierno?

-Llevaba tiempo con las ganas de probar una aventura nueva, de estar cerca de mi país, donde mi familia puede venir más seguido y yo puedo ir más seguido a mi casa. Siempre me ha llamado mucho la atención cómo viven, cómo dejan vivir a la persona de al lado, cómo se toman la filosofía del fútbol y en general de todos los deportes, y siempre ha sido un país en el que he tenido ganas de vivir. Yo sabía que tarde o temprano iba a probar a vivir en Estados Unidos, a trabajar ahí, y llegó el momento. Es la ciudad adecuada, el proyecto que estaba esperando. Aquí también llevaba tiempo pensando que necesito cambiar, ya he dado todo por el equipo y creo que a todos nos va a venir bien un cambio. Y por eso tomé la decisión en este momento.

¿Cómo quiere marcharse?

-Ojalá pueda despedirme con un triunfo en Anoeta, donde pueda disfrutar del último día con la afición, con mis compañeros y de buena manera, pero, pase lo que pase el miércoles -por mañana-, no empañará estos seis años. Me da igual el resultado, el partido, si juego o no juego, si juego bien o juego mal... Obviamente, quiero lo mejor y quiero que sea por la puerta grande, pero es algo que ya tengo marcado y que no va a cambiar lo que pase el miércoles.

¿Cómo le explicará a su hijo lo que es la Real?

-Quiero traerlo para que vea qué es la Real, para que pueda conocer qué es lo que he vivido aquí, dónde jugaba, dónde entrenaba, con quién me relacionaba, y poder así intentar expresar lo que realmente fue, porque al final con palabras es difícil expresar lo bonito que fue todo. Tiene que vivirlo y que, por lo menos, pueda sentir lo que yo sentí y pueda imaginar lo bonito que lo pasé aquí y lo mucho que disfruté.

¿Cuál es su despedida de la afición txuri-urdin?

-A la afición, simplemente quiero decirle que, de todo corazón, muchas gracias por todo, por estar ahí en los buenos y en los malos momentos y que llevan un lugar en mi corazón para siempre. Que esto es un hasta luego, que no va a ser la última vez que nos veamos. Y que ojalá puedan seguir disfrutando de la Real y seguir disfrutando de Carlos Vela, aunque sea en la distancia. Les guardo mucho cariño y aquí tienen un aficionado más a partir del jueves, y esperemos que acabemos bien y el miércoles ahí los quiero ver por última vez. - R.S.