donostia - Si todo transcurre dentro de unos cauces mínimamente previstos y normales, Gerónimo Rulli firmará esta semana su nuevo contrato y se convertirá en jugador de la Real hasta 2022. Esto, claro está, si no vuelve a torcerse una negociación con demasiados interlocutores y figuras interesadas con privilegios incluidos que, por tercer año, se está alargando bastante más de lo previsto, sobre todo si se tiene en cuenta que todas las condiciones del acuerdo están pactadas desde hace ya varias semanas.

El último fleco que quedaba por solventar era el de la redacción del contrato, algo que habitualmente no conlleva ningún problema pero que, en el caso de Rulli y sobre todo del fondo de inversión propietario de sus derechos, se ha solido complicar. Al parecer, en cuanto los devuelvan firmados, la Real tendrá luz verde para hacer oficial la contratación del argentino y, probablemente, dada lo importancia de la inversión (quinta más cara en la historia), presentarlo como nuevo jugador txuri-urdin para los próximos seis cursos.

Rulli, que ha estado disfrutando de unos días de vacaciones en Las Bahamas, se desplazará en las próximas horas vía Estados Unidos, mientras que su agente, Facundo Fraga tomará un avión en Buenos Aires. La intención de Aperribay era poder presentar al futbolista en Anoeta mucho antes, pero finalmente se va a tener que conformar con organizarlo esta semana. Lo cierto es que se había quedado con poco margen de maniobra al no poder hacerlo antes de la boda de Sergio Canales celebrada en pasado 4 de junio en Ibiza, ya que el meta no tenía programado regresar a Donostia antes de marcharse para disfrutar de unos días de asueto.

El próximo lunes 27 se incorporará a la disciplina de la selección argentina que disputará los Juegos Olímpicos de Brasil entre el 5 y el 21 de agosto. Este era el requisito indispensable que había pactado Rulli con la Real antes de que se iniciaran las conversaciones para sellar su fichaje de forma definitiva. No hay que olvidar que la clave de su continuidad ha sido su inapelable voluntad de seguir defendiendo la txuri-urdin pese a que el Manchester City, que tiene prioridad al ser socio en varios negocios, había comunicado al fondo propietario del Maldonado que estaba dispuesto a abonar los diez millones en los que está fijada su cláusula.

En vista de la posición de fuerza del futbolista, que no estaba dispuesto a que le traspasaran sin tener en cuenta su voluntad, sus dueños accedieron a negociar con la Real, con la que han acordado un traspaso de siete millones de euros. Eso sí, a partir del tercer año, cada verano, si la Real no le vende, tendrá que pagarle otro millón que en tres campañas puede alcanzar una cifra total de los mismos diez millones que estaba dispuesto a abonar el club citizen. Esto no hace más que poner de relieve que tanto la Real como sus agentes no descartan la opción de que pueda ser traspasado antes de cumplir su contrato en Anoeta en el caso de que mantenga la línea de progresión que ha protagonizado hasta ahora. Como ya informó este periódico, la Real presionó al fondo y a sus representantes para que acelerará la rúbrica de la operación con el hecho de contar con un plan b, mucho más barato y que les ofrecía garantías. Lo malo es que no podían demorarse si no querían perderlo.

En la terna de candidatos estaba Oier Olazabal, que si viene Rulli no volverá a la Real y que, a la espera de que el Granada le explique los planes que tiene con los dos años de contrato que tiene firmados, ya cuenta con ofertas de Osasuna y Leganés. Toño Ramírez se perfila como el segundo portero y Ander Bardají, como el tercero.