donostia - A lo largo de la temporada han sido muchas las ocasiones en las que se ha echado en falta un verdadero ejercicio de autocrítica en la Real. En varios momentos duros, desde Anoeta ha emanado un mensaje plagado de excusas que no parecía ayudar a que el club elaborase una evaluación de daños para poder localizar los problemas y tratar de solucionarlos. Por citar un ejemplo, y pese a que, una vez más, los fichajes y el equipo no han respondido a las expectativas generadas, Jokin Aperribay ha continuado defendiendo a capa y espada, y en cada una de sus comparecencias públicas al máximo responsable deportivo de la entidad, Lorenzo Juarros.

El caso es que la designación de Roberto Olabe es la mejor demostración de que, aunque fuese de forma interna, en las oficinas de Anoeta se habían dado cuenta y eran conscientes de que algo no funcionaba cuando el equipo ha encadenado dos campañas con una trayectoria tan descendente como decadente. Lo que está claro es que, una vez más, el mensaje no se corresponde ni con la realidad ni con sus propias decisiones, algo que se ha convertido en una mala costumbre en la Real y que pone en evidencia la poca seriedad de las comparencias públicas de sus gestores.

Loren ha estado a punto de convertirse en el director deportivo más longevo en un conjunto de la Liga. El excapitán ascendió a su cargo con la llegada de Aperribay a la presidencia en diciembre de 2009. Solo había dos técnicos que llevaban más tiempo en su mismo cargo, Monchi en el Sevilla -desde 2001- y Felipe Miñambres en el Rayo -desde 2007-, entidad que acaba de abandonar para recalar en el Celta. Ambos eran venerados por sus respectivas aficiones, algo que no sucede con Loren, pese a su destacable pasado como jugador txuri-urdin.

decisión La sensación es que la Real estaba estancada y a Aperribay no le ha temblado el pulso para volver a contratar a Olabe. El presidente siempre ha manifestado que le parecía un hombre válido para el club donostiarra. Pese a que hizo muchos regates durante la rueda de prensa para aclararlo -algo que no deja de ser sorprendente cuando se lanzan a una apuesta de semejante calibre-, finalmente el debarra no tuvo más remedio que confirmar que será el máximo responsable en las decisiones deportivas desde el mes de septiembre.

Este será el primer problema, ya que Olabe aterrizará en la entidad cuando justo acabe de arrancar un proyecto deportivo en el que, en teoría, no habrá tomado decisiones. Pero a nadie se le escapa que ha estado informado de todo lo que sucede en Zubieta desde que se marchó en 2005 al contar con muchas personas de confianza que han permanecido en el club.

Uno de los pesos pesados del vestuario con el que se encontró en el primer equipo destacó ayer a este periódico que “lo más importante es que es un técnico que domina la metodología, un apartado que no se ha trabajado bien en los últimos años en la cantera, en la que cada entrenador tenía su librillo”. Los que han trabajado con él en los últimos años destacan sus métodos modernos y la digitalización que ha realizado del trabajo de sus futbolistas. Habrá que ver si la Real le deja tanta manga ancha para invertir en maquinaria, como la que ha tenido a su alcance en Catar.

Una de las críticas que más ha recibido la estructura deportiva es la de estar acomodada y poco exigida. Dos condiciones que van a cambiar de forma radical, ya que Olabe va a agitar y mucho el árbol de Zubieta.