donostia - Gerónimo Rulli fue el protagonista de un reportaje de la cadena 90/24 Sports. El meta y su novia, Rocío Espósito, abrieron las puertas a las cámaras de su casa en la que han vivido estos dos últimos años y que van a abandonar próximamente para mudarse a otro apartamento también en la ciudad. Una de las primeras cosas en la que repararon fue en la colección de premios que luce en una mesa: “Guardo todos los premios que me dan y todos son lindos. El último es el que gané tras el partido ante el Barcelona, en el que la UEFA me premió como el mejor portero de la semana. También me hizo mucha ilusión el premio que otorga la afición con sus votos al mejor futbolista de la temporada”.

El argentino es un hombre feliz con su próximo fichaje por la Real, que por fin se hará con sus servicios en propiedad, pero los inicios no fueron fáciles: “Cuando llegué a San Sebastián todo era nuevo para mí. Salía por primera vez de mi casa, de mi ciudad y al principio me costó mucho estar lejos de mis amigos y el aprender a mantener una relación a distancia con mi familia o con mi novia. Fueron unos primeros días duros. Por suerte, me encontré con un grupo de amigos increíble acá. Estuvieron muy cerca mío siempre y estoy muy feliz de haberlos conocido, de jugar en la Real y de estar en esta ciudad”.

A la hora de hablar de sus metas, sus pretensiones son muy ambiciosas: “Estoy en la mitad de mis sueños. Pude debutar con Estudiantes, jugué más de 50 partidos, me vine a Europa, que eran objetivos de chico y los estoy cumpliendo. De mayor quiero ser campeón del mundo con Argentina; sería lo más grande y lo que más anhelo. Trabajo para que llegue ese momento. Todavía estoy empezando. Aunque estoy dando pasos grandes, soy consciente de que esto recién comienza y todavía falta lo mejor por llegar”.

Su novia, Rocío Espósito, explicó cuáles son las virtudes que más le gustan del portero: “Una de las cosas que más valoro de él es que es muy perseverante y perfeccionista. Eso me gusta mucho”. Además, explicó lo mal que le sienta perder encuentros: “Llega a casa y hay que dejarle su tiempo, porque si intentas levantarle el ánimo no va a funcionar la cosa. Al cabo de un rato empieza a preguntarte cosas o decirte algo, y es cuando puedes empezar a ayudarle a recuperarse”. - M.R.