donostia - Eusebio Sacristán ha dejado claro a la dirección deportiva que para la temporada que viene quiere una plantilla corta. Su intención es no ocupar todas las fichas del primer equipo y disponer de unos cuantos jugadores del filial para que se entrenen habitualmente a sus órdenes y puedan jugar con cualquiera de los dos conjuntos cada fin de semana. Es decir, que tengan dorsal por encima del 25, como esta campaña Aritz Elustondo y Mikel Oyarzabal, y que luego dispongan de las mismas opciones que el resto de ganarse entre semana un hueco en las convocatorias.

En el tramo final del campeonato, sobre todo desde que se produjo la plaga de lesiones, han sido varios los jugadores del Sanse que han sido convocados habitualmente por Eusebio para ejercitarse con ellos y que luego han vuelto a con sus compañeros al servicio de Imanol Alguacil. Son los casos de Bardají, Odriozola, Ugarte, Babic, Zubeldia, Capilla y Bautista, además de los ya citados, que lograron consolidarse incluso en el once. Ese es precisamente el espejo en el que pretenden que se fije el grupo de canteranos que esté el próximo curso entre el primer equipo y el filial. Hay que tener en cuenta también que habrá alguno que salga cedido a un equipo de Segunda o incluso de Primera.

No hay que olvidar que la Real adquirió un compromiso en la negociación por el traspaso de Jonathas con el Elche para prestarle jugadores que no ha cumplido. O que el Alavés, que tiene un pie en Primera, se quejó el pasado verano de que la Real no le ayudaba. Solo por poner dos ejemplos.

Después de la criba que se ha producido para viajar a la gira, en estos momentos, incluyendo a Elustondo y Oyarzabal, el lasecano cuenta con 20 futbolistas con contrato en vigor en su plantilla para el siguiente curso. Ya no están ninguno de los dos metas de esta campaña, Diego Reyes ni Bruma. A los 20 hay que sumarles Juanmi, que será el primer fichaje en cerrarse, y, si no sucede ningún imprevisto, Rulli, que seguirá siendo el meta titular de la Real los próximos años aunque ya en propiedad. A esta pareja hay que añadir a otro portero que llegaría como teórico suplente del argentino y los otros refuerzos que afronte la dirección deportiva, entre los que podría encontrarse un delantero centro, si se marcha Jonathas, y, probablemente, un centrocampista de recorrido y con buen físico o polivalente, al estilo de Diego Reyes.

Si la intención de Eusebio es trabajar con una plantilla de 21 o 22 futbolistas, las cuentas están claras y van a tener que salir varios jugadores con años firmados con la entidad txuri-urdin. Es complicado aventurarse a señalar nombres, pero todo parece indicar que De la Bella tiene muchas papeletas para marcharse siete años después de su llegada. Incluso se lo podría haber confirmado ya Eusebio, que no se puede decir que no sea consecuente con sus decisiones en este caso, ya que ha contado bastante poco con el catalán pese a que cuando ha jugado, sobre todo en esta recta final, ha cumplido con nota.

En el lateral derecho también se perfila una salida y el que más opciones tiene es Carlos Martínez. Pese a que las pocas veces que ha estado en plenitud de condiciones ha jugado, el navarro lleva dos años sin alcanzar una mínima continuidad por sus continuos problemas físicos.

A partir de ahí, hay más futbolistas que van a tener que hacer las maletas, aunque todavía no lo saben. Granero es otro de los futbolistas señalados, al ser uno de los mejor pagados y no haber rendido como se esperaba. El madrileño, que es feliz en Donostia, ya estuvo a punto de salir el pasado verano cuando llegó Illarra. Y luego están las patatas calientes de Jonathas y de Vela, a los que el club ya ha puesto en el mercado, pese a que no hay que descartar todavía su continuidad.

Por último, tampoco se puede olvidar que el club debe definir la situación de los cedidos Jon Gaztañaga, Pablo Hervías, David Concha y Alain Oiartzun. Mucho trabajo por hacer a la vuelta de la gira americana...