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Epílogo esperanzador

victoria la real ganó su último duelo liguero en casa por primera vez desde 2012, un año antes de ser cuarta

Epílogo esperanzador

donostia - Aún falta un partido fuera de casa. En Anoeta, ninguno. Se acerca la hora de los balances, y no cabe duda alguna de que la temporada de la Real no ha sido buena. A la hora de buscar noticias esperanzadoras, solo existe la opción de centrarse en dos aspectos. Por un lado, la aparición y posterior confirmación de futbolistas jóvenes y formados en Zubieta como Aritz Elustondo y Mikel Oyarzabal. Y, por otra parte, la victoria de ayer al menos sirve para encarrilar una estadística que invita al optimismo y cuya incidencia se había resaltado durante los días previos al encuentro. Cerrar bien la campaña en casa suele ser sinónimo de éxitos futuros, y los de Eusebio se encargaron ayer de sembrar ganando al Rayo Vallecano.

Las últimas despedidas ante la afición realista no habían resultado muy positivas. La del año pasado resultó muy dolorosa, porque supuso encajar un contundente 0-3 ante el Granada. Y la de hace dos cursos también escoció, al obligar al equipo a afrontar una ronda previa adicional para entrar en la fase de grupos de la Europa League. El equipo de Jagoba Arrasate se jugó la sexta plaza en la última jornada ante el Villarreal en Anoeta, cayendo 0-2 y generando un caldo de cultivo peligroso para lo que vendría después. Y también resultó frustrante el 3-3 frente al Real Madrid de la campaña de la cuarta plaza, ya que esta voló momentáneamente a solo una jornada para el final del campeonato por culpa de la igualada.

triunfo ante el valencia Antes de lo vivido ayer ante el Rayo, para dar con la última victoria realista en la despedida de Anoeta había que remontarse hasta mayo de 2012, hace cuatro años. Entonces, la primera temporada de Philippe Montanier al frente del equipo concluyó con una victoria en Donostia contra el Valencia (1-0, gol de Griezmann), en lo que supuso también la despedida de Mikel Aranburu al decidir el capitán azpeitiarra colgar las botas. Apenas doce meses después, la Real celebraba su clasificación para la ronda previa de la Liga de Campeones.

Habrá que agarrase a ello y al 2-1 conseguido ayer en Anoeta para confiar en una buena temporada próxima. La frialdad de las estadísticas sirve para dar un toque de optimismo a un panorama que ofrece tantas luces como sombras. Y es que Aperribay y el propio Eusebio han insistido esta semana acerca de la “buena base” existente en el plantel, una circunstancia tan cierta como lo es el hecho de que el grupo requiere de movimientos que deben elevarse a una categoría superior a la de simples retoques. Los canteranos llaman a la puerta con fuerza, pero aderezar esa base con refuerzos que marquen la diferencia exige un mayor acierto.