donostia - Con Vela, y con 17 más. La Real viajó ayer a Vigo con el objetivo de subirse al que podemos considerar último tren europeo de la temporada. La última oportunidad de engancharse a la pelea. En Balaídos espera el Celta, inquilino de una séptima plaza que apunta a tener premio. Si los txuri-urdin no ganan, quedarán al menos a siete puntos (diez en caso de derrota) de los gallegos, y perderán además el average particular. Si vencen, en cambio, se acercarán a solo cuatro, y se asegurarán de forma extraoficial aventajar a los de Berizzo en caso de igualada en la tabla. Los celestes ganaron en Anoeta (2-3), cierto, pero su mal balance general de goles marcados y recibidos (negativo en once dianas) convierte un éxito guipuzcoano esta tarde en algo cercano a la garantía de sumar algo más que tres puntos.

Hasta ahí el análisis numérico y estadístico de la situación, ese que obliga a la Real a apurar sus cartuchos para estar el próximo verano en el bombo europeo. El análisis futbolístico, el de las sensaciones, dice sin embargo que el equipo, dentro de su innegable línea ascendente, se está mostrando también muy irregular. Dice igualmente que el calendario que se avecina es difícil. Y demuestra por último que los acontecimientos de la semana, con el caso Vela en ebullición, no han ayudado precisamente a preparar un encuentro de semejante trascendencia. Veremos hoy a las seis y cuarto de la tarde si a la temporada txuri-urdin le quedan alicientes por los que luchar, lo cual supondría una magnífica señal.

La Real busca seguir viva en la pugna de la zona media-alta con Carlos Vela en la convocatoria, y quién sabe si en el once. Eusebio dijo ayer que el castigo olvidado está, que lo que ocurra a partir de ahora no responderá nunca a su acto de indisciplina, por lo que lo lógico sería que actuara de inicio dentro de un once que se presume muy parecido, si no idéntico, al que empató contra el Levante. Si el mexicano se quedara fuera, su relevo en el ataque podría ser Xabi Prieto, con Reyes o Markel ocupando la vacante de la medular. Y si el futbolista cedido por el Oporto resultara el elegido para hacerlo, Mikel González regresaría al equipo para acompañar a Iñigo Martínez en el eje de la zaga. Todo será necesario para doblegar a un Celta que parece cansado, que tiene bajas, pero que sigue siendo un grandísimo equipo.