Como para sacar pecho
Vela ya no está. Ni se le espera. Todo apunta a que volverá a pisar el verde el 5 de abril en Málaga, en plena Semana Santa, con sol y buen tiempo, en manga corta. Y eso, cuando en nuestras calles aún pueden verse osos polares, supone una larga y fastidiosa espera. La ausencia del mexicano encierra dos realidades absolutamente incuestionables. La primera dice que se trata de una baja grave y preocupante. La segunda alude a que estamos hablando de un jugador cuyos iguales en el mercado rondan los 25 millones de euros de precio. Así que parece casi mejor hacer eso por lo que ha terminado optando el club: vamos a atarnos los machos y a seguir hacia adelante. Con Canales, por cierto. Un refuerzo invernal, llamativo él, que en un año ha aportado más bien poco.
Jokin Aperribay explicó la situación el pasado lunes. Ofreció una rueda de prensa de las de levantarse y aplaudir. Yo firmaría sin dudar debajo de todo lo que dijo. Pero no me convencieron las circunstancias en las que pronunció aquellas acertadas palabras. No hay que fichar por fichar, vale. En este club siempre hay que mirar al Sanse antes que a cualquier otro sitio, perfecto. Cabe cuidar la cuenta de explotación de una entidad que está a punto de embarcarse en un ambicioso proyecto con el estadio, muy bien. Pero 48 horas antes de defenderlo todo ante los medios, el presidente negociaba con el AIK Solna la incorporación por tres años y medio, previo pago de dos millones de euros, del marroquí nacionalizado sueco Nabil Bahoui. En una operación que, encima, abortaron desde Estocolmo. No desde Donostia. Como para sacar pecho...
Sí sería motivo suficiente para presumir ver a esta Real rebelarse ante la situación y reaccionar a la lesión de Vela sumando puntos durante los próximos encuentros. El de anoche fue el primero de los siete que se perderá el mexicano, y la respuesta del equipo fue la esperada: entrega, ganas de ganar, poco fútbol y poco orden. Qué mal defendemos... Aunque las cifras digan lo contrario.