“Muchas veces nos creemos que solo tiene talento aquel que le pega a la pelota muy bonito, pero yo pienso que el principal talento es tener la capacidad de aprender”. Con esta certera reflexión de Toni Nadal arranca el último trabajo de Informe Robinson. El magnífico y sobrecogedor reportaje del mejor programa deportivo de la televisión española, con mucha diferencia, cuenta la historia de Carlos Boluda.
Este alicantino de 21 años maravilló al mundo desde las categorías inferiores del tenis, lo que llevó a que se le considerara el nuevo Nadal y, tras una acumulación de lesiones, problemas psicológicos, mala fortuna y no poder alcanzar lo que se esperaba de él, ahora pretende recuperar el tiempo perdido. Actualmente es el número 600 del mundo y su prioridad, cuando comienza a escasearle el dinero para dedicarse profesionalmente a la raqueta, es recuperar su mejor juego para competir sin problemas en el circuito como uno más.
Pero Boluda no es ningún cualquiera. De él llegó a decir el habitualmente cauto Toni Nadal que era "capaz de hacer más cosas que Rafa". Su caso de precocidad es único, ya que solo él ha conseguido ganar dos veces el prestigioso torneo Les Petits As en Tarbes, Francia, que está considerado como el Mundial sub'14. Cuando comenzó a jugar con tenistas tres años mayores que él aparecieron las primeras derrotas que no supo encajar bien al no estar preparado. Fue el inicio de las dudas, que se agravaron por varias lesiones y cambios de entrenador que tampoco le beneficiaron en absoluto hasta convertirse en un juguete roto. Su testimonio es desgarrador: "Yo estoy aún en el proceso de recuperación. Este es un caso extremo, como el de un drogadicto que va a un centro de desintoxicación; yo sigo teniendo miedo e inseguridades cuando entro en la pista".
Sé que el tema es delicado y no pretendo hacer cambiar de opinión a nadie porque, aunque él no quiera, se ha convertido en el objetivo de muchos aficionados que hace tiempo que no le pasan ni una. Estoy hablando de Gorka Elustondo, el único futbolista de la actual plantilla realista que suele recibir pitos en Anoeta.
Sé que su precocidad no tiene nada de particular en el planeta fútbol, pero, a su escala, los técnicos realistas y de las selecciones de categorías inferiores de España le auguraban un gran porvenir en su carrera.
En la Real no pasa mucho, porque están acostumbrados a formar jugadores, pero en muchos otros clubes es normal que los entornos no suelan estar demasiado habituados a encontrarse con un deportista de talento y acaben por perjudicar su progresión. En el caso de Elustondo sucedió algo parecido.
Empezando por la célebre frase de Miguel Ángel Lotina cuando apareció en el primer equipo, "es el nuevo Xabi Alonso". Y siguiendo por la campaña de un medio de comunicación que no dudó en utilizarle en su habitual intento de controlar todo lo que sucede en el club con titulares como "Quieren sentar a Gorka" cuando llegó Martí; "El Kaiser de Beasain", cuando cumplió de defensa; o "El Lampard de Beasain", cuando marcó un gol.
Recuerdo que después de una severa crítica mía tras un mal partido, en un acto organizado en Anoeta, casi ni me saludó y cuando fui a hablar con él, le comenté: "Yo solo quiero decirte una cosa: a la larga, el elogio desmedido no te va a hacer ningún favor".
Desgraciadamente, y al menos por una vez, tenía razón. Pero si se piensa bien, no es responsabilidad de Elustondo, pese a que le pudo llegar a beneficiar en ese momento. Las lesiones han mermado su trayectoria y, lamentablemente, se ha quedado muy lejos de las expectativas que había generado. Pero no puede pagar porque muchos le subieran al Olimpo antes de tiempo.
Tampoco creo que le ayude en exceso que sea de dominio público que es uno de los ojitos derechos del presidente, pero en eso, obvio, tampoco tiene nada que ver.
Una vez superados sus contratiempos físicos, Gorka intenta empezar de nuevo casi de cero para ser uno más. Soy consciente de que cometió errores graves fuera del campo, y que tiene que mejorar sus prestaciones y, sobre todo, acreditar una mayor regularidad para ser un hombre importante en la plantilla, como le consideraba el propio club cuando le renovó, con menos merecimientos deportivos que en otros casos parecidos, hasta 2015. Pero muchos olvidan la situación de Markel, y yo prefiero apoyarme en ella para creer en su recuperación.
Hace dos veranos estuve en una tertulia y todos mis compañeros, he dicho bien todos, ante mi asombro, pensaban que el de Elgoibar no tenía sitio en el primer equipo y ahora es uno de los pocos intocables. Yo ya no espero a Xabi Alonso, ni a Beckenbauer ni a Lampard. Solo una versión renovada del canterano Elustondo, que iba para figura y, por ahora, se ha quedado, subjetivamente y a la espera de confirmación definitiva, en un jugador válido para la Real.
Lo que me preocupa es el caldo de cultivo de la grada. Los mismos que piden respeto a su derecho a silbarle parece que no aceptan ni toleran que a otros nos pueda gustar su juego. Si, además, eres periodista, te señalan como culpable de protegerle y te meten en el mismo saco que los que marcaron su carrera. El padre de Carlos Boluda afirma en el reportaje que mucha gente va a ver jugar a su hijo para comprobar "lo mal que está después de todo lo que prometía". Respetando todas las opiniones, me parece que con Elustondo pasa algo parecido, que muchos van a verle con ganas de comprobar lo poco que aporta muchas veces con lo que parecía que iba a ser. Y eso, junto a varias de las cosas citadas antes, no me parece justo.