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Tribuna de prensa: Atracados, pero vivos

Tribuna de prensa: Atracados, pero vivosEFE

A Iñigo Díaz de Cerio le partieron la tibia y el peroné, pero el árbitro no pitó ni falta. Ese es González González, un saboteador de partidos que sabe muy bien lo que tiene que hacer para seguir ascendiendo escalafones. En Segunda lo teníamos por auténtico incompetente, y cinco años después nos lo encontramos dirigiendo una semifinal de Copa. El chaval es ambicioso, quiere más, y para optar a la internacionalidad hay que seguir acumulando méritos. Quedan pocas dudas de que, en un par de años, le veremos silbato en mano en cualquier partido de la UEFA. Porque el trabajo de ayer es de los que se pagan bien en la Federación. ¡Una final de Copa Barça-Madrid en bandeja!

La Real debió afrontar la segunda parte ganando 0-1 contra un Barça diezmado. Sin embargo, se fue al vestuario perdiendo y en inferioridad numérica. Seguro que la expulsión de Iñigo fue justa. Pero pensar en las consecuencias de una situación idéntica con Busquets o Xavi como protagonistas produce ataques de risa. Nos atracaron en el Camp Nou. Conseguimos algo y nos lo quitaron. Y vivir algo así en el primer partido serio de Copa al que asisten generaciones enteras de realistas es sinónimo de impotencia.

Luego está el fútbol, el juego. El plan de Jagoba salió bien. Nos habría colocado en una situación muy ventajosa de mediar un colegiado imparcial. Pero funcionar, lo que se dice funcionar, en la primera parte solo pudo hacerlo a ratos. Cuando había tiempo para organizarse, se apreció un notable trabajo táctico tras ese sistema de cinco defensas. Cuando el Barça robaba rápido, en cambio, tocaba defender desordenados y por acumulación, lo que a la Real siempre le cuesta mucho más. Después de la roja se adivinaba tormenta, pero el equipo defendió con un rigor y una solidaridad dignos de elogio. Lástima el segundo gol. Pero ojo. Estamos vivos.