l Aforo. El nuevo estadio tendrá capacidad para 40.000 personas.
l Aforo durante la obra. Está garantizada una capacidad mínima de 27.000 espectadores.
62,5
l millones de euros. Es el presupuesto de la remodelación del estadio. Alrededor de 52 millones se destinarían para las obras del estadio; unos 8 millones podría costar la construcción de las cuatro esquinas; y medio millón de euros irá a parar a la reforma del miniestadio. Aunque en la actual coyuntura de crisis económica los precios podrían descender y el presupuesto bajar de los 60 millones de euros.
l Cuatro esquinas. Tres serán para las instituciones que asuman parte de la financiación de la obra (salvo contratiempo de última hora, Gobierno Vasco, Diputación Foral de Gipuzkoa y Kutxabank); y la otra esquina la explotará la propia Real Sociedad. En un principio, se estima que cada una de ellas constará de siete plantas, aunque esto podría variar porque aún no están definidos los planos.
l Espacio para el uso terciario. Las cuatro esquinas generarán 15.800 metros cuadrados para oficinas (la mayoría de instituciones públicas), establecimientos comerciales... (no están contemplados ni el uso industrial ni el residencial). Solo la cuarta parte de este espacio será de uso comercial: una parte para tiendas de menos de 750 metros cuadrados y otra para tiendas de menos de 250 metros cuadrados.
l Plazo de la obra. Se estima un tiempo de cuatro años.
l Comienzo de la obra. Aún deben cumplirse acuerdos de régimen jurídico y concretarse las negociaciones con las instituciones. Todo ello hace pensar que la obra no comenzará antes de 2014.
l Fases. Fase 0: se derrumbaría la tribuna baja de ambas bandas para adelantar la principal. F1: se bajaría unos metros el césped. F2 y F3: derrumbar y acercar los fondos al campo. F4: revestimiento exterior.
"No hay mejor fichaje para la Real Sociedad que la remodelación de Anoeta". Jokin Aperribay lo tenía claro desde antes de alcanzar la presidencia del club txuri-urdin el 20 de diciembre de 2008 y en estos prácticamente cuatro años de mandato no ha se ha cansado de repetirlo. En este periodo, no ha cejado en su empeño de eliminar las pistas de atletismo para tratar de acometer una idea que viene de lejos. Los dirigentes de la entidad entienden que sin esta reforma, sin un estadio que esté a la altura de las necesidades que se está encontrando el equipo, la Real no podrá ser competitiva en el futuro.
Una vez aprobada por el Pleno del Ayuntamiento de Donostia la modificación del Plan General de Ordenación Urbana, el pasado 27 de septiembre, uno de los principales obstáculos burocráticos que debían salvar los rectores de la Real, ahora queda una ardua labor por delante -seguramente, la más compleja y costosa-: la búsqueda de la financiación, en el actual contexto de crisis económica, de un proyecto cuyo coste asciende, en principio, a 62,5 millones de euros.
La clave del proyecto que lidera el Consejo que preside Aperribay es ir de la mano de las instituciones, "sin que ninguna se quede fuera". Y su intención, después de que el Ayuntamiento haya dado luz verde al proceso -solo quedan unos trámites técnicos que se solventarán en un par de meses-, es llegar a un acuerdo con el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Gipuzkoa y Kutxabank, entidades con las que la Real Sociedad ya se encuentra en conversaciones desde hace tiempo. Si las negociaciones fructifican, a cada una de ellas se concedería una esquina -ya no se le denomina torre porque no sobrepasará la altura del estadio- y la Real explotaría la cuarta. Un total de 15.800 metros cuadrados para usos bien diferentes: la entidad bancaria podría ubicar en Anoeta su sede principal; las federaciones deportivas se centralizarían en otra esquina; incluso un buen número de servicios públicos irían a parar al estadio de fútbol...
Solo una cuarta parte de este área podría ser destinado al uso comercial, sector que se dividiría entre establecimientos de menos de 750 metros cuadrados y tiendas de menos de 250 metros cuadrados. Aunque la intención es que los nuevos espacios generados guarden relación con el ámbito del deporte.
las negociaciones Aunque las conversaciones con las instituciones vienen produciéndose desde hace meses, aún queda mucho por concretar. En lo que se refiere al Gobierno Vasco, se ha producido un tiempo muerto debido a las elecciones del próximo 21 de octubre, que ralentizarán las negociaciones hasta el mes de febrero o marzo del próximo año, fechas en las que la Real espera que el nuevo lehendakari pueda estar preparado para abordar en profundidad el proyecto del nuevo estadio de Anoeta. En lo que a la Diputación Foral de Gipuzkoa respecta, los dirigentes realistas han hablado tanto con el anterior gobierno como con el actual, pero aseguran que aún no han presentado un planteamiento financiero. Y con Kutxabank las negociaciones están bien encaminadas, según ha podido saber NOTICIAS DE GIPUZKOA.
En el ámbito de la financiación también es importante el papel que desempeñará la Real Sociedad. Según ha apuntado una voz autorizada del club a este periódico, la Real asumiría una cuarta parte del presupuesto de la obra, a cambio de una concesión a 75 años vista del terreno de juego y de una de las esquinas, y el resto del nuevo espacio se repartiría entre las instituciones mencionadas. Según las estimaciones previstas, podríamos estar hablando de que el club blanquiazul debería hacer frente a unos 15 millones de euros.
Cabe precisar, asimismo, que en la entidad realista ya piensan que la mitad de esta importante cantidad puede ser sufragada con la indemnización de siete millones de euros de Mediapro, que se hizo efectiva el mes pasado. Además, hay que tener en cuenta que a partir de la próxima temporada los ingresos de la Real se van a ver incrementados por el nuevo contrato televisivo firmado con Sogecable y este beneficio también podría destinarse a la inversión en el estadio.
anoeta kiroldegia Aunque faltan muchos flecos de régimen jurídico por resolver, lo más probable es que en Anoeta Kiroldegia -entidad municipal propietaria del estadio y de las instalaciones que se generen- se produjese una ampliación de capital para que en la sociedad se reordenase el porcentaje de las instituciones que intervengan en la financiación. Eso sí, sin que se pierda nunca su carácter público, por lo que el 51% de Anoeta Kiroldegia siempre corresponderá al Ayuntamiento de Donostia, y las demás instituciones -Gobierno Vasco, Diputación de Gipuzkoa y Real- se repartirían el 49% restante.
En el club guipuzcoano consideran que "hay que tener cuidado con los tiempos" y también con que "todos sean partícipes" del proyecto. De la misma manera, inciden en que hay que ser "respetuosos" con la coyuntura de crisis económica actual, de modo que no se marcan fechas de comienzo de la obra. A tenor de cómo marchan las negociaciones y de que los contactos con el nuevo Gobierno Vasco se dilatarán en el tiempo, todo apunta a que la reforma no se pondría en marcha antes de 2014. Hay que recordar que las obras deben comenzar un mes de mayo o junio, coincidiendo con el final del campeonato de Liga, y pensar en el verano de 2013 parece muy prematuro. A día de hoy, en la Real no se marcan ninguna fecha de inicio.
Las previsiones indican que el plazo de ejecución del proyecto ronda los cuatro años, en los que muchos socios tendrían que cambiar su ubicación en algún momento. Incluso, una vez empezada la obra, en la segunda temporada el conjunto realista tendría que jugar los dos o tres primeros partidos de casa en otro campo de fútbol. Lo que sí está garantizado, durante todo el proceso, es un aforo mínimo de 27.000 espectadores durante la remodelación.
Los rectores de la Real prevén que, una vez superada la actual crisis económica y con el nuevo campo con una capacidad para 40.000 personas acabado, la cifra de socios podría superar los 30.000, lo que supondría un máximo histórico. Esta estimación está fundamentada en que ha existido hasta ahora una demanda de las localidades más baratas que no se ha podido satisfacer. Como prueba cabe reseñar que los dos fondos del estadio, donde se encuentran los abonos más económicos, están actualmente completos.
Por último, no hay que dejar pasar por alto que el presupuesto de 62,5 millones de euros que se ha fijado en un primer momento puede verse reducido en unos cuantos millones debido a la bajada de precios en el sector de la construcción por la crisis económica. Aunque las cantidades también podrían fluctuar según los tipos impositivos vigentes en el momento de la firma de los contratos de obra.