La llegada de Internet, la inteligencia artificial y las avances tecnológicos han facilitado el día a día de prácticamente todo el mundo, aunque también han provocado que el riesgo de sufrir estafas y robos sea mayor que hace unas décadas.

Por ejemplo, cada vez es más habitual recibir SMS, llamadas o WhatsApp de contactos desconocidos que nos invitan, por ejemplo, a pinchar en un link con el objetivo de usurpar nuestra información más confidencial, en ocasiones bancaria, para robarnos dinero.

Uno de los métodos más utilizados por estas estrategias de estafa es la de llamar a nuestro número, y al contestar no escuchamos nada ni a nadie, por lo que colgamos la llamada.

El problema es lo que hemos dicho al descolgar. Normalmente cogemos la llamada y lo primero que decimos es "¿Sí?", con lo cuál esperamos saber quién está al otro lado del teléfono.

Quizás no obtengamos respuesta, pero el sistema de estafas que está al otro lado ya ha conseguido un corte de nuestra voz diciendo que sí.

Muchas estafas aprovechen ese 'sí' para que les des el consentimiento para realizar operaciones de muchos tipos.

Para evitar esta estafa, deberemos acostumbrarnos a contestar con otros saludos como "hola", "dígame" o "¿quién es?".

Amenaza creciente

En la era digital, las estafas informáticas se han convertido en una amenaza creciente.

Los ciberdelincuentes utilizan métodos cada vez más sofisticados para engañar a las personas y acceder a información personal y financiera.

Desde el phishing hasta el ransomware, estos ataques pueden tener consecuencias devastadoras.

Por ello, es crucial estar informados y tomar medidas preventivas para protegerse.

  • Educación y conciencia: La primera línea de defensa contra las estafas informáticas es la educación. Mantenerse informado sobre las últimas tácticas de los ciberdelincuentes y saber cómo reconocer los intentos de estafa es fundamental. Participar en cursos de ciberseguridad y seguir blogs y noticias sobre el tema puede ser muy útil.
  • Contraseñas seguras: Utilizar contraseñas fuertes y únicas para cada cuenta es esencial. Las contraseñas deben incluir una combinación de letras, números y símbolos. Además, es recomendable cambiar las contraseñas periódicamente y utilizar un gestor de contraseñas para almacenarlas de manera segura.
  • Verificación en dos pasos: Activar la autenticación de dos factores (2FA) añade una capa adicional de seguridad. Esta medida requiere un segundo nivel de verificación, como un código enviado a su teléfono móvil, además de la contraseña.
  • Precaución con los enlaces y archivos adjuntos: No hagas clic en enlaces ni descargue archivos adjuntos de correos electrónicos sospechosos. Verifica siempre la autenticidad del remitente y, en caso de duda, comunícate directamente con la empresa o persona que supuestamente envió el correo.
  • Actualización de software: Mantener el sistema operativo, el software y las aplicaciones actualizados es vital para protegerse contra vulnerabilidades. Las actualizaciones suelen incluir parches de seguridad que corrigen fallos conocidos.
  • Uso de antivirus y firewalls: Instalar un software antivirus de buena reputación y un firewall puede ayudar a detectar y prevenir ataques informáticos. Estos programas monitorean el sistema en busca de actividad sospechosa y bloquean amenazas potenciales.

El aumento de las estafas informáticas exige una actitud proactiva en la protección de nuestra información personal y financiera.

Al educarse sobre las tácticas de los ciberdelincuentes y adoptar medidas preventivas, podemos reducir significativamente el riesgo de ser víctimas de estas estafas.

La seguridad en línea es una responsabilidad compartida que requiere atención constante y una conciencia aguda de las amenazas emergentes.