No es habitual que los pasajeros provoquen que un avión no pueda despegar por sobrepeso, pero no es imposible y ha sucedido un Japón, donde una aerolínea ha tenido que improvisar un vuelo extra porque si viajaban las personas previstas no se podía cargar la cantidad necesaria de combustible para contemplar el viaje.

La explicación es que desde el 13 de octubre se está disputando el Festival Deportivo Nacional Especial en la isla de Amami Oshima, en la prefectura de Kagoshima, y un numeroso grupo de luchadores de sumo se iba a desplazar hasta allá en dos aviones: uno saldría de Tokio y el otro de Osaka.

Pero no pudo ser así, porque los deportistas pesaban una media de 120 kilos, lo que hacía inasumible la carga total de las aeronaves. Hay que tener en cuenta que en el pequeño aeropuerto de la isla no pueden maniobrar aviones grandes, y Japan Airlines, la compañía que debía transportarlos hasta Amami Oshima, constató que con el peso de los deportistas, los Boeing 737-800, con una capacidad de 165 pasajeros, no podían cargar el combustible necesario sin superar las restricciones de peso. Y con vuelos de unos 1.200 kilómetros y entre cuatro y cinco horas de duración no se podía correr ningún riesgo.

Así que Japan Airlines se vio obligada a improvisar un tercer vuelo, al que se subieron 27 de los luchadores de sumo, 14 de los cuales tuvieron que volar previamente de Osaka Japón para así repartir mejor los pesos entre los aviones.