Este tipo de reptiles se han adaptado a las condiciones de los pantanos de los Everglades y han comenzado a reproducirse, lo que se ha convertido en un problema para Florida por tratarse de una especie invasora, de la que se calcula que ya hay más de 50.000 ejemplares en el estado. Su presencia en el sur de Florida es atribuida a personas que las adquieren como mascotas y cuando crecen las sueltan en los pantanos, donde se reproducen y se comen todo tipo de animales, desde pequeños roedores hasta caimanes. Recientemente se encontró una pitón que acababa de comerse un ciervo de más de 30 kilos.
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