El debate no prometía ser trepidante desde el punto de vista del resultado. PNV y PSE tienen una mayoría absoluta suficiente para sacar adelante sus medidas, y las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos que habían registrado todos los partidos de la oposición no constituyeron amenaza alguna en el pleno que ha celebrado este martes el Parlamento Vasco. Los dos socios tumbaron las enmiendas, y la tramitación siguió adelante, con el horizonte de la votación final del día 23. Pero el interés informativo de estos debates radica en lo que se dice, en las puertas que quedan abiertas o en las que se cierran para futuros acuerdos, y en la temperatura que marca el termómetro de las relaciones entre los partidos. Y este martes se escenificó un alejamiento de EH Bildu con respecto al PNV tras una intervención a la ofensiva de Pello Otxandiano. Arrancó diciendo que venía a “pedir explicaciones” al PNV por unas declaraciones que a su juicio eran “mentira”, en un pleno donde quedó en evidencia lo tocada que está la confianza. Pero EH Bildu también desconcertó al PSE, que gestiona el departamento de Vivienda y este martes vio cómo Otxandiano se ofrecía a rebajar los 1.000 millones de endeudamiento que exige para el fondo de vivienda hasta “500 o 300”. “¿Quiere que nos sentemos ahora?”, le lanzó la socialista Susana Corcuera, sorprendida por la oferta en plena sesión de totalidad. Para el PSE, su objetivo no era otro que dejar al Gobierno vasco “como el malo de la película”.

El PP, por su parte, actuó con el tono distendido propio de un grupo al que le va poco o nada en la tramitación. Su presidente, Javier de Andrés, está cómodo fuera de la fotografía, presentándose como la única “alternativa” a los socialistas del presidente español, Pedro Sánchez, y a todos sus aliados vascos. Este martes negó que su razón para no alcanzar acuerdos con el PNV sea que el PP está mirando a Madrid o que esté resentido con los jeltzales por la moción de censura contra Mariano Rajoy. Sin embargo, admitió que sí fue una razón para la desconfianza la expulsión de Cristina Ibarrola (UPN) de la alcaldía de Iruñea para dársela a Joseba Asiron (Bildu). 

Noël d'Anjou: "Lo tenían decidido desde el principio"

El consejero de Hacienda y Finanzas, Noël d’Anjou, había comenzado su intervención asegurando que los partidos tenían “decidido desde el principio” no apoyar estas Cuentas. Como suele ocurrir en estos casos, es la oposición quien niega que el Gobierno haya mostrado voluntad de acuerdo. No obstante, en contra de la teoría del rodillo, el consejero terminó su intervención dejando la puerta abierta a acordar las enmiendas parciales “que enriquezcan el proyecto y sean asumibles”, algo que ya hizo el año pasado cuando aprobó algunas de ellas. Y se da la circunstancia de que, este mismo martes, Podemos anunció que había alcanzado un acuerdo presupuestario con otra institución liderada por el PNV en coalición con el PSE, la Diputación de Gipuzkoa. En ese caso, el gobierno estaba en minoría y necesitaba el respaldo de Elkarrekin, que ya acordó con ellos la revisión fiscal. Ahora, se ha alcanzado un acuerdo, cuyo grueso son 14 millones para las residencias y los cuidados. Ahí, Bildu es el único grupo que ha registrado enmienda a la totalidad.

D’Anjou reivindicó que sus Presupuestos “no son un mero ejercicio contable”, y no buscan simplemente “resistir las crisis”, sino que combinan “rigor y ambición” e intentan demostrar que una economía pequeña como Euskadi puede ser un “referente” en Europa. Destacó que estos Presupuestos están dotados con 16.378 millones, un 4,1% más que los aprobados en Consejo el año pasado, dedican más de la mitad a salud y educación, y se alinean con preocupaciones de la sociedad como la vivienda y la seguridad. A partir de ahí, no vio voluntad en los grupos. 

A Vox la ha dejado fuera de las negociaciones. A Jon Hernández, de Sumar, le recriminó que viniera con una propuesta de 890 millones sin aclarar “de dónde sacar” el dinero. A Javier de Andrés, del PP, le afeó que haya registrado 1.122 enmiendas parciales “cuando en las reuniones previas no presentó una sola propuesta concreta”. De Andrés le dijo que eso era falso, y que el propio lehendakari Pradales “vulneró la confidencialidad” cuando reveló dos de sus propuestas. “No son leales”, acusó. De Andrés abundó en su choque de modelos diciendo que “Euskadi no va bien”, hablando del número de asesores o de la “sobrecarga” fiscal a las familias. El portavoz del PNV, Joseba Díez Antxustegi, resumió la situación del PP: dijo que De Andrés hubiera titulado el terremoto de Araba diciendo que “un terremoto sacude un sitio a 300 km de Madrid y el PNV no hace nada por evitarlo”, porque los jefes de Javier de Andrés están en Madrid y no perdonan al PNV la moción de censura a Rajoy.

A Pello Otxandiano, de EH Bildu, D’Anjou le reprochó que pusiera como condición la vivienda, aunque el propio Otxandiano había situado esa materia al margen de los acuerdos posibles. Y, para el consejero, su fondo de vivienda no es factible desde el punto de vista de la estabilidad presupuestaria. Otxandiano reveló este martes que había propuesto un grupo técnico de trabajo con el Gobierno vasco y EH Bildu para vehiculizar su fondo sin que compute como deuda, algo que reconoció que no sería fácil, pero insistió en que sería posible. Su insistencia en esta mesa paralela cuando EH Bildu no ha apoyado ni una sola iniciativa del Gobierno sobre vivienda levantó sospechas entre PNV y PSE, que creen que quiere reemplazar el programa del Gobierno vasco por sus propias propuestas. EH Bildu no apoyó la línea de avales para las hipotecas, la revisión fiscal ni la tramitación de la ley de medidas urgentes, y presentó parciales que, para el PSE, suponían un contraproyecto. 

También se le reprochó este martes falta de “coherencia”, como ocurrió cuando Otxandiano pidió negociar la financiación de la Universidad del País Vasco aunque sus enmiendas parciales no soliciten más dinero para la EHU.

Otxandiano comenzó su intervención diciendo que venía a “pedir explicaciones” al PNV, una arremetida de saque que quizás no estaba del todo medida, porque su segundo turno lo inició con una sonrisa negando que estuviera enfadado. ¿Cuál era el motivo del enfrentamiento? El PNV defiende que los Presupuestos están en la centralidad política porque, para EH Bildu, son “neoliberales”, y para el PP, son todo lo contrario, unas Cuentas “socialistas”. Pero Otxandiano aseguró que es “mentira” que EH Bildu haya dicho que los Presupuestos en concreto son neoliberales, aunque sí admitió que su grupo y él mismo han dicho que en este país se han puesto en marcha políticas neoliberales. 

Díez Antxustegi citó varias fechas y frases textuales de EH Bildu en las que ha cargado contra el proyecto “neoliberal” del PNV en general, pero también le recordó que este grupo ha denunciado recortes en algunas partidas de las Cuentas. Otxandiano lo acusó de lanzar “medias verdades” y “barro”, e incluso deslizó que no cumple el pacto ético del lehendakari Pradales. Lejos de ser una anécdota, Díez Antxustegi dejó caer que esta es “la confianza que podemos tener con un interlocutor que un día dice una cosa y otro la contraria”, y añadió que Otxandiano le debía una llamada telefónica que no se había producido aún.

Sumar y la utilidad

Lo que también dejó para la hemeroteca la sesión fue el llamamiento de PNV y PSE a Sumar o, más que llamamiento, el lamento porque haya “renunciado a influir y a ser útil para sus votantes”, según dijo el jeltzale Joseba Díez Antxustegi. En este caso, el acuerdo con Podemos estuvo sobrevolando el debate. Podemos fue desbancado del Parlamento Vasco, donde no tiene representación. Solo está Sumar. Pero, en las Juntas de Gipuzkoa y Araba, donde sí tiene representación Podemos y donde sus votos son necesarios, ha alcanzado en los últimos tiempos un acuerdo fiscal y, este mismo martes, un pacto con la Diputación de Gipuzkoa sobre las Cuentas. En un síntoma de la competición dentro de la izquierda, resultó llamativo que Sumar vinculara su dificultad para apoyar los Presupuestos de Pradales con una revisión fiscal “injusta” pactada por “PNV, PSE y también Podemos”. Su representante, Jon Hernández, tuvo que negar después que se estuviera “ensañando” con sus compañeros de Podemos. Él forma parte de Sumar por la cuota del PCE y de IU, que a su vez convive con Podemos en Elkarrekin en Juntas de Araba, y allí se desmarcó de la revisión fiscal.

Hernández admitió que no compartía ni los “objetivos” ni el “modelo” de los Presupuestos, pero añadió que tampoco vio voluntad de acordar sino “lentejas: si quieres, las tomas; si no, las dejas”. Dijo que había ofrecido la posibilidad de alcanzar acuerdos concretos, pero el PNV matizó que, incluso en ese caso, Sumar quería cambiar la dirección de las políticas.

Una vez superado el pleno de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos para el año que viene, el siguiente capítulo vendrá de la mano de la aprobación o no de las enmiendas parciales de la oposición y la votación final del proyecto el día 23 de este mes de diciembre. El consejero D’Anjou constató que “ningún grupo ha querido apoyar” las Cuentas, pero abrió la puerta a aceptar las parciales que “enriquezcan el proyecto y sean asumibles”. Este sería ya un gesto por propia iniciativa del Ejecutivo vasco, con la negociación oficialmente zanjada sin acuerdos y con el trámite de totalidad ya superado. En cualquier caso, el PNV pone en valor la “estabilidad” que van a aportar las Cuentas, en contraposición a la situación en España y Francia.