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La izquierda vasca rehúye la agenda de seguridad del PNV que ya aborda ERC

El PSE, su socio de gobierno, no comparte informar del origen de los detenidos e insinúa que da alas a la extrema derecha, al igual que EH Bildu. Rufián, sin embargo, ha pedido abordar la seguridad sin exageración pero también “sin negación”

La izquierda vasca rehúye la agenda de seguridad del PNV que ya aborda ERCEuropa Press

El debate de la seguridad ha escalado posiciones en los últimos meses hasta situarse en el centro de la discusión política. El PNV ha decidido no dar la espalda a este desafío y responder a la preocupación social que reflejan las encuestas en las tres capitales de la comunidad autónoma vasca. Más allá de las sensaciones de la ciudadanía, los índices de criminalidad son muy claros, por ejemplo, en Araba, donde despuntan los hurtos y robos con violencia. El Gobierno vasco ha activado el Basque Segurtasun Foroa para identificar las demandas que se plantean pueblo a pueblo en materia de seguridad ciudadana, ciberseguridad o prevención ante el clima extremo. Pero la decisión más arriesgada que ha tomado el consejero Bingen Zupiria hasta el momento ha sido cambiar el criterio informativo y publicar el origen geográfico de las personas detenidas e investigadas por la Ertzaintza. 

Esta última cuestión conecta con el debate migratorio, y se adentra en un terreno que es muy incómodo y delicado, pero el PNV no lo ha querido esquivar. La intención del departamento de Seguridad era realizar un ejercicio de transparencia y ofrecer la fotografía completa de los arrestados, en contraposición a lo que hacen la extrema derecha o la derecha. Estos sectores políticos ponen el foco en los casos que respaldan sus tesis, aquellos donde los arrestados son extranjeros, lo que contribuye a extender los prejuicios. El Gobierno vasco no oculta que hay varias personas sin arraigo que viven en edificios okupados y son multirreincidentes, un problema que el PNV también quiere gestionar y que lo ha llevado a presionar en el Congreso para desbloquear las reformas en ese sentido. Pero, dicho esto, los datos de la Ertzaintza de enero a septiembre de 2025 reflejan que la realidad es más amplia de lo que pretende hacer ver la extrema derecha: los extranjeros representan el 64,2% de las detenciones, pero los vascos y españoles representan un porcentaje mayor entre el número de investigaciones, un 57%.

ERC pide "derechos y obligaciones" para todos y las CUP abren el melón de los servicios públicos

No obstante, los partidos de la izquierda vasca han criticado este movimiento del PNV, incluidos sus aliados socialistas dentro del Gobierno, que no quieren salir en esta fotografía y aseguran que no fueron consultados. Más allá de esta medida, el PSE ve una "deriva" en el PNV. Esta situación choca con el debate incipiente que sí está abriendo la izquierda soberanista en Catalunya. ERC, por boca de Gabriel Rufián, ha pedido a las formaciones progresistas “menos pureza y más cabeza” y “hablar de vivienda y seguridad aunque incomode”. La consigna es ocupar el vacío que existe entre el extremismo de derechas y la negación absoluta del problema por una cuestión de pudor o de evitar una fotografía incómoda, que es lo mismo que defiende el PNV. Rufián matizó que no pretendía vincular seguridad y migración, pero añadió que basta con estar cinco minutos en un barrio para constatar que los flujos migratorios son un reto que se tiene que basar también en el respeto, “porque estamos en una sociedad en la que todo el mundo tiene derechos y obligaciones”, se llame “Javier o Brahim”. Hace unas semanas, las propias CUP abrieron otro melón: si se busca una Catalunya con diez millones de habitantes, habrá que abordar el tensionamiento de los servicios públicos, según dijeron Jordi Casas y Guillem Surroca. 

Estos partidos quieren abrir un debate alejado de los postulados de la extrema derecha para no dejarle el camino expedito, pero desde otros sectores de la izquierda se los acusa de actuar por electoralismo ante el auge de Aliança Catalana y creen que están legitimando su agenda. Es decir, el crecimiento de las formaciones extremistas se esgrime como razón para evitar este debate, en lugar de intentar desarmar el argumentario ultra y responder a una preocupación social. La situación es difícil.

El PSE dice que no le gusta la "deriva" del PNV

El PSE gobierna en coalición con el PNV y, por tanto, comparte Consejo de Gobierno con Zupiria, pero comienza a trasladar públicamente que no comparte la forma de abordar este asunto. Eneko Andueza ya comenzó a desmarcarse de la publicación del origen de los delincuentes a finales de octubre en Naiz Irratia, donde dejó caer que “no es el mejor camino”. Este domingo, en El Correo, el vicelehendakari segundo, el socialista Mikel Torres, fue más lejos: “Como responsables del Gobierno, no debemos cerrar los ojos ante un problema que pueda haber de inseguridad, eso es evidente, pero ligarlo a la inmigración no es justo, y creo que hace un flaco favor a su integración efectiva”. Dijo que el PNV “no” les comunicó que iba a publicar el origen, que es “una decisión que ha tomado el departamento de Seguridad”, y no le gusta esta “deriva”: “No debemos dar alas a la derecha y a la extrema derecha con mensajes que son peligrosos”.

EH Bildu ve un "error de consecuencias incalculables"

EH Bildu sigue abordando la seguridad con los parámetros clásicos de la izquierda abertzale, muy centrados en cuestionar el uso de la fuerza y la proporcionalidad de la Ertzaintza. Es cierto que Pello Otxandiano encuadró la seguridad dentro de los hipotéticos “acuerdos parciales” con Pradales, y Arnaldo Otegi se imagina una república vasca en la que exista la Ertzaintza, y no una utopía sin cárceles. Hace diez días, Otegi incorporó a su discurso la variable de la “seguridad en las calles” pero, de momento, no ha tenido desarrollo al margen del eslogan. Además, solo lo mencionó dentro del binomio “seguridad en nuestras vidas y seguridad en nuestras calles”, con la intención de matizar que no solo importan los robos, sino también garantizar el acceso a la vivienda. Y Bildu rechaza que se publique el origen de los detenidos. En una comparecencia por otro motivo, para reivindicar su manifestación del sábado que viene en Bilbao, el diputado Oskar Matute no citó este domingo la publicación del origen de los detenidos, pero dijo que no hay que “dejarse condicionar por las presiones reaccionarias y xenófobas”: “Es un error con consecuencias incalculables”.