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El PNV recibe el apoyo de Bildu para blindar el euskera en las OPE pero dejan la puerta abierta al PSE

Los socialistas consuman su voto en contra pero dicen ahora que hicieron contrapropuestas

El PNV recibe el apoyo de Bildu para blindar el euskera en las OPE pero dejan la puerta abierta al PSEEfe

Tras varios meses de sentencias desfavorables que han cuestionado el nivel de exigencia de euskera para acceder a determinados empleos en la administración pública, el Parlamento Vasco se ha puesto finalmente manos a la obra para tratar de articular una respuesta que permita actuar con seguridad jurídica y blindar el derecho de la ciudadanía a ser atendida también en la lengua vasca. El PNV intentó durante meses alcanzar un acuerdo con sus aliados del PSE, pero se vio abocado a presentar una iniciativa en solitario. Y este jueves ha conseguido su admisión a trámite con los 27 votos a favor de EH Bildu, cuya estrategia durante los últimos meses consiste en mostrar un perfil más pactista en los asuntos relativos a la identidad nacional y no tanto en la gestión del día a día. Los socialistas votaron en contra con un discurso sin apenas concesiones a sus socios, pero sin cuestionar la continuidad de su alianza. 

Por tanto, el Parlamento debatirá en los próximos meses una proposición de ley del PNV para reformar la Ley de Empleo Público. Aboga por reemplazar el índice general de obligado cumplimiento de plazas en euskera y aplicar en su lugar el principio de autonomía de cada ayuntamiento y administración pública, para que puedan fijar su propio porcentaje de plazas en función de su realidad, siempre respetando la proporcionalidad. También fue admitida a trámite la propuesta de EH Bildu, esta vez con la abstención y no con el apoyo del PNV. Pero quedó claro que la propuesta que puede generar potencialmente un consenso mayor es la del PNV, que además se llevó una abstención de Sumar. EH Bildu, al margen de las 27 abstenciones jeltzales, solo tuvo votos en contra (20, una más que el PNV), y el PSE dejó claro que su propuesta le gusta menos aún que la jeltzale. EH Bildu quiere dar la vuelta al sistema, exigir un conocimiento generalizado del euskera, y fijar excepciones a partir de ahí.

El pleno dejó otra conclusión sobre la mesa. Las posiciones están muy alejadas entre el PNV y el PSE en este debate. No comparten el diagnóstico, porque el PSE rechaza que exista una ofensiva judicial, y tampoco comparten la solución. Ahora bien, el socialista Pau Blasi, en los momentos finales de su intervención, quizás para evitar una imagen de inmovilismo, dejó caer que el PSE había planteado contrapropuestas a su socio, y que había pedido al PNV que incorporase a su proposición de ley un marco general, que el Gobierno vasco fije un baremo mínimo. Dijo varias veces que el PSE sí había hecho propuestas, dato que hasta la fecha no se conocía ni habían trasladado desde su departamento de comunicación, y que quizás podría interpretarse como un signo de incomodidad. Blasi comenzó su intervención diciendo que esta “no es una foto bonita”, en referencia a la diferencia de voto entre los dos partidos que gobiernan en coalición. Pero hubo otra foto: solo ellos votaron en contra de la iniciativa junto al PP y Vox. 

Blasi aseguró que los socialistas seguirán buscando el acuerdo en los próximos meses en el periodo de enmiendas. El PNV sigue tendiendo la mano, y también lo hizo de manera expresa Pello Otxandiano. El portavoz del grupo de la coalición abertzale llegó a decir que quiere el acuerdo con el PSE y Sumar y apeló a la mayoría plurinacional contra la ultraderecha en una clave más estatal, aunque por momentos su intervención sonó más a órdago y presión a los socialistas que a voluntad de conciliar, ya que le buscó las contradicciones con su posición en Catalunya, Baleares y Valencia. En cuanto a la afección que pueda tener este debate en la estabilidad del Gobierno, el PSE evitó nuevamente extraer conclusiones más allá de esta votación.

PNV: los argumentos de Markel Olano

La sesión comenzó con la propuesta del PNV, que fue defendida por Markel Olano, el burukide encargado de impulsar la lengua vasca. Recordó que algunos jueces han tomado como único baremo el nivel de conocimiento de euskera en un municipio concreto, en lugar de valorar también la aportación que tiene que hacer esa administración pública a la normalización del euskera. Por tanto, el PNV ha optado por el “empoderamiento” de cada administración para que cada una fije su índice. Se amparó en la ley de 1982 de normalización para recordar que el euskera es “un elemento central en la cohesión del país”, y que es una lengua minorizada y necesita que se haga un esfuerzo. 

¿Por qué? Porque esta situación minorizada, además, no es “una elección de la ciudadanía o una conclusión neutra de la historia”, sino que hubo un esfuerzo a nivel administrativo y político desde el siglo XVII para que desapareciera, para impedir su uso en las escuelas o la publicación de libros en lengua vasca, algo que sucedió también en el franquismo. En democracia, el Gobierno vasco se comprometió a garantizar el euskera de una manera eficaz. Y esto no supondría discriminar a las personas que hablan en castellano, de la misma forma en que no se discrimina a los hombres cuando “pedimos la igualdad de las mujeres”, ni a los blancos cuando las personas negras luchaban por sus derechos civiles.

Otxandiano y la ultraderecha

Por parte de EH Bildu, tomó la palabra al máximo nivel Pello Otxandiano, quien anunció el voto a favor proclamando: “Nos sentimos cómodos”. Es más, pidió que la próxima vez se actúe con “normalidad” y que PNV y EH Bildu lleven al Parlamento una propuesta consensuada. Aunque estaba apelando claramente a las mayorías abertzales, después trató de resituar el debate como una pugna de los demócratas contra la extrema derecha, que en muchos casos ha impulsado recursos y tiene “un problema con el principio rector de la democracia: todos los derechos para todas las personas”. Añadió que durante la dictadura de Franco se perpetró un “genocidio cultural”. Puso un ejemplo personal, que sus hijas tienen reconocido el derecho formal a ser atendidas en euskera en Osakidetza, pero a día de hoy no lo han conseguido. Y apeló a los socialistas porque en Catalunya, Baleares y Valencia sí defienden esta posición proactiva con las lenguas oficiales.

La "pena" del PSE

Desde el PSE, Pau Blasi aportó como principal argumento que el último marco es reciente, que fue durante la legislatura pasada cuando los socialistas acordaron con el PNV la Ley de Empleo Público y el decreto de normalización del euskera en la administración. Y reivindicó que contaron con los agentes implicados. Esta mención trae a la mente de manera inevitable a los sindicatos que están presionando el PSE. Opinó que el PNV comete ahora “un error grave” por hacerlo con tanta rapidez y cree que, si se va a tocar la Ley de Empleo, “convendría hacerlo con consenso y no mirando al rival de reojo... o de morros”, dijo, en referencia al apoyo de EH Bildu al PNV. En un intento de trasladar que el PSE sí ha querido buscar una solución, dijo que durante la negociación del decreto de la legislatura pasada propuso recurrir a herramientas de inteligencia artificial en lugar de un método “arcaico” como las encuestas para fijar porcentajes de plazas. Mostró su “pena” por este debate porque “se pone en duda el trabajo realizado, porque afecta al Gobierno y porque el euskera necesita otro camino”, pero añadió que el PSE “seguirá buscando acuerdos” en la tramitación.

Abstención de Sumar

Jon Hernández puso en valor los derechos laborales, pero anunció la abstención para dar margen al debate. Y respondió a la mano tendida de Bildu con escepticismo: “Yo recojo el guante, pero no soy tan optimista”. Hubo 19 votos en contra del PSE, PP y Vox, y la abstención de Sumar.

Bildu recibe la abstención del PNV, pero no convence

En los próximos meses, el Parlamento Vasco tendrá sobre la mesa dos propuestas para blindar el euskera en las OPE, porque también ha sido admitida la iniciativa de EH Bildu con la abstención del PNV. Los jeltzales le dieron la abstención como un gesto de cortesía parlamentaria para permitir el debate (puede haber influido que EH Bildu votara a favor de su propuesta justo antes). Pero el Gobierno vasco, liderado por el propio PNV, venía de emitir su criterio en contra, lo que da la medida de en qué punto están las posiciones. Además, la propuesta de EH Bildu tuvo 20 votos en contra, uno más que el PNV, ya que Sumar se abstuvo en el caso jeltzale. El PSE cree que su propuesta es peor que la del PNV, propuesta que tampoco comparte.

La propuesta de EH Bildu la defendió Josu Aztiria, quien apostó por desarrollar el principio general de exigir las dos lenguas de manera progresiva. La propuesta de EH Bildu plantea una exigencia generalizada de euskera y, a partir de ahí, fijar excepciones. Aztiria lo bajó a tierra con un ejemplo concreto. “Establecemos un índice de aplazamiento, para adaptar el sistema a la situación de cada municipio o administración. Es decir, si en Trapagaran, por ejemplo, salen diez plazas y en Trapagaran el porcentaje de gente que no sabe o no entiende euskera es del 40%, a la administración se le permitiría sacar sin perfil cuatro de las diez plazas, con el euskera como mérito. Y para esas cuatro personas, para que puedan obtener el perfil lingüístico que necesariamente deberán cumplir, establecemos la obligación de la administración de ofrecer liberaciones y planes de formación personalizados”, explicó. No obstante, esta idea no convence al Gobierno vasco porque supone una vinculación negativa con la ley, con un planteamiento a la inversa del que existe actualmente. El PSE trató de buscar una contradicción en que el PNV se abstenga después de haber rechazado la propuesta en Consejo de Gobierno, pero Markel Olano explicó que era importante permitir el debate de las dos propuestas. “No vemos adecuada esa propuesta, pero es importante que la tramitación siga adelante y dar una oportunidad al debate", sostuvo.