Pamplona – Uxue Barkos (Pamplona-Iruña, 1964) nos recibe el día en que se cumplen tres meses desde la dimisión del socialista Santos Cerdán. Barkos responde con su conocida seguridad y firmeza y, en este contexto alterado por las circunstancias, fija la posición de Geroa Bai, también ante cuestiones de política general de largo recorrido.
Con la perspectiva de este trimestre, ¿cómo analiza lo sucedido?
–Cualquier atisbo de duda sobre cualquier actuación en Navarra en torno a las administraciones públicas y al Gobierno del que forma parte Geroa Bai debe ser aclarado directamente. Disipemos cualquier duda sobre Belate. Estamos convencidos de que las cosas se hicieron bien, pero que se aclaren. Hay una persona en la cárcel sobre la que el juez ya ha dicho a las partes que quizá haya que sacarla porque no parece que se hayan encontrado pruebas de lo que se decía. Vamos a esperar, que hablen los jueces. Pero no permitamos que mientras están investigando otros aprovechen la circunstancia para parar la realidad de la política. Me preocupa una forma de oposición absolutamente ensordecedora que de ninguna manera va a alterar lo que los jueces dictaminen. La vemos en el Partido Popular en Madrid, con el caso de Begoña Gómez y otros, y en UPN con Santos Cerdán.
¿Las explicaciones del PSN y de María Chivite les satisfacen?
–A mí me satisfará que un juez diga que no había nada y eso se vea en la obra de Belate, porque es la que está viva, el resto ya está aclarado que estaba bien. Creo que se equivocó el PSN al no tomar decisiones como las de Pedro Sánchez en Madrid, que preservó al Gobierno; se hubiera hecho bien en preservar el nombre de Navarra, Desde luego, en Geroa Bai lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo, y eso no es óbice ni mucho menos para que se aclare con todo rigor y contundencia que en Navarra no ha existido sombra de corrupción.
¿Hay unidad y confianza o el verano no ha servido para ello?
–Tengo claro, y me imagino que en el PSN se pensará lo mismo, que no tenemos que permitir que ese empeño en ensuciar el nombre de Navarra o de sus instituciones paralice la acción del Gobierno y del Parlamento. ¿El verano? Hemos seguido trabajando, y esto es lo importante.
¿Asumir que este asunto acompañará a la legislatura obliga a un ritmo o a una narrativa concreta?
–No es cuestión de relato. Los tribunales dirán si ha habido o no corrupción. Las formaciones políticas tenemos que garantizar la limpieza más absoluta, y seguir trabajando y hacerlo con solvencia. Hay que volver a la política real. El PP y UPN, en el Senado y aquí, están buscando una política de fango y ruido. Nosotros también queremos aclarar los casos de corrupción, los primeros. ¿O alguien lo duda? Porque además se está poniendo en juego el buen nombre de formaciones políticas concernidas en el Gobierno de Navarra. En lo que no estamos interesados es en el ruido. En Geroa Bai, mirando a 2027, queremos política real que responda a los problemas de la gente, que no son pocos. Europa está perdiendo posiciones en el panorama internacional. Y lo digo con indignación: no se ha mostrado como un actor definitivo en la defensa de los humanos, por ejemplo, en Gaza. Es algo que también tenemos que reivindicar desde la acción política de Navarra.
UPN no ha pedido su comparecencia en la comisión parlamentaria y, en cambio, Contigo-Zurekin sí. ¿Eso ha generado fricciones?
–No, no, en absoluto. UPN no ha pedido mi comparecencia en el Parlamento, pero en el Senado sí. Los tribunales han de hablar y no lo han hecho todavía. Aquí la presunción de inocencia con respecto a determinados nombres ha dejado mucho que desear en algunos medios y partidos. El Estado de Derecho observa esa presunción de inocencia. Geroa Bai dijo desde el primer momento que las presidentas concernidas en el ámbito temporal teníamos que estar, ningún problema, y con todo lujo de detalles en torno a la limpieza con la que por ejemplo se trabajó en mi Gobierno.
Para la derecha usted y Chivite se protegen y han pactado no acudir.
–No, no existe tal pacto, eso es mentira. Dijimos que esa comisión de investigación no podía arrancar por el final. Empecemos a revisar cuestiones objetivamente primordiales como los procedimientos. Tratar de dar a la ciudadanía la impresión de que los gobiernos estaban implicados en casos de corrupción sin tener ningún dato que avale tal tesis, era tanto como aceptar que ha habido corrupción en el seno del Gobierno de Navarra, y eso no lo íbamos a aceptar, de ninguna de las maneras. La oposición no puede imponer la política del ruido, lo que no quiere decir que no estuviéramos dispuestos a hablar. UPN no pidió mi comparecencia porque afirma que hay que investigar el túnel de Belate. Y sin embargo, cuando se ha enfurruñado me lleva al Senado con la complicidad del Partido Popular. Pues ningún problema, iremos, y lo hubiéramos hecho en el Parlamento si UPN y el PP no hubieran instrumentalizado de esta manera la realidad de algo que tenía que seguir en el Parlamento.
¿Alguna vez intercedió Cerdán en su presidencia en algún tipo de gestión o contrato con Servinabar?
–No solo le diré que nunca. ¿Usted cree que alguien desde la oposición puede conseguir que un Gobierno tuerza voluntades para favorecer a un propio en ese hipotético caso? El Partido Socialista estaba en la oposición, y esta era muy dura. Es que no creo que ni lo intentara.
UPN ha tendido a esperar acontecimientos políticos desde Madrid.
–UPN ha jugado a todo, y en estos 10 años no sé si algo le ha salido bien. Cuando se echan las manos a la cabeza con Santos Cerdán... no sé, con él pactaron cosas bastante importantes. Por ejemplo, en aquella reforma laboral que terminó con una ruptura interna. ¿A cambio de? Alguna vez lo tendrá que explicar UPN. Yo creo que están en una política de lamerse las heridas y que tendría que empezar a mirar a una sociedad que le está pidiendo que cambie de rumbo, no de principios. No pueden seguir por la línea de tener a un PSN domesticado, que es lo que buscan. Quizá en algún momento podamos encontrarnos con algo similar, pero creo francamente que el tiempo le está diciendo que se equivoca.
María Chivite ha anunciado una reforma fiscal pendiente de detalles. El riesgo es que haya mucho repique y poco impacto.
–Geroa Bai viene proponiendo una reforma desde hace ya un año largo. En mi Gobierno propuse un endurecimiento de la política fiscal por el estado de las arcas navarras tras los ejecutivos de UPN, con épocas de vacas muy gordas donde se merendaron la cena y el desayuno del día siguiente. Aquel primer gobierno del cambio fue capaz de ordenarlo. También peleando en Madrid unas nuevas reglas para el Convenio, ventajosas para Navarra. Ahora tiene que volver a hacerlo el Gobierno foral. Por eso tenemos que recuperar ese patrimonio de orgullo de quien es responsable de su trabajo y de su bienestar; eso es muy propio de la política navarra. Esa es la política real frente al ruido y lo que Geroa Bai reivindica. Es el momento de liberar a las rentas medias y hacia abajo de parte importante de su carga fiscal. Tenemos que ser ambiciosos, porque además las cuentas nos lo permiten ahora. El dumping fiscal del Gobierno de la Comunidad de Madrid con respecto al resto de comunidades lo tenemos que combatir con seriedad y rigor y desde la política real. A lo mejor al PP le molesta que los gobiernos de Sánchez han hecho leyes para frenar en gran medida eso. El PP es contrario en Madrid y UPN en Navarra.
¿De nuevo EH Bildu se hará con la visibilidad en un posible acuerdo presupuestario?
–Es que tiene el papel más cómodo en esta ecuación, así son las cosas. Porque el Partido Socialista premia ese apoyo aquí y en Madrid, en un juego democrático puro y duro. Bildu no sufre la erosión que provoca siempre la gestión. Pero no es el papel definitivo. La realidad del cambio en Navarra tiene una actor esencial que se llama Geroa Bai. Si no, no hubiera existido. La política real es estar en el Gobierno, eso lo sabe muy bien Bildu en los municipios donde está. La política que gestiona lo público, la que puede llevar a cabo esa rebaja fiscal en el momento en que no provoca merma en el Estado del Bienestar.
¿Está satisfecha de la marcha de los departamentos que gestionan?
–Desde luego estoy orgullosísima de contar con consejeros y consejeras que en áreas bien difíciles están sentando avances. Por ejemplo, en Salud, con Fernando Domínguez. Trabajadoras y trabajadores del ámbito industrial han reconocido el esfuerzo del consejero Irujo, dejándose la piel y poniendo en valor el buen nombre de la industria navarra en mercados internacionales. José Mari Aierdi ha tenido la capacidad en los momentos más difíciles del sector primario de trabajar como lo está haciendo con ellos y ellas. Y Ana Ollo... Nadie como ella encarna un empeño de la política de Geroa Bai desde que estamos en la realidad institucional de Navarra: la apuesta por la convivencia, plena y honda. Si no se tiene en cuenta la pluralidad política de nuestra sociedad no se está utilizando con convicción la apelación a la convivencia. No se cree de verdad en la convivencia.
Tenemos un Gobierno plural con una presidenta que evita ir a una celebración como Nafarroa Oinez. ¿Cómo lo digiere Geroa Bai?
–Yo creo que eso es una metedura de pata de la presidenta y no estaría de más que hiciera una rectificación pública. No se puede ser presidenta de Navarra y no saber qué es el Nafarroa Oinez. Ni hablar de convivencia si no entendemos que hay navarras y navarros que sienten la bandera de Navarra junto con la ikurriña, como hay navarras y navarros que sienten la bandera de Navarra con la bandera española. Si no se entiende eso... Estoy bastante sorprendida por el empeño en 2025 de seguir criminalizando una bandera que muchos navarras y navarros sentimos por derecho propio. Cuando me plantean hablar de nacionalismo, siempre pregunto, ¿vasco o español? y oiga, la gente se mosquea. En Navarra hemos llegado a demonizar el término nacionalista, identificándolo siempre con lo vasco en una comunidad tan plural en eso. ¿En cuántas casas mucha gente ha visto un Zazpiak Bat? ¿Y ahora yo no voy a un sitio donde hay ikurriñas? Pues no se ha enterado usted. La apelación a la convivencia hay que hacerla en el reconocimiento de la pluralidad, que yo con orgullo defiendo. Yo bajo a Tudela y en las fiestas de Santa Ana veo la plaza llena de banderas españolas. No sé si hace 15 o 20 años se veían tantas, pero faltaría más, es el sentimiento de mucha gente; no reconocer eso está mal.
Desde los límites y las carencias que tiene una cámara como el Senado, ¿cómo está tratando usted de enfocar su trabajo para Navarra?
–Siempre hay gestión de contacto y encuentro con los diferentes ministerios y administraciones para sacar adelante temas que nos parecen esenciales sobre el día a día de nuestra sociedad. El trabajo que se ve es el de tribuna, más todavía en una legislatura muy anómala. El Senado no se corresponde con la mayoría del Gobierno. Tiene una mayoría absoluta del Partido Popular que está gestionando muy mal. La política del apocalipsis y de la apisonadora tienen fecha de caducidad, acaba aburriendo, agotando, y no da respuesta real a la ciudadanía.
Sí, pero ese corto plazo es rentable, más allá de que a lo mejor ahora también esté dando alas a Vox.
–Fíjese qué efecto está teniendo el cortoplacismo del Partido Popular a nivel estatal. Que Vox les está empezando a ganar encuestas, porque entre el original y la fotocopia la gente prefiere el original. Yo estoy en las antípodas, pero reconozco que existe un partido conservador nacionalista español que debiera hacer una propuesta de país al conjunto de la ciudadanía del Estado, y no lo está haciendo. Está cayendo en el miedo a Díaz Ayuso. Su sombra es alargadísima, en realidad la de Miguel Ángel Rodríguez, pero está haciendo mella. Vox es un conjunto de exabruptos y de defensa de los lobbies e intereses más rancios que se puedan conocer. Con un ejercicio plagado de falsedades y mentiras. Ver al PP sumiso a esas políticas francamente me parece un error. Lo estamos viviendo en el Senado, por eso es aún más importante mantener la posición y la defensa de postulados democráticos y de pluralidad.
Hay quien barrunta que si no hay Presupuestos, Sánchez tire la toalla. ¿Hay runrún en Madrid?
–Hay tantos runrunes como deseos y expectativas (sonríe). Pero si algo hemos aprendido en torno a Pedro Sánchez es que la lógica política tradicional no sirve. Así que yo no me voy a a aventurar. En cualquier caso, una legislatura sin un solo Presupuesto... La estabilidad política es importante para esto. No quiere decir sumisión, ha de tener también sus momentos de tensión, y las exigencias de todas las partes, legítimas. Pero la estabilidad es tan importante como la respuesta con presupuestos. Llevamos ya dos años de esta legislatura y ni un solo presupuesto. No puede ser. No es bueno.
¿Cómo se tiene que reforzar Geroa Bai de aquí a 2027?
–Geroa Bai ha sufrido y sufre los rigores de quien ha venido a hacer una política responsable, de valores muy en sintonía con la realidad navarra. Hay algún extremo que no casa muy bien, del nacionalismo férreo, español, con Estado, o cualquier atisbo de aplaudir o blanquear momentos de violencia en nuestra tierra. El reconocimiento de Txiki y Otaegi como víctimas del franquismo no puede quedar empañado por la reivindicación de haber sido símbolos de otra realidad de violencia. Ahí no podemos estar de acuerdo para nada con Bildu, de ninguna de las maneras. Se pretende olvidar que hemos vivido más cercanamente la violencia de ETA, pero también la violencia franquista, tan dura en esta tierra. Y esto en muchas zonas de navarra se recuerda claro y bien. En esos párametros, Geroa Bai va a seguir trabajando. Lo hemos hecho en tres gobiernos desde 2015, y somos conscientes de que sí, erosiona. Pero la política real mira a los problemas reales de la gente, porque estamos aquí para generar bienestar. Sería mucho más fácil apoyar desde fuera.
¿Se ha descartado de plano como cabeza de lista en 2027?
–Yo hice una propuesta en mi formación política en 2023 de empezar a mover los sillones, y hacerlo bien y con tiempo. Estoy a disposición de mi organización, lo he dicho siempre, pero teniendo en cuenta clarísimamente que hay que trabajar impulsando voces nuevas. Lo estamos viendo, por ejemplo, en el Parlamento, en un hombre experimentado brillantemente, Javi Ollo, o en Pablo Azcona o Itxaso Soto. Es que hay que ir moviendo esto un poco.
¿Entonces Uxue Barkos en el cartel con un equipo renovado o no?
–De verdad, en Geroa Bai no nos hemos sentado todavía a hablar de todo esto. Estamos preparando unos Presupuestos muy importantes.
Parece que en un sector de la sociedad respecto a Gaza se ha asentado el término genocidio.
–Sí señor.
Pero mientras debatimos sobre esto, siguen las matanzas.
–Con bombas y de hambre. Es un genocidio, y ya está ahí. En el Senado me supuso críticas bien severas de un sector que me preocupa bastante poco, cuando dije que hoy Auschwitz se llama Gaza, y el genocidio es el genocidio. No nos engañemos, aquello es un campo de genocidio, lo han convertido así, y no hay más. Vuelvo a esa reivindicación del acervo político navarro. Somos una región europea en dimensión pequeñita y, sin embargo, hemos sido un elemento diferenciador en esa invasión cruenta y genocida que nos debe interpelar a todos. Navarra ha estado en el mapa internacional. Yo que soy una convencida europeísta me sigo sintiendo avergonzada por la incapacidad de las instituciones en una circunstancia como esta. Y Navarra, desde la humildad por nuestra dimensión, ha sabido sacar la reivindicación del apoyo a Palestina. Son símbolos que probablemente están extendiendo la posición en Europa y de ahí al mundo. Siento una tristeza honda por la falta de capacidad de las instituciones europeas de posicionarse aquí.