Las conversaciones que han mantenido PNV y PSE desde el pasado 14 de mayo con el objetivo de blindar el euskera en las ofertas públicas de empleo no han llegado a buen puerto porque ni siquiera estaban de acuerdo en el diagnóstico de la situación. Los socialistas no llegan a reconocer que exista un problema. No creen que haya una ofensiva judicial contra los perfiles lingüísticos, consideran que los jueces han primado los derechos laborales, y no veían necesidad alguna de reformar el decreto de 2024. Con tan escaso margen para el acuerdo y tras prorrogar sus contactos una semana más de lo previsto, el burukide del EBB para los asuntos relacionados con el euskera, Markel Olano, ha registrado este viernes una proposición de ley del PNV en solitario. 

La iniciativa propone dar autonomía para que cada institución fije el porcentaje de plazas que necesita en euskera, en función de la realidad de su entorno y siguiendo criterios de proporcionalidad. Se pondría fin a la figura del índice general de obligado cumplimiento que aparece en el decreto de 2024. Ese índice general, interpretado de manera restrictiva por algunos tribunales como si fuera un tope, ha puesto en un brete a determinados municipios con una realidad sociolingüística que podría permitir un porcentaje mayor. La propuesta, en la que el PNV trabaja desde que puso en marcha un grupo de juristas a principios de año, se compone de un solo artículo que habría que añadir a la Ley de Empleo Público. Plantea que cada administración, al aprobar su planificación del uso del euskera, deberá determinar “con el máximo rigor el porcentaje de plazas que tienen fijada la fecha de preceptividad de su perfil lingüístico”. “La determinación que realice cada entidad deberá justificarse en criterios de proporcionalidad que tengan en cuenta los criterios de uso de las lenguas oficiales de la entidad. No se aplicarán determinaciones generales de índices de obligado cumplimiento”, propone. Supondría también modificar el decreto en seis meses.

Para sacar adelante esta propuesta, el PNV necesita algún apoyo en la tramitación parlamentaria. El diálogo sigue vivo, aunque se desprende que el PSE está muy lejos de apoyarla, mientras que EH Bildu no la ve suficiente pero cree que es un paso. La estudiará “con mimo”, lo que parece un intento claro de postularse como socio. El PSE consideró que la propuesta del PNV “incumple” su acuerdo de Gobierno pero, de manera significativa, evitó hablar de ruptura hasta tres veces, en tres respuestas diferentes a la prensa.

El fondo y la forma

Olano dio tanta relevancia al proceso de contraste con los juristas y a la lealtad con el PSE, como al contenido en sí mismo de la iniciativa. La base de la iniciativa del PNV es la autonomía de las instituciones. No es, por tanto, igual que la de EH Bildu, que enterraba la figura de los índices (es decir, no quiere ni uno general ni tampoco índices particulares de cada institución). Bildu partía de la exigencia general de los perfiles lingüísticos para que cada cual fije después excepciones tasadas.

El PNV creó un grupo de juristas a principios de año, en mayo recibió la primera propuesta y lo primero que hizo fue llevársela al PSE “por lealtad”, y porque los socialistas representan a una parte “importante” de la ciudadanía. Su primera reunión sobre este asunto fue el 14 de mayo. El jueves tuvo lugar la última, y el PNV comunicó a los socialistas su intención de seguir adelante. Y Olano aclaró que aquí no acaba nada, sino que la negociación sigue en el Parlamento; y que el PNV no cree que se rompa el acuerdo de Gobierno. En su compromiso 44, apuesta por garantizar el uso de la lengua oficial escogida por cada persona ante la administración, y por fomentar el aprendizaje en los empleados públicos. El proceso de normalización, de todos modos, es mucho más amplio.

El PSE da gravedad al desacuerdo pero dice que el Gobierno sigue firme

Desde el PSE, Pau Blasi consideró que la propuesta rompe los acuerdos, “y no cualquier acuerdo”, sino 40 años de consensos por la normalización por hacer “seguidismo” de EH Bildu. Pero, cuando se le preguntó si va a tener consecuencias, esquivó el asunto diciendo que “se verá en los próximos meses” (el proceso de tramitación sigue y no aclaró si el PSE se decantará por enmiendas o por su propio texto). Y, cuando se le preguntó si rompe o no rompe el acuerdo de Gobierno, lo dejó en que lo “incumple” y sigue habiendo un Gobierno “firme”. “Se va a abrir un debate en el Parlamento que durará meses y los socialistas seguiremos siendo fieles al acuerdo”, añadió.

EH Bildu

Josu Aztiria fue el encargado de explicar la posición de EH Bildu sobre la propuesta del PNV, que cree que a simple vista “no va a ser suficiente” para garantizar la seguridad jurídica pero lo va a analizar “con mucho mimo”. De todos modos, celebró que el debate haya dado el salto desde los tribunales al Parlamento. Él insistió en la proposición de ley de EH Bildu, que plantea generalizar el requisito del euskera y fijar excepciones a partir de ahí.