Vox se enreda con el rearme de la UE y su apoyo a Trump en la guerra arancelaria
El partido de Abascal retuerce su argumentario ante sus contradicciones
Donostia – Las idas y venidas de Donald Trump con los aranceles están rompiendo los esquemas a más de medio mundo y parecen haber alcanzado también al líder de Vox, su aliado fiel en España. Abascal se ve atrapado en la contradicción por su apoyo al presidente estadounidense mientras la guerra arancelaria perjudica a su país y especialmente al campo español, donde tiene una parte importante de su base electoral.
La guerra comercial abierta por el presidente estadounidense ha obligado a Vox a retorcer el argumentario para sostener el discurso de defensa de los intereses españoles por encima de todo y no molestar a Trump con críticas a una política perjudicial para el sector agrario español. Una encrucijada por la que ha transitado desde un inicial “Trump protege los intereses soberanos de su país aunque ojalá no imponga nuevos aranceles”, sin permitir hablar de ellos a sus dirigentes, hasta darles la orden de rechazarlos machaconamente en cada intervención y pedir que España negocie con Estados Unidos.
Tanto es así que el propio Abascal llegó a decir en un acto público el domingo pasado que estaban “absolutamente dispuestos a tener una interlocución con el Gobierno de Estados Unidos para lo que sea necesario”, dada su buena sintonía con el mandatario republicano. Pero el ofrecimiento de actuar como mediador no debió caer bien internamente y, por primera vez en más de diez años, unas palabras del líder del partido fueron matizadas.
Apenas 24 horas después el portavoz nacional, José Antonio Fúster, puntualizó que para que Abascal intercediera tendría que darse como condición que Pedro Sánchez saliera de la Moncloa. Y al día siguiente la portavoz en el Congreso, Pepa Millán, se apartó del ofrecimiento para atribuir al Gobierno la responsabilidad de la negociación excluyendo de ella a Vox.
Aranceles y rearme
Abascal no ha tenido ningún complejo en actuar como el “caballo de Troya” de Trump en España por sus críticas a la Unión Europea respecto a la guerra de Ucrania y comportarse como un peón en la estrategia global de la ultraderecha internacional para debilitar la UE y fortalecer a líderes como Vladímir Putin.
El partido de Abascal ha justificado su rechazo a esa resolución contra el plan de rearme de la UE alegando que este plan no protege a España, sino que engrandece a Bruselas. Un discurso claramente alineado con Trump y contrario a la Unión. En este contexto, a Abascal no se le ha vuelto a ver en público desde que la propuso y se ha limitado a escribir unos cuantos mensajes en las redes sociales, a diferencia de Sánchez y del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.
En su último mensaje en la red X este mismo sábado, Abascal publica una foto con la primera ministra italiana, Georgia Meloni, con la que se reunió el viernes en Roma y a la que califica como “una excelente amiga y aliada”. La justificación oficial en Vox por la ausencia pública de Abascal es que estaba disfrutando de una semana de permiso por paternidad. Abascal optó por segmentar los días por el nacimiento a finales de julio del año pasado de su quinto hijo y decidió ir cogiendo semanas de forma puntual.
En esta ocasión ha coincidido con uno de los momentos más sorprendentes para quienes siguen la trayectoria de Vox desde sus comienzos. Así algunos ven el nuevo permiso por paternidad como una excusa para alejarse de la actividad pública en uno de los peores momentos para el partido por esa alianza con Trump. Una estrategia del avestruz dicen ya utilizada por el presidente de Vox en otras etapas complejas para el partido.
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