El presidente del PP vasco, Javier de Andrés, marcó este miércoles la posición de su partido sobre el Estatuto de Gernika y denunció su utilización con “perspectiva identitaria”, lo que provoca a su juicio que se “coaccione” a los vascos, por ejemplo a la hora de elegir el modelo educativo de los hijos. Sobre los elementos que se podrían incorporar al Estatuto para mejorarlo, dijo en Radio Euskadi que los ciudadanos “necesitamos más libertad y menos coacción porque el Estatuto se ha utilizado con una perspectiva identitaria que ha perjudicado a los vascos”.

El dirigente popular denunció por ello que la gestión del Estatuto “permite la coacción” a los habitantes de Euskadi. “¿Quién iba a pensar que en Vitoria o en Laguardia no se iba a poder estudiar en castellano?”, se preguntó. “El Estatuto se hizo para que todo el mundo tuviera libertad de acceder al modelo educativo que quisiera –prosiguió–. La realidad es que eso se ha transformado en que, en este momento, no se puede estudiar en el idioma oficial que quieras y tienes que aceptar el modelo que se ha impuesto”, dijo.

Insistió en que sería “muy bueno que el Estatuto recogiera elementos de libertad para los ciudadanos vascos”. Según el dirigente del PP, la gestión del Estatuto ha derivado en la actual situación que se vive en Euskadi, con un “declive” de la industria y una pérdida de peso en el ámbito cultural y demográfico.

Acuerdo de largo alcance

Respecto a uno de los principales motivos de fricción entre el PP y el PNV, la devolución del edificio de París a la formación jeltzale, afirmó que el PP ha pedido su tramitación como proyecto de ley. “Ahora se aprueba como decreto”, recordó, y en cambio “si se acepta como proyecto de ley, eso conduciría a una tramitación en la que cabrían enmiendas y también se podría revisar”.

Javier de Andrés insistió en que su partido defiende, “como lo han hecho no solamente los tribunales sino también los historiadores, que lo pagó el Gobierno vasco, no el PNV y, consecuentemente, a quien tendría que revertir es al Gobierno vasco”. “Lo que tendría que hacer Pradales es reclamar el edificio para el Gobierno vasco. Y sería muy difícil que la justicia no le diera la razón porque ya hay cuatro sentencias que dicen que ese inmueble fue pagado” por el Ejecutivo de Gasteiz.

Preguntado por las diferencias que ha suscitado esta cuestión entre PNV y PP, y si ello es compatible con que puedan llegar a acuerdos, manifestó que el PNV “tiene un acuerdo de largo alcance con el PSOE” y están unidos, “porque uno le debe los votos en Madrid y otro se los debe en el Parlamento de Vitoria”.

Por tanto, aseguró que no se va a producir una aproximación del PNV al PP porque el partido jeltzale está “enganchado al PSOE más que nunca”, especialmente en este momento de “blanqueamiento de la izquierda abertzale de EH Bildu”, según su parecer. Eso haría posible, a su juicio, que si al PNV le da “un ataque de ética y le parece que es insostenible seguir apoyando a Sánchez, el PSOE lo que haría sería alinearse con Bildu y dejar al PNV fuera de todos los órganos de poder”.

El líder del PP vasco opinó que el PNV “no es un partido que tenga libertad para mantener una posición política propia”, sino que es “dependiente del PSOE”. Según señaló, seguirán hablando con la formación jeltzale, pero sabiendo “dónde está cada uno y que el PNV tiene un contrato con el PSOE que no le va a permitir tener autonomía”.

Sobre el proceso interno del PNV, indicó que no se quiere meter “en asuntos de familia”. “Cuando lo resuelvan, haremos una valoración del resultado. Pero creo que se está viendo claramente que esto es cuestión de familias”, zanjó.