Pamplona – EH Bildu vive el momento luna de miel. En máximos electorales, con influencia clave en Navarra y el Estado y una fortísima presencia en la CAV y el mundo municipal. Así que el tercer congreso del partido, celebrado en Baluarte, fue algo parecido a una fiesta. “Es el congreso de la serenidad, de la alegría, de la confianza y la ilusión”, dijo el propio Arnaldo Otegi, ayer reelegido en el cargo con el 94,4% de los apoyos. A la búlgara, como él mismo bromeó en sus primeras palabras desde el escenario.
El partido de la izquierda soberanista atraviesa un momento dulce. Sin revuelos internos de calado –aunque la incierta presencia de GKS haya inquietado al aparato en los últimos meses–, acaba de aprovechar un ciclo electoral muy positivo para hacer cambios importantes dentro de la estructura del partido. Todos con el abrumador apoyo del congreso, que votó todo casi por unanimidad pese a que hay cambios de calado.
La reelección del secretario general –se le cambia el nombre a lo que era el coordinador general– estuvo acompañada de la aprobación de tres documentos políticos: uno sobre nación y estrategia; otro sobre listas conjuntas, el documento más interesante porque abre la puerta a alianzas con otros abertzales y formaciones de izquierdas para concurrir conjuntamente a las elecciones al Congreso, al Senado y al Parlamento Europeo; y el último, sobre gobernanza.
Además, el congreso terminó la obra de la bicefalia: a partir de ahora, habrá dos órganos de dirección. La Mesa Política es un órgano de 33 miembros que celebrará una reunión cada dos meses. Y la Ejecutiva de 16 miembros, copada por representantes de Sortu, dirigirá el día a día del partido.
Ambos órganos están liderados por Otegi, que a los 66 años demuestra ser un superviviente absoluto: desde los años duros de los noventa, cuando ya era líder, hasta los tiempos amables de hoy en día, donde el congreso de la izquierda abertzale parece una feria ecológica, con stands de productos locales, maderas suaves, txokos con cafés y photocalls.
Le acompañan a Otegi en la Ejecutiva Sonia Jacinto, como secretaria de Organización; Arkaitz Rodriguez, como secretario de Acción Política; y Nerea Kortajarena, como secretaria de Programa, entre otros.
La estrategia funciona
La actual estrategia política da sus frutos, va bien. Así que el congreso trasladó la idea de: ahora que estamos aquí, vamos a ver si podemos ir un poco más lejos. Quizá por eso hubo una fuerte apuesta por la proyección internacional del partido y ayer se renovó, en vivo y por boca de sus portavoces –Oriol Junqueras y Declan Kierney–, el compromiso de trabajo conjunto con ERC y el Sinn Féin irlandés.
Unas pocas ideas que destacaron por encima del resto en el discurso de Otegi, agradecido a “la nación del Gernika y el no a la OTAN” por la confianza. La primera, que EH Bildu sabe “exactamente de dónde venimos, dónde estamos y adónde queremos llegar”, y que seguirá ofreciendo “antineoliberalismo y soberanía” al pueblo vasco.
Otra: se acabó eso de ser un partido pequeño. “Nosotros, como dicen nuestros compas uruguayos, no estamos para articular minorías intensas, sino para articular mayorías democráticas populares”.
Y por último: la confirmación de que EH Bildu no tiene prisa e irá hasta donde pueda en cada territorio por acercarse a la soberanía. “Nosotros hemos hecho la tarea, y enfrentamos una nueva fase política. Peleamos por un nuevo estatus político, cada uno en su intensidad desde cada uno de los siete territorios. Pero hoy lo que tenemos claro es que nuestro país necesita elevar el campamento base de la soberanía lo más cerca posible de la cima”.