Santiago de Compostela – En sus ocho años llevando el timón, el Bloque ha pasado de estar al borde de quedarse sin representación en el Parlamento de Santiago a ser de largo la primera fuerza de la oposición al Gobierno del PP.

A pesar de esos buenos números, hay otras dos candidaturas que le disputan la portavocía nacional. ¿Cómo se explica?

–Es la normalidad democrática de cualquier organización donde los militantes pueden participar, decidir. Esta es una de las grandes señas de identidad del BNG, que es nuestra democracia interna. Y lo que es evidente es que mañana tenemos una asamblea muy importante en la que la militancia debe reforzar la línea política que nos trajo aquí. Hace ocho años, cuando yo accedí a la portavocía nacional, el Bloque estaba en sus horas más bajas. Hoy lo hemos situado como la segunda fuerza política con su máximo apoyo electoral.

¿En qué se ha cimentado ese ascenso que los ha llevado de ser casi extraparlamentarios a liderar la oposición?

–Yo creo que han sido muchas causas. Dos fundamentales. Una, que tenemos una gran organización. Y en segundo lugar, que pusimos en marcha una nueva línea política que nos permitió reconectar con amplios sectores de la sociedad gallega, que se basa fundamentalmente en aplicar una política nacionalista pensada desde y para Galiza, poniendo sobre la mesa alternativas de transformación, pero también soluciones a los problemas que afectan al día a día de las personas y dirigiéndonos a amplios sectores de la sociedad gallega, que a día de hoy nos ven como la esperanza para poder construir una Galiza mejor.

¿Eso ha implicado tener que dulcificar o descafeinar el mensaje más soberanista?

–En absoluto. Yo lo que digo es que hemos aplicado una política claramente nacionalista, porque el nacionalismo es la defensa de este país. Y la defensa de este país es reclamar que las decisiones más importantes estén en manos de los gallegos y las gallegas. El nacionalismo es defender la sanidad pública, es defender las viviendas, es defender el feminismo, es defender que no podemos permitir la destrucción de nuestro territorio ni el espolio de la energía como se está produciendo en estos momentos.

¿El sentimiento nacional está instalado en la sociedad gallega?

–En Galiza hay un gran sentimiento de país, aunque no siempre eso se ha traducido en términos políticos y ese es precisamente un gran reto que tenemos en este momento, que todo ese sentimiento de país, toda esa gente que lleva a Galiza en la cabeza y en el corazón, tenga como su fuerza referencial al BNG. Hemos avanzado mucho en esa dirección, pero creo que aún tenemos que seguir profundizando en esa línea.

En todo caso, pese al éxito del que ha hablado, supongo que son conscientes de la historia del BNG, que está también llena de dientes de sierra y que ha pasado por momentos muy complicados, incluyendo una dolorosa escisión.

–Los momentos de crisis son momentos que nos afectan a las personas, que afectan a las organizaciones. Yo lo que veo es que hay una tendencia sólida, una tendencia de fondo y que si mantenemos la línea política de estos últimos años, el BNG va a seguir creciendo porque hoy somos la esperanza y la alternativa real frente al Partido Popular.

¿Realmente lo son? Todavía hay una gran distancia en escaños.

–Hay algo que se ha movido en las últimas elecciones, aunque el PP haya mantenido su mayoría absoluta, y es que el BNG ha emergido como la única alternativa real frente al PP. También hemos generado un gran movimiento de esperanza y, de hecho, ha habido más gallegos que han votado a las fuerzas alternativas al Partido Popular que los votos que ha tenido el PP. Eso quiere decir que algo se ha movido en el país, que sabemos que a veces los cambios tardan más de lo que nos gustaría, pero yo estoy convencida de que hay un cambio que se va a acabar imponiendo en la sociedad gallega. Lo que tenemos que hacer es que seguir acumulando todo ese espacio político en torno al BNG, que es un frente amplio que quiere representar a la gran mayoría social de este país.

¿Ha habido algún cambio en la forma de gobernar de Rueda respecto a la de Feijóo?

–Lo que veo es un presidente que sigue instalado en la propaganda, en la manipulación informativa, en vender el territorio a las grandes multinacionales y sin ningún proyecto de futuro. Entonces, en eso es en lo que se ha ido incluso a peor, ¿no? Es que veo además un PP cada vez más sumiso a Madrid, a las directrices de Génova, y con posiciones que son difícilmente entendibles. Por ejemplo, hemos negociado que puede existir una quita de la deuda en Galiza y tenemos al Partido Popular negando esa posibilidad única y exclusivamente porque se la mandan desde Génova.

¿Cómo está viendo la política que está haciendo Feijóo en Madrid? Parece que va de error en error.

–Yo creo que todo lo que ha hecho en Madrid ya lo ha experimentado antes en Galiza, solo que quizás en Madrid se proyectó una imagen absolutamente deformada de quién es. Yo siempre dije que no era ni moderado ni un buen gestor y lo que estamos viendo es que Feijóo representa lo que es querer llegar al poder por el poder, una persona sin escrúpulos. Y en todo caso, creo que en este momento lo relevante no es lo que haga Feijóo, sino lo que tiene que hacer el Gobierno español.

¿Y qué les parece lo que está haciendo?

–En el caso concreto de Galiza, nosotros vamos a seguir siendo muy exigentes en que es necesario que se cumpla con la agenda gallega y también creo que es evidente que si se quiere frenar a la derecha, el Gobierno simplemente no puede quedarse en agitar el miedo. Tiene que poner en marcha una agenda social que referencie políticas que realmente beneficien a las mayorías.

Pero ustedes siguen apoyando a Sánchez en Madrid con su único representante en el Congreso.

–Siempre hemos dejado claro que tenemos un pacto de investidura que se circunscribía única y exclusivamente a ese pacto de investidura. No tenemos un pacto de legislatura. Tenemos una buena disposición a llegar a acuerdos, pero creemos que también son evidentes las diferencias que tenemos respecto a las decisiones que está adoptando el Gobierno. Nosotros no queremos colaborar en un escenario que facilite la llegada de la derecha y la extrema derecha, pero también es una responsabilidad del Gobierno cumplir los acuerdos, negociar y poner en marcha políticas que realmente se pongan al servicio de las mayorías.

¿En la cuestión nacional ha habido algún avance con el Gobierno de Sánchez?

–El problema que tenemos aquí es que tenemos a un gobierno del Partido Popular que quiere que Galiza baje de la liga de las naciones históricas y se sitúe como una región. Por eso, el debate debemos tenerlo primero aquí y el BNG está en primera línea para promoverlo y ganarlo.