Hacer de la necesidad virtud, ése es el mantra que ha asumido el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a la hora de navegar por una legislatura caracterizada por una climatología especialmente adversa. Con su exigua mayoría en el Congreso amenazando con deshilacharse en cada sesión plenaria, la investidura de Salvador Illa como president catalán en el aire y el frente judicial contra su mujer, Begoña Gómez, en carne viva, el líder del PSOE parece dispuesto a cuidar su relación con el Gobierno Vasco, toda vez que los votos del PNV le son imprescindibles en su quehacer en la Cámara Baja.

Así se explicaría el gesto de Sánchez de acudir este viernes a Ajuria Enea para reunirse con Imanol Pradales, en lo que supondrá el primer encuentro entre ambos tras la investidura del jeltzale como lehendakari el pasado 22 de junio. Existen pocos precedentes de un inquilino de Moncloa trasladándose a Gasteiz, y hay que remontarse a Adolfo Suárez y su encuentro con Carlos Garaikoetxea, así como a José Luis Rodríguez Zapatero, que tuvo la misma cortesía con el también socialista Patxi López cuando éste era jefe del Ejecutivo vasco.

Por su parte, Pradales ve cumplido uno de sus objetivos principales cuando apenas ha superado un mes de mandato, cumplir con la preceptiva reunión con Sánchez antes del fin de julio con el fin de evitar el parón veraniego. La importancia de las tareas a abordar no es baladí: abrir un conjunto de carpetas pendientes que tienen en el frontispicio las 29 transferencias del Estatuto de Gernika que deben llegar a Euskadi en un plazo de dos años.

El jefe del Ejecutivo vasco es ambicioso en sus objetivos y aspira a alcanzar en la presente legislatura un acuerdo histórico de transferencias, con el fin de completar el Estatuto vasco más de 40 años después de su aprobación, aprovechando la ventana de oportunidad de la necesidad de apoyos de Sánchez en Madrid. Existe un precedente halagüeño en este sentido, y es que las tres primeras transferencias –trenes de cercanías, convalidación de títulos universitarios y acogida a los refugiados– se han firmado dentro del plazo previsto.

Se espera que la reunión entre Sánchez y Pradales en Ajuria Enea dé un impulso decidido a esta cuestión, aunque el lehendakari es consciente de que los tiempos tendrán que adecuarse a cada materia. En la primera entrevista que concedió a este medio tras jurar el cargo ante el Árbol de Gernika admitió que la gestión del régimen económico de la Seguridad Social es “un elemento más complejo y espinoso”.

En cambio, añadió que “a cortísimo plazo hay que abordar la gestión y ordenación del litoral”. Esgrimió para ello que “hay una sentencia del Tribunal Constitucional que así lo avala, en relación con Galicia, y abre el camino para que se pueda producir a favor de Euskadi”. “En el ámbito de los puertos podemos tener también alguna oportunidad de hacer algún movimiento relativamente rápido”, añadió.

El traspaso de competencias pendientes no será el único asunto sobre la mesa. Pradales también quiere abordar con su homólogo español los Pertes regionales, los proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica. En la misma entrevista, el lehendakari lamentó la “centralización absoluta” de le gestión de los fondos europeos Next y pidió un cambio de rumbo para “desatascarlos”.

La negociación con el Estado de los límites de deuda y déficit para redactar los Presupuestos del año que viene, con la vista puesta en la próxima reunión de la Comisión Mixta del Concierto; y la situación en que ha quedado la distribución obligatoria de los migrantes no acompañados entre las comunidades autónomas tras decaer la reforma de la ley de extranjería, son otros puntos destacados de la agenda política.

Ambas cuestiones protagonizaron el pasado martes un pleno horribilis de Sánchez tras el no de Junts a los objetivos de déficit planteados por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lo que supone una seria traba a la tramitación de los Presupuestos del Estado de 2025. Los posconvergentes se unieron a su vez al PP y Vox para tumbar el proyecto de reforma de la ley de extranjería que trataba de aliviar la crisis migratoria en Canarias.

Citación en Moncloa

Pedro Sánchez no ha tenido, por tanto, margen para el aburrimiento, y a una agenda internacional siempre abultada se suma la reunión que mantuvo el miércoles en la Generalitat con el president en funciones, Pere Aragonès. El plazo para recabar el apoyo de ERC a una investidura del socialista Salvador Illa se va agotando, lo que de forma paralela inflama el frente de Junts, cuyo jefe de filas, Carles Puigdemont, no arroja la toalla para volver a ser president.

El próximo martes está además subrayado en rojo en el calendario del líder socialista, ya que el juez que investiga el presunto tráfico de influencias de su mujer se desplazará hasta Moncloa para tomarle declaración como testigo pese a la resistencia numantina de la Fiscalía y la defensa de Gómez.