Militantes y concejales de UPN participaron en la protesta que el pasado viernes tuvo lugar en Cabanillas contra María Chivite, y que finalizó con momentos de tensión y agresiones al vehículo de la presidenta del Gobierno de Navarra. Según denunció ayer el PSN, en la concentración convocada por el movimiento de agricultores 6F había “militantes y concejales” de UPN, entre ellos representantes de este partido en los ayuntamientos de Cabanillas, Buñuel, Olite, Lazagurría y Cascante.

Las protestas de una parte del sector agrario empiezan a subir de tono y la tensión, lejos de calmar crece. El último ejemplo, tras el intento de asalto del Parlamento, tuvo lugar en Cabanillas el viernes por la noche. Allí acudió Chivite a inaugurar el centro cívico y allí se concentraron un grupo de personas que a la salida trataron de bloquear el vehículo de la presidenta, lo que derivó en cargas de la Policía Foral y golpes en el coche oficial. Los hechos están siendo investigados y hay por ahora varios identificados.

No es un hecho aislado. Es un paso más en una secuencia que antes tuvo el escrache en la casa de la presidenta, después los insultos en Olite, el intento de asalto al Parlamento y ahora los incidentes de Cabanillas. Protestas que se focalizan en la presidenta del Gobierno y que el PSN atribuye directamente a UPN, a quien acusa de estar detrás por un interés meramente político.

“En cada una de estas actuaciones había concejales, simpatizantes y afiliados de UPN de Cabanillas, de Buñuel, de Cascante, de Lazagurría, de Villafranca y de Olite. Están generando un clima de fractura social y de mentiras a conciencia que pueden acabar en algún disgusto grave y serán copartícipes de esto”, denunció ayer el portavoz socialista, Ramón Alzórriz, que alertó de la gravedad de la situación.

“¿Qué tiene que pasar? ¿Que nos agredan a los parlamentarios mientras estamos aprobando al ley más importante de esta Comunidad? ¿Que nos cuelguen de un puente para que nos demos cuenta de la gravedad que está pasando? ¿Qué tiene que pasar en esta comunidad para que se condenen sin paliativos los ataques indiscriminados de un sector muy concreto? Es inaceptable que políticamente no se condene”, censuró.

Sin condena oficial

El dirigente socialista se quejaba así de que el Parlamento hubiera sido incapaz de consensuar un texto de condena de lo sucedido. Públicamente todos los partidos menos Vox mostraron su condena de los hechos, pero también discrepancias sobre la calificación de lo sucedido. Mientras para la mayoría de Gobierno los incidentes fueron un “ataque” a Chivite para la derecha son solo unos “altercados”.

Esta discrepancia hizo que finalmente ninguna de las tres declaraciones presentadas (PSN, UPN y Vox) saliera adelante, y dio paso también a un cruce de reproches entre UPN y el PSN. “Es incomprensible el voto en contra de UPN de condena al asalto al Parlamento y a los ataques e insultos que recibió la presidenta del Gobierno en Olite y el pasado viernes en Cabanillas. Solo se explica de una manera, si esta dirección actual de UPN es cómplice y las incentiva”, argumentó Alzórriz.

Igualmente dura fue la respuesta de Javier Esparza, que reiteró su “condena” de los hechos pero “también condena” lo que a su juicio es un intento del PSN por “utilizar políticamente” los incidentes para “criminalizar” las protestas del sector agrario. “Quieren acallar y tapar las reivindicaciones legítimas y justas del sector. No hubo ninguna agresión a la presidenta ni asalto al Parlamento. Querer comparar lo ocurrido en Cabanillas con los tartazos a Barcina es un insulto a la inteligencia. Nada tiene que ver”, replicó.

Por su parte, los socios del Gobierno, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin coincidieron en señalar la gravedad de lo ocurrido y alertar del grave clima de tensión que está rodeando a las protestas, que desvincularon de la mayoría del sector primario. Los tres grupos apoyaron la propuesta institucional del PSN y lamentaron la falta de consenso político en esta cuestión. l