UPN afronta el decimotercer congreso del partido con una premisa: es ahora. Es ahora, tras dos años de crisis interna, disputas con el PP y malos resultados electorales, cuando la formación regionalista tiene que acometer una renovación profunda de liderazgos, dirección, postulados políticos y objetivos. Los tiempos son perfectos: con dos legislaturas –la estatal y la navarra– recién empezadas y en la oposición, sin apenas responsabilidades que distraigan los debates internos, y con los puestos de presidente, vicepresidente, secretario general y secretario de Organización vacantes. Pero UPN necesita mucho más que una nueva dirección. Aquí, seis temas de conversación que marcarán el congreso del 28 de abril.

Candidaturas

¿Unidad o batalla? UPN necesita una tregua tras dos años ‘malos’

Es, quizá, la idea más compartida. UPN necesita una tregua interna. Los dos últimos años han sido matadores: desde el cisma de los diputados Sayas y Adanero, el partido ha conocido las bajas en la militancia, la rebeldía en ciertos comités locales y la deserción de concejales o alcaldes. La vuelta del PP, precisamente con los diputados como reclamo, fue otro golpe. Y los resultados electorales, lejos de las expectativas –cuarto puesto en las generales–, inundaron el partido de una sensación de apatía. La militancia reclama paz interna y cunde la sensación de que el congreso necesita caminar hacia una lista de unidad. Pero no va a ser fácil. Esparza aglutinaba a toda su oposición en un mismo bloque. Sin Esparza, esa oposición se ha diseminado en un montón de microliderazgos que pugnan por hacerse un hueco. Para empezar, Cristina Ibarrola, la destronada exalcaldesa de Iruñea, ha anunciado este fin de semana su intencion de aspirar a la presidencia del partido en el Congreso del 28 de abril.

reconstrucción interna

Lo orgánico, prioritario

Arreglar las relaciones dirección-militancia

Está bastante extendido: del próximo congreso tiene que salir una nueva dirección que ponga en orden la casa. Es lo prioritario frente a otras necesidades como hacer oposición desde ya o encontrar un presidenciable. El partido necesita recuperar las buenas relaciones entre la dirección, los agrupaciones locales y la militancia, y a partir de ahí construir lo demás. Los últimos años de Esparza han estado marcados por la bunkerización interna: el presidente y su cámara de colaboradores gestionaban el día a día a golpe de orden, con mucho secretismo y poco margen para la participación de otras personas. El partido sabe que tiene que recuperar una interlocución sana, normalizada, más abierta y cercana. Toda la vieja dirección lo deja: Esparza, Enrique Maya –vicepresidente–, Yolanda Ibáñez –secretaria general– y Patxi Pérez –secretario de Organización–. Son puestos que precisan personas con recorrido interno, conocimiento del partido –y su idiosincrasia– y cierto predicamento entre la afiliación.

Reformulación programática

UPN en el mapa político: hacia un nuevo rol con la vista puesta en 2027

El congreso no solo renovará cargos personales; también hará reformas programáticas. UPN debe resituarse en un mapa político distinto al de hace diez años. Ahora empiezan los trabajos preliminares para las ponencias social, económica y política. El partido debe decidir qué papel desempeña: si afianza la sigla en un regionalismo capaz de pactar puntualmente con el PSN y Geroa Bai; o si lucha por volver a ser la referencia de la derecha sociológica y apuesta por comerse a PP y Vox con una oposición dura al Gobierno.

Relevos

Cambio generacional: caras ‘nuevas’ para los ‘nuevos’ tiempos

Los nuevos tiempos requerirán de nuevas personas. El partido tiene que relevar liderazgos –Esparza y Maya han acabado totalmente agotados–, dar un nuevo papel a los tótems –como Miguel Sanz– y dejar de estar en manos de las facciones de siempre: los Sánchez de Muniáin, los Caballero, los Elizalde... Hay toda una segunda línea –pensemos en Iñaki Iriarte, Ángel Ansa, Raúl Armendáriz, María Echávarri, Cristina Martínez Dawe... pero hay otros– a los que la afiliación mira como un relevo capaz de tener más protagonismo a partir de ahora.

Elecciones de 2027

El partido y las listas: la bicefalia partido-candidatos, a debate

La posibilidad de que el partido distinga candidatos de líderes internos es real. Algo parecido a una bicefalia, con una división entre la parte orgánica y los candidatos. Emana del contexto actual de un partido al que las forales de 2027 pillan muy lejos. Los nombres de Cristina Ibarrola, María Jesús Valdemoros y Alejandro Toquero tienen proyección externa, pero tienen poco predicamento interno. Son más candidatos que líderes del partido, por decirlo de alguna manera. Tampoco hay que perder de vista que las listas las confecciona una comisión controlada por la dirección y la ejecutiva, así que el presidente, el vicepresidente y el secretario general tendrán mucho que decir.

Implantación territorial

Más voz de los territorios: ‘volver’ a la Ribera (y al resto del mapa)

Si UPN quiere cumplir con su eslogan de partido de Navarra, tiene que ser mucho más transversal. A nivel interno, el partido tiene que ganar presencia en el norte y también en la Ribera, donde PP y Vox le han robado simpatizantes. Una idea que ronda el partido es potenciar algo así como unos portavoces territoriales: representantes de cada una de las zonas que se encarguen de los temas de sus territorios y sean los portavoces autorizados de verdad, no como ahora, que en la práctica o no ejercen o ejercen poco –la delegación de tareas es otra asignatura pendiente–. En definitiva, gente que trabaje comarca a comarca, especialmente allí donde la irrupción de otros partidos o la falta de liderazgos han alejado al partido del electorado.