El 1-O de la división: aplausos a Puigdemont y abucheos a Forcadell
El expresident apuesta por mantener el pulso mientras Aragonès pide acuerdos en una declaración en solitario
La crisis en el Govern provocó que ayer no hubiera acto unitario oficial por el quinto aniversario del referéndum, y que el president Aragonès se limitara a emitir un mensaje en solitario desde el Palau de la Generalitat, donde insistió en un pacto de claridad, similar a la Ley de Claridad canadiense, para que el referéndum sea respetado por la parte catalana y por la española y pueda tener reconocimiento internacional. Esta es una de las enseñanzas que ERC cree que dejó el 1-O, aunque Junts sigue rechazando el planteamiento.
Aragonès lanzó un llamamiento a la unidad soberanista sobre la base de un “acuerdo de claridad”, de manera que todos los ciudadanos se sintieran “llamados a votar”, que la comunidad internacional “acompañase” la votación, y que el Estado “reconociese el resultado”, a diferencia de lo que pasó en 2017. La propuesta no prosperó el viernes en la votación de las resoluciones del pleno de política general, porque solo tuvo el respaldo de ERC y los comunes.
La jornada dejó en evidencia la división. Aragonès no acudió a la concentración del Arc del Triomf de Barcelona, que contó con representantes de los partidos y un mensaje telemático del expresident Puigdemont, quien insistió en el desbordamiento democrático y en que el referéndum tuvo validez y no hace falta otro. Fue el más jaleado de la jornada, entre constantes aplausos y gritos de “president”.
Unas 11.000 personas, según la Guardia Urbana, asistieron a la concentración, encabezada por la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, y convocada por el Consell de la República, la ANC y Òmnium Cultural, entre otros. El manifiesto abogó por la vigencia de los resultados del referéndum. Forcadell pidió unidad pero, a pesar de su paso por la cárcel, fue abucheada y se mostró muy afectada. “Dejemos de pelearnos. Olvidemos los reproches y trabajemos juntos por una nueva oportunidad”, dijo.
La ANC celebró otro acto en la plaza Sant Jaume, donde se levantó un muro de urnas. Un millar de personas pidieron la dimisión del president y el Govern. La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, lamentó que los partidos “no se suman” a la vía para conseguir la independencia, y anunció una Conferencia Nacional por la Independencia para febrero.