Pedro Sánchez ha defendido un su discurso ante la Asamblea General de la ONU que haya para el Sáhara Occidental "una solución política mutuamente aceptable y en el marco de la Carta de las Naciones Unidas y de las resoluciones del Consejo de Seguridad".

En esta mención casi obligatoria al tema del Sáhara en el discurso anual español, no hubo la menor mención al cambio de postura de España sobre el conflicto el pasado marzo, cuando el gobierno de Sánchez dijo por vez primera que el plan marroquí de autonomía era "la base más seria, creíble y realista" para la resolución de esta disputa.

En su discurso, Sánchez ha asegurado que "no podemos arrastrar conflictos del pasado", tesis repetida por la diplomacia española para sustentar el nuevo giro, que supone aparcar la idea del referéndum de autodeterminación reclamado por el Frente Polisario.

El presidente del Gobierno español aclaró que el Estado sigue apoyando "la labor fundamental del Enviado Personal del secretario de la ONU", Staffan de Mistura, que pronto cumplirá un año en el cargo sin haber conseguido mover ni un ápice un conflicto totalmente estancado por las posturas maximalistas de Marruecos y el Polisario.

Sánchez no olvidó, como suele ser habitual, recordar que su gobierno "seguirá apoyando a la población saharaui en los campamentos, como ha hecho siempre, siendo el principal donante internacional de ayuda humanitaria" para la población de refugiados de los campamentos de Tinduf, en el sur de Argelia.

Guerra de Ucrania

El presidente del Gobierno español utilizó su discurso ante la Asamblea General de la ONU para referirse en primer lugar, como han hecho otros mandatarios, a la guerra de Ucrania, con el mensaje de que pese a los peligros que trae, no debe hacer perder la esperanza.

Dijo que la guerra en Ucrania ha hecho "temblar con fuerza como pocas veces los cimientos de esta institución" (la ONU), y lamentó que seis meses después "el horror" de la invasión rusa de grandes franjas de Ucrania siga presente y haya llevado a la humanidad a "tiempos que creíamos superados".

La crisis alimentaria causada por la guerra, unida a la crisis climática fruto del calentamiento global del planeta han puesto en jaque -recordó- a un mundo que apenas salía del golpe de la covid 19, una pandemia que exacerbó las desigualdades mundiales.

Ante esta situación, Sánchez ha reconocido que "es comprensible el hartazgo, especialmente entre los jóvenes nacidos con este nuevo milenio", pero dejó claro que pese a todo cabe la esperanza en la comunidad internacional, capaz de sobreponerse a cualquier adversidad, como cabe la confianza en una institución como la ONU "para encarar desafíos que no entienden de fronteras".

Esos desafíos los presentó en cinco frentes -la salud, la crisis alimentaria, la transición ecológica, la transición digital y la igualdad de género-, y ante todos ellos presentó un ejemplo de cómo España está respondiendo ante ellos para aportar soluciones que presentó como a la vanguardia.