El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha apartado al magistrado Carlos Ramos del juicio por desobediencia al expresidente del Parlament Roger Torrent y a su Mesa, al igual que ya hizo con el presidente del alto tribunal Jesús María Barrientos, por la sospecha de falta de imparcialidad.

En un auto, la sala de recusaciones del TSJC, con cuatro votos a favor y dos en contra, ha dado la razón al exvicepresidente del Parlament Josep Costa, uno de los procesados en esa causa, y ha apartado a Ramos. Argumenta para ello que las valoraciones que vertió en el informe presentado contra su recusación constata un “apasionamiento personal” que se explica en “términos humanos y de autodefensa” de su prestigio profesional, pero que “claramente” suscitan la “legítima sospecha de falta de imparcialidad”.

Esta misma sala ya acordó el 30 de junio apartar al presidente del alto tribunal del juicio a Torrent –actual conseller de Empresa– y a los miembros soberanistas de su Mesa cuando presidía el Parlament, al ver “comprometida su apariencia de imparcialidad” tras abandonar en 2018 un acto en el que el dirigente de ERC habló de “presos políticos”.

En aquella misma resolución, el TSJC rechazó la pretensión de Josep Costa (JxCat) para que también se apartara del juicio a Ramos, aunque finalmente la sala ha acabado dando la razón al recurso del exvicepresidente del Parlament. Como consecuencia, de los tres magistrados que inicialmente debían integrar el tribunal solo queda Carlos Mir.

El juicio a Torrent y a los miembros soberanistas de su Mesa –Josep Costa, Eusebi Campdepadrós (JxCat) y Adriana Delgado (ERC)–, que afrontan una petición de la Fiscalía de hasta un año y ocho meses de inhabilitación por permitir la tramitación de resoluciones soberanistas y de reprobación de la monarquía, se tuvo que aplazar tras la recusación de Barrientos y se fijó del 26 al 28 de octubre. El sustituto de Barrientos ya ha sido elegido y ahora se tendrá que volver a activar el mecanismo habitual para relevar a Ramos.

Informe hostil

La defensa de Costa alegó que Ramos, en su informe del 2 de junio en contra de que se le apartara del juicio, mostró “hostilidad y animosidad”, al incluir expresiones sobre los argumentos de la recusación como “delirante interpretación”, “burda reproducción”, “nefasto propósito de inducir a la confusión” y “extraordinariamente confusa, con razonamientos truncados y plagados de hipérboles injustificadas”. En el auto en que estima la recusación, la sala reconoce que el informe no sitúa a Ramos “en posición de garantizar la imparcialidad de su actuación”.