- La jueza del caso Erial ha puesto colofón a la instrucción de la causa contra Eduardo Zaplana con un revelador auto que pone de manifiesto que la acusación contra el expresident de la Generalitat Valenciana y exministro parece contar con evidencias incriminatorias más allá de los conocidos como papeles del sirio, cuya existencia y hallazgo parecen propios de una novela negra. Al margen de estos papeles y su rocambolesca llegada a manos de la Justicia, este último auto cimenta otras pruebas contra Zaplana en forma de documentos, testimonios y la trazabilidad de una fortuna en fondos e inmuebles.

Los conocidos como papeles del sirio tienen su origen en un registro en el despacho de abogados del autodenominado yonqui del dinero, Marcos Benavent (protagonista principal de otra macrocausa vinculada con la corrupción, el caso Imelsa, sobre prevaricación, malversación de caudales públicos, falsedad en documento mercantil, fraude en la contratación y blanqueo de capitales en esta empresa de la Diputación de Valencia), y están considerados por los investigadores como la "auténtica hoja de ruta" para el supuesto amaño de las licitaciones por la Generalitat Valenciana del Plan Eólico y las ITV y el aparente cobro de comisiones ilícitas.

Los documentos estaban en poder de Marcos Benavent porque se los había entregado en el año 2012 una persona de origen sirio llamada Imad, que dijo haberlos encontrado "abandonados" dentro de un sobre unos diez años antes, alrededor de 2007, en una vivienda en la que residió en régimen de alquiler, cuyos propietarios fueron entre 1998 y diciembre de 2006 Zaplana y su esposa.

Se trataba de tres documentos donde se vislumbraba, según los investigadores, una posible connivencia en la adjudicación de determinadas concesiones públicas del Plan eólico y las ITV a favor de sociedades ligadas al grupo Sedesa, del clan familiar de los Cotino (encabezado por el fallecido exdirector general de la Policía, Juan Cotino), por las que abonaron, según la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, unas comisiones ilícitas de 6,4 millones de euros.

Más allá, hay otros documentos que parecen al expresidente valenciano, como los hallados en su domicilio más reciente de Valencia, en los que, según la jueza instructora, "se describe el proceso del retorno" de los fondos desde una de las sociedades luxemburguesas (Imison) donde los Cotino, supuestamente, depositaron las comisiones ilícitas. Dicho documento refleja también las inversiones inmobiliarias en la Costa Blanca y en embarcaciones realizadas con dichos fondos.