El esfuerzo de consenso que han realizado los partidos en el Parlamento Vasco para sentar las bases de una futura Ley de Educación ha encarrilado un debate complejo y clave en la comunidad autónoma: han concretado varios requisitos que deben cumplir las escuelas para recibir financiación pública, en un territorio donde la red concertada supone casi el 50% del total. PNV, EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos-IU han acercado posiciones para que estos centros tengan que respetar el currículo y los criterios de evaluación que se definan en la nueva ley que redacte el Gobierno vasco, no se permitirá la segregación por sexos, tendrá que existir un compromiso con la inclusión social, y deberán seguir procesos transparentes de contratación del personal, así como respetar la laicidad, entre otros puntos.

Los cuatro partidos anunciaron el pasado viernes que habían alcanzado un acuerdo sobre el borrador parlamentario, que recoge un centenar de aportaciones de expertos y servirá de base para que el consejero Jokin Bildarratz redacte un anteproyecto. Pero todavía no se conoce el texto definitivo. Tiene que votarse en comisión, en principio, el próximo lunes.

En el debate sobre la segregación, muchas propuestas vienen de la bancada de EH Bildu. La coalición abertzale únicamente puede confirmar a este periódico que todas sus propuestas han sido incorporadas al dictamen, pero que los servicios del Parlamento están ultimando aún la redacción definitiva del texto que se tiene que votar en comisión y después en pleno. En ese sentido, algunas de sus alegaciones han sido transaccionadas, y otras se han asumido directamente. Se ha limado la redacción de todos los grupos en varios puntos. De ahí que todavía impere la prudencia a la hora de desvelar la literalidad o la redacción final del acuerdo. Se votará en pleno el 7 de abril.

Una de las cuestiones que planteaba EH Bildu, y que en principio ha sido aceptada a la espera de conocer la redacción final y concreta, es la apuesta por la laicidad. EH Bildu planteaba dejar claro que el Sistema Educativo Vasco es laico, y que el mínimo establecido por la Ley Orgánica estatal será el máximo de horas que los centros vascos pueden ofrecer a la asignatura de Religión. Se trata de garantizar que no exista un adoctrinamiento, según planteaban. En cualquier caso, el cumplimiento del requisito de laicidad puede venir también por otro camino: EH Bildu puso igualmente sobre la mesa que, para recibir financiación pública, los centros no puedan segregar por sexos, lo que en la práctica cierra la puerta a los centros del Opus Dei.

UNA RED CON LA PÚBLICA Y LA CONCERTADA

Ha actuado como un pegamento para los partidos la preocupación por la integración social de los alumnos migrantes y más vulnerables, ahora agrupados en los centros públicos por algunos procesos de selección que se dan en escuelas concertadas y en casos flagrantes en ciertas capitales. PNV y PSE ya acordaron un paquete de alegaciones para poner condiciones a la concertada y subrayar, en cualquier caso, el protagonismo de la red pública, algo que quería dejar patente Eneko Andueza.

No obstante, se sigue apostando por sumar esfuerzos con la concertada con el argumento de que presta un servicio público y es un modelo que también funciona en la universidad. Elkarrekin Podemos-IU anunció otros compromisos relacionados con las auditorías, para que se sepa a qué destinan los recursos en los centros concertados. EH Bildu, que ha optado por la discreción, llevaba meses trabajando en este acuerdo y realizando aportaciones que se han tenido en cuenta.

Con el acuerdo sobre los requisitos, se configura un sistema de educación que suma los esfuerzos de las redes pública y concertada. En concreto, se ha alcanzado un consenso en virtud del cual la prestación del servicio público se realizará a través de los centros públicos y de los concertados. Pero solo los centros que se comprometan con el cumplimiento de los requisitos recibirán dinero público y podrán formar parte de este servicio vasco de educación. Se va a fijar cierta progresividad para cumplir las condiciones. Podría quedar para una regulación posterior del Parlamento o para la propia ley concretar de cuántos años se habla.

CUMPLIR CON LA LENGUA

A la espera de conocer la redacción final del dictamen, los centros tendrán que respetar los criterios que fijará la nueva ley sobre el currículo y los mecanismos de evaluación, tanto de los proyectos lingüísticos como de los educativos. En la lengua, de hecho, se ha planteado que tengan que alcanzar los objetivos que marcará la nueva ley en la medida en que lo exija su entorno sociolingüístico, y el Gobierno facilitará recursos a los centros de entornos con baja presencia del euskera.

No se permitirá la segregación por sexos, y los centros tendrán que garantizar la libertad sexual y de género, además de la laicidad. Bildu plantea criterios sobre las horas de Religión. Se ha propuesto una gobernanza con la participación democrática de la comunidad educativa, y que los centros participen en los órganos locales regulados para la planificación de la oferta escolar. Se comprometerán con la inclusión, y la concertada desarrollará procesos transparentes de contratación. Se rechaza el ánimo de lucro.