- Hoy mismo toman posesión de sus carteras, arrancando con esa icónica imagen un nuevo ciclo en el que el presidente Pedro Sánchez confía en garantizar la estabilidad para alcanzar sin sobresaltos el final de la legislatura en 2023. Pero el camino que emprenden Pilar Llop (Justicia), José Manuel Albares (Exteriores), Raquel Sánchez (Transportes), Pilar Alegría (Educación), Félix Bolaños (Presidencia), Isabel Rodríguez (Política Territorial y portavoz del Gobierno) y Diana Morant (Ciencia e Innovación) a buen seguro estará trufado de desafíos. Son los elegido de Sánchez para afrontar el reto catalán y la recuperación económica tras la pandemia.

Isabel Rodríguez

Ministra de Política Territorial y portavoz

La castellano-manchega Isabel Rodríguez, alcaldesa de Puertollano (Ciudad Real) hasta ayer mismo, será un personaje nuclear en el nuevo Ejecutivo de Sánchez. Sobre sus hombros recaerá mantener el equilibrio del frágil andamiaje territorial en unos tiempos en los que el procés catalán sigue bullendo. Más lo hará a finales de este mes, cuando se reúna la comisión bilateral Estado-Generalitat que fija las inversiones a realizar en suelo catalán. Y más aún si cabe subirá el termómetro de las relaciones en septiembre, cuando Rodríguez deba encarar la mesa de negociación Estado-Catalunya que debe dar salida a numerosos interrogantes. Por si acaso, la ministra -curtida tanto en el Senado, donde fue la senadora más joven de la historia con apenas 23 años, como en el Congreso, y desde bien joven además tras una meteórica carrera en el PSOE- ya ha recibido el aviso del president Aragonès. En cuanto a la agenda vasca, hay transferencias pendientes por traspasar y asoma en el horizonte un nuevo estatus que establezca el nuevo marco de relaciones con España. Ambas cuestiones, la catalana y la vasca, pondrán a prueba la capacidad de negociación de Rodríguez. En todo caso, las fuentes socialistas se aferran al dilatado currículum de Rodríguez. Sanchista en la autonomía dirigida por Emiliano García-Page, paciente y todoterreno, también deberá lidiar con los periodistas cada semana. Mucho trabajo.

Félix Bolaños

Ministro de la Presidencia

Será el cerebro en la sombra, quien deberá maniobrar en los Consejos de Ministros semanales para mantener la cohesión del Gobierno de coalición PSOE-Podemos. Y para fijar una dirección durante los próximos 30 meses. Pero Bolaños está más que curtido en la fontanería tras haber sido secretario general de la Presidencia, lo que le ha permitido conocer al detalle los entresijos de Moncloa. Deja atrás la alargada sombra del gurú Redondo para situarse solo en la cumbre. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, reconocido abogado -pasó por el Banco de España, entre otros cargos-, asesor jurídico de Sánchez hasta erigirse en su “arquitecto jurídico” y militante socialista hasta la médula, discreto y siempre fiel al líder de Ferraz, el madrileño deberá cuidar los choques que los miembros de Podemos. Ese será su principal cometido: apagar los posibles incendios que puedan generarse. Es considerado como “el hombre del presidente”.

Pilar Llop

Ministra de Justicia

Jueza y experta en materia de violencia de género, no en vano fue delegada del Gobierno en este asunto, Llop salta a un ministerio tras fajarse en la presidencia del Senado, donde ha marcado un perfil bajo pero constante en el día a día de la Cámara Alta. La madrileña -único de los fichajes de Sánchez sin carnet socialista- tendrá varias patatas calientes sobre la mesa: la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), modernizar la Justicia o lidiar con el asunto de los indultos a los presos catalanes serán los principales. En cuanto al CGPJ, Llop deberá trabajar para remodelar el órgano de gobierno judicial, paralizado desde finales de 2018. Enfrente tendrá a Enrique López, responsable de Justicia e Interior del PP, por lo que alcanzar un acuerdo parece misión imposible. Tampoco parece fácil un pacto para actualizar el Tribunal Constitucional. Por otro lado, deberá lidiar en un tema que ha quemado a su antecesor, Juan Carlos Campo. Se trata de los indultos a los políticos catalanes, donde deberá abordar con la reforma de los delitos de sedición y rebelión en el Código Penal para adaptarlos a los nuevos tiempos. A ello se le suma la reforma de los delitos de enaltecimiento del terrorismo, contra los sentimientos religiosos y de injurias a la Corona. En suma, muchos frentes abiertos para Llop.

José Manuel Albares

Ministro de Exteriores

Permaneció al lado de Sánchez en la famosa foto del avión Falcon. Pero José Manuel Albares es mucho más que una simple imagen. Diplomático de carrera con pasado en las aulas de la Universidad de Deusto, el nuevo ministro de Exteriores tendrá un rompecabezas principal en su cabeza: salir airoso del conflicto con Marruecos, el choque que supuso la tumba ministerial de su antecesora. Recorrido no le falta: cónsul en Bogotá y consejero de Representación Permanente de España ante al OCDE, secretario general de Asuntos Internacionales, Unión Europea, G-20 y Seguridad Global, es un personaje cercano al presidente español desde 2015, del que ha ejercido de sherpa -asesor que prepara el terreno a un dirigente- en reuniones de amplio calado internacional. Además de reconducir el choque de trenes entre España y el reino alauí, Albares también deberá aplacar el creciente descontento entre la diplomacia española, fijar una posición sólida contra el auge de la extrema derecha en Europa o reforzar la colaboración con Estados Unidos.

Pilar Alegría

Ministra de Educación

Sin haber recibido aún la cartera de Educación, Alegría ya ha sido motivo de crítica de la derecha por llevar a su hijo a un costoso colegio privado. Pero, por lo pronto, la aragonesa Pilar Alegría tendrá un dolor de cabeza mayor en el despliegue de la LOMLOE, la ley educativa heredada de Isabel Celaá. Maestra aunque jamás ha ejercido como tal, lo cierto es que es una figura bien cercana al PSOE de Aragón, donde ejercía de delegada del Gobierno pero antes había ostentado la consejería de Innovación, Investigación y Universidad o había dado el salto al Congreso. Un recorrido pegado al socialismo, aunque no a Sánchez -apoyó a Susana Díaz en el pasado-, algunos ven su paso por el ministerio servirá para encarar otro cometido bien diferente: ser la sucesora del presidente aragonés, Javier Lambán.

Raquel Sánchez

Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana

Sustituye a Ábalos al frente de un Ministerio que podría parecer menor, pero que se había instalado en el conflicto permanente. Y en esa situación vivirá al menos unos meses Raquel Sánchez. Militante del PSC desde los 18 años y hasta la fecha alcaldesa de Gavá (Barcelona), precisamente de su municipio podrían venir sus principales piedras en el camino. Siendo regidora dio un paso hacia la regulación del precio de los alquileres, lo que le ha permitido a Unidas Podemos sacar la pata para presionar al Ejecutivo en este sentido. La ampliación del aeropuerto de El Prat, una megainversión de AENA en la que parece que la ya ministra confió mucho es otra china en su zapato. Pero manejará el presupuesto de obra pública estatal en pleno época de recuperación económica y deshielo con la Generalitat, cuestiones que no son baladíes.

Diana Morant

Ministra de Ciencia e Innovación

La más deconocida del nuevo gabinete de Sánchez, la exalcaldesa de Gandía (Comunitat Valenciana) Diana Morant es ingeniera en telecomunicaciones y una socialista adscrita al sector de Ximo Puig en el seno del PSPV. Deberá pilotar la actualización de la Ley de Ciencia, vigente desde 2011, además de un presupuesto de más de 3.000 millones de euros para dar un salto d calidad en uno de los principales handicaps del Estado: la I+D+i.