madrid - El que fuera comisario superior de la Comisaría de Coordinación Central de los Mossos, Joan Carles Molinero, aseguró ayer que destruyeron el único documento escrito del plan que idearon para detener a Carles Puigdemont y al Govern si así lo ordenaba un juez. En el juicio de la Audiencia Nacional al major Josep Lluís Trapero y a la cúpula de los Mossos por el procés, el comisario confirmó que Trapero les pidió a él y al otro comisario superior, Ferran López, que “con la máxima discreción” prepararan un dispositivo para detener a Puigdemont y al resto del Govern en caso de que así lo pidieran las autoridades judiciales. Trapero les reunió en la mañana del 25 de octubre de 2017 -dos días antes de la declaración de la DUI- para solicitarles ese plan y decirles que él mismo, como máximo responsable de los Mossos, sería el encargado de arrestar a Puigdemont, pero los dos comisarios le insistieron en que deberían ser ellos dos quienes lo hicieran.

Nada de este quedó por escrito, pero lo que sí reflejaron en un documento fue el listado, en modelo excel, del binomio formado por un comisario y un intendente al que le correspondería detener a cada miembro del Govern. Este listado también era secreto y el binomio no conocería su misión hasta que tuviera que llevarla a cabo. “Lo único que fue por escrito fue ese listado. Lo destruimos”, manifestó Molinero, quien explicó que la Prefectura de los Mossos recibió un correo del comisario Francisco Javier Gámez donde les pedían medidas para hacer frente a cualquier actuación ante una eventual declaración de independencia.

“Pero el mandato de un dispositivo específico para la detención del president y de miembros del Govern nos la hace personalmente el mayor Trapero”, precisó Molinero antes de asegurar que el plan lo diseñaron el 25 de octubre y que antes de esa fecha no se habían planteado ninguno en ese sentido. A preguntas de la abogada del mayor, Olga Tubau, el testigo afirmó que no detectó ningún tipo de connivencia de Trapero y los responsables políticos en la gestación del proceso que se inició para la independencia de Catalunya. “Lo que detectábamos es un alejamiento cada vez más de Trapero y de la Prefectura del entorno político”, aclaró Molinero.