Donostia - La Audiencia Nacional condenó ayer a 33 años de cárcel al exjefe del aparato militar de ETA Xabier García Gaztelu y a otros tres miembros de la organización armada por el asesinato del funcionario de prisiones Máximo Casado Carrera el 22 de octubre de 2000 en Gasteiz. En su sentencia, la sección primera condena a Garcia Gaztelu como la persona que ordenó el atentado y también a los tres autores materiales: Iñigo Guridi Lasa; Asier Arzalluz Goñi y Aitor Agirrebarrena Beldarrain, Peio.

El tribunal impone a los cuatro la misma pena de 30 años de cárcel por un delito de atentado terrorista con resultado de muerte y otros 3 años por un delito de daños con finalidad terrorista, además de una indemnización de 305.000 euros para la viuda de la víctima y la misma cantidad para su hija.

Según la sentencia, bajo el mando de Garcia Gaztelu los condenados, miembros del comando Ttotto, colocaron una bomba lapa en los bajos del coche del funcionario, que estaba destinado en la cárcel alavesa de Langraiz Oka. La bomba estalló sobre las 7.45 horas del 22 de octubre, cuando Casado intentaba poner en marcha su vehículo, y la deflagración le ocasionó la muerte en los momentos inmediatamente posteriores como consecuencia del shock traumático y de una hemorragia que afectó a sus órganos vitales.

El tribunal aplica la pena máxima a los acusados porque entiende que la víctima fue seleccionada solo porque era funcionario de prisiones, dentro de la campaña que ETA había diseñado de acciones contra “carceleros y poder judicial”.

Los ahora condenados, indica, realizaron un seguimiento al funcionario, con vigilancias precisas, y además uno de los miembros del comando era vecino suyo, “lo que facilitó sobremanera la preparación del atentado”.

“Se trata -dice la sentencia- de un atentado que se lleva a cabo como mecanismo para atemorizar al colectivo profesional y al conjunto de la sociedad, además de intentar obtener determinados fines políticos perseguidos por la banda terrorista ETA, a través del enorme dolor que se causa con la muerte de una o varias personas”. El ataque, añade, se hizo con alevosía, una agravante que deriva especialmente de la forma en la que se produjo el asesinato, mediante la colocación de una bomba lapa provista de un dispositivo de activación por el movimiento, que sorprendió indefenso y sin posibilidad de reaccionar a quien en ese momento iba a poner en marcha el vehículo.

La sentencia explica que los cuatro condenados pertenecían al comando Ttotto, que comenzó a actuar a finales de junio de 1999 en Araba y señala que el papel de Garcia Gaztelu, que en aquel momento estaba en Francia encuadrado en el aparato militar, fue ordenar a los otros tres procesados que atentaran contra el funcionario. - Efe