Donostia - El histórico miliciano Luis Ortiz Alfau falleció ayer en Bilbao a los 102 años. Creció en el seno de una conocida familia socialista de la capital vizcaina. Sufrió la Guerra Civil, tres campos de concentración y dos años de trabajo esclavo en el franquismo y por su periplo en aquellos años, el Gobierno Vasco le concedió en 2016 premio René Cassin, de Derechos Humanos.
A la edad de 94 años, se presentó además a las elecciones municipales de Bilbao en la lista electoral del PSE-EE que encabezó Txema Oleaga. Fue uno de los soldados del lehendakari Aguirre que dio testimonio ante la jueza María Servini de Cubría, en la querella vasco-argentina. “¡Quedamos cuatro gatos!”, reaccionaba ayer el gudari José Moreno, del Batallón San Andrés al notificarle la pérdida de Ortiz Alfau. “Manteníamos la amistad de cuando nos juntábamos en el homenaje anual de Artxanda. Luis era una persona muy franca, como lo éramos todos los gudaris. Él era uno más. Es una pena que nos vayamos muriendo todos y que los que quedamos no seamos recordados en vida”, aprovecha para reivindicar una mayor atención.
Cuando los golpistas se sublevaron en 1936, Ortiz Alfau se fue a alistar voluntario para defender los derechos humanos y las libertades democráticas. Como combatiente del Euzkadiko Gudarostea estuvo en los montes Intxorta y fue testigo del bombardeo de Gernika-Lumo. “Fue horroroso. Tuvimos que ir a recoger muertos. Todo en llamas. No conocíamos la guerra; éramos como futbolistas con ímpetu”, proclamaba.
Le llegaron a comunicar a su madre que él había muerto. “Tras estar en el campo de concentración de Gurs, vine preso a Deusto, y le habían dicho que me habían matado en Gernika”, explicaba quien coincidió con el icono anarquista Félix Padín y con el tótem comunista Marcelo Usabiaga durante la batalla.
El periodista Ander Izagirre, que escribió una biografía de Ortiz Alfau para el Instituto Gogora, recordó cómo el excombatiente “sufrió la Guerra Civil, tres campos de concentración y dos años de trabajo esclavo en el franquismo. Tuvo que callar durante décadas. A partir de los 87 años rejuveneció peleando por la memoria histórica y nos ha dado grandes lecciones de coraje y humor”. - N.G.