Donostia - En el vídeo que ayer dio la puntilla a Cristina Cifuentes se aprecia cómo la expresidenta sustrajo dos botes de crema antiedad de uno de los lineales y fue descubierta por una dependienta, que avisó a seguridad. Los vigilantes, que no identificaron a la exdirigente del PP como número dos de la Asamblea de Madrid, le reclamaron la mercancía, pero ella, que en un momento de la grabación los saca del bolso y se los muestra al personal de seguridad, argumentó que eran de su propiedad y que ya los llevaba en el bolso cuando entró al establecimiento. Fue en este punto cuando el guarda jurado llamó a la Policía, ante la negativa de Cifuentes de abonar los frascos de crema. La Policía se personó en el supermercado alertada por sus responsables, pero no llegó a detenerla porque esta pagó los 44 euros de las cremas, según fuentes policiales. El supermercado, por tanto, dio el asunto por zanjado, mientras la comisaría de Puente de Vallecas nunca llegó a requerir las imágenes, sin que exista acta de la intervención de aquel día en el centro comercial.

Eroski dice que el material grabado en la tienda se destruyó en menos de 30 días, de acuerdo con su protocolo de seguridad. En un comunicado, la empresa de distribución vasca mostró su sorpresa por “la publicación de un vídeo en relación con un hurto realizado en 2011” en uno de sus antiguos centros en Madrid, “que fueron vendidos a otro operador ese mismo año”. Además, matizó que, “dentro del marco legislativo vigente en 2011”, las copias de grabaciones de videovigilancia “debían ser realizadas exclusivamente dentro de la cadena de custodia garantizada por el servicio de vigilancia contratado”. En este sentido, la cooperativa añadió que “toda la documentación” relacionada con temas de seguridad de esa tienda “fue destruida tras su traspaso al nuevo operador”.

“ella sabía lo que hacía” El vigilante, que no quiso desvelar su identidad, intervino telefónicamente ayer en La Sexta para aseverar que sabe que “en 15 días se borró todo”. A su juicio, “alguien” tuvo que quedarse “con esa grabación”, y recuerda “perfectamente” cómo vio en las cámaras de seguridad a una mujer “rubia con un vestido azul” que “sacaba dos botes de su caja y se los metía en el bolso”; al preguntarle, ella afirmó no haber hecho “nada” y cuando se le invitó a vaciar el bolso sacó solo un bote. En un primer instante, según el vigilante, Cifuentes aseguró que no pagaría; luego dijo que sí pero explicó que no tenía efectivo, motivo por el que cogió las cremas. El miembro de seguridad afirmó estar “seguro” de que Cifuentes “sabía lo que hacía” y matizó que cuando la pararon se mostró “segura”, y que cambió de actitud al conocer que había una grabación, empezó a “mostrarse insegura y decir que ella nunca había hecho eso antes”. “Yo no sabía nada, actúe como con todas las clientas”, zanjó.

La legislación actual determina que las imágenes grabadas por los equipos de seguridad de instituciones y locales como centros comerciales sean borradas en el plazo máximo de un mes salvo que se advierta un delito, lo que es comunicado a las fuerzas y cuerpos de seguridad, o las requieran estas o un juzgado.