donostia - Tras el shock inicial que supuso la detención de Carles Puigdemont, cuando se encontraba en pleno trayecto entre Finlandia y Bélgica con el fin de eludir la euroorden reactivada por el juez Pablo Llarena, los abogados del president de la Generalitat cesado exhibieron ayer un indisimulado optimismo de cara a su futuro procesal. Mientras su defendido sigue en una prisión al norte de Alemania a la espera del pronunciamiento de la Justicia germana, y cuando ya se daba por supuesta su entrega al Estado español, donde está acusado de rebelión y malversación de fondos públicos, sus representantes legales dijeron confiar en una pronta liberación del dirigente soberanista catalán.

En primer lugar fueron los abogados alemanes Wolfgang Schomburg y Sören Schomburg quienes reclamaron al Gobierno de Angela Merkel que evite la entrega de su cliente. En una declaración por escrito difundida ayer, alegaron que “las acusaciones son injustificadas. Por ello es evidentemente ilícita la petición de extradición y son patentes las razones políticas de su prosecución penal”. A su juicio, Puigdemont “está prisionero en una cárcel alemana porque defendió sus convicciones políticas, permitió manifestaciones políticas y llevó a cabo un referéndum democrático”.

Este emplazamiento se produce después de las críticas que la defensa ha venido vertiendo -y que el abogado Jaume Alonso-Cuevillas reiteró ayer- contra los servicios de inteligencia españoles por esperar a que el expresident llegara a Alemania para detenerle, por entender que su legislación era más propicia a la extradición. Pese a ello, la defensa germana del político catalán confía en que “la Justicia alemana evite la entrega de Puigdemont a España y le devuelva su libertad”.

En su escrito, los dos letrados agregan que, al margen de “qué posiciones se defiendan en el caso del referéndum de independencia catalán, debe prevalecer la evidencia en toda Europa de que también opiniones incómodas, manifestaciones o referendos están libres de cualquier tipo de persecución estatal”. Wolfgang Schomburg visitó en la mañana de ayer a Puigdemont en prisión. A su salida, declaró a los medios presentes que “confío primero en la independencia de los jueces y, en segundo lugar, en el Gobierno alemán”. “Estoy bastante seguro de que tan pronto como sea posible estará libre. Y espero que sea gracias al Gobierno alemán”, insistió. Calificó además de “fantástico” el humor y la condición en la que encontró a su defendido en la cárcel.

Destacado penalista, Wolfgang Schomburg atesora una larga experiencia en tribunales internacionales. Tras la entrada en prisión provisional de Puigdemont el pasado domingo, el jurista se hizo cargo de su defensa junto con su hijo Sören. Después de ejercer unos años como abogado, entre 1995 y 2000 fue juez en el Tribunal Supremo, con sede en Karslruhe, para convertirse después en el primer alemán elegido para formar parte de un tribunal penal internacional. Así, hasta 2008 fue juez en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) en La Haya y en el de Ruanda, con sede en Arusha (Tanzania).

Localizador en el coche Además de esta apelación al Gobierno de Merkel, el abogado Jaume Alonso-Cuevillas aludió también a las circunstancias que rodearon el operativo para detener a Carles Puigdemont y, el pasado miércoles, a varios de sus colaboradores en Barcelona, dando a entender que podrían hacer decaer el proceso. Calificó de “despropósito jurídico” la detención del expresident en Alemania y la de los dos mossos y del historiador Josep Lluís Alay que le acompañaban. Estos últimos fueron puestos en libertad horas después.

En RAC-1, explicó que cuando los agentes de la Policía Nacional arrestaron a Alay, en el aparcamiento del centro comercial Illa Diagonal, el historiador pudo ver cómo sacaban un localizador de su coche. Censuró además el “show” para detenerle, con público y en un centro comercial, y lo atribuyó a “una campaña del miedo al entorno del presidente”. Agregó que “hay elementos muy sólidos para pensar que puede ser denegada” la extradición.