BILBAO. El libro, obra del exdiputado Iñaki Anasagasti y del periodista Koldo San Sebastián, ha sido presentado hoy en Bilbao por el presidente del PNV, Andoni Ortuzar.
"Hacía falta un libro que contara la verdad de aquel Pacto de Santoña" y que reconociera a los "gudaris" y a los dirigentes del PNV "que dieron la cara por los gudaris en difíciles momentos", como Juan de Ajuriagerra, que volvió del exilio para negociar ese acuerdo y entregarse en la playa cántabra de Berria, ha dicho Ortuzar.
Anasagasti ha señalado que esta obra es un "libro-vacuna" ante la "manipulación" que se producirá con motivo del 80 aniversario del Pacto de Santoña para presentarlo como "una traición".
El exdiputado ha justificado la rendición por varios motivos, el primero que la República no dio armas al Gobierno Vasco para defenderse de los franquistas, ya que no tuvo ni aviación, ni artillería ni marina.
La traición de Alejandro Goicoechea, que entregó a los franquistas los planos del "Cinturón de hierro" de Bilbao; las amenazas del general Mola, al que ha definido como un "asesino", de "arrasar Vizcaya" tras 600 bombardeos; y la inacción de Francia y Gran Bretaña han sido otros tres motivos ofrecidos por Anasagasti.
Además, ha asegurado que el lehendakari Agirre propuso a la República llevar el ejército vasco a Cataluña a través de Francia para seguir combatiendo y que la República lo rechazó.
Por su parte, Koldo San Sebastián ha afirmado que en el Pacto de Santoña no solo estuvo el PNV, sino también otras formaciones nacionalistas (ELA, ANV y Jagi Jagi), la CNT y un batallón de Izquierda Republicana, y que también hubo negociaciones y acuerdos similares con los sublevados después en Cantabria y Asturias, comunidades en las que tampoco se destruyó la industria antes de la derrota ante los franquistas.
"Un vez perdida la esperanza se trató de salvar el mayor número posible de vidas y de haciendas. El libro -ha añadido San Sebastián- es la versión de los que sí estuvieron en el Pacto de Santoña, de lo que nos pasó y de lo bien que nos salió", ya que aunque hubo fusilamientos tras la rendición fueron muchos menos de los que antes hubo en Navarra o después en Asturias.