donostia - Su afición, el boxeo, ha pasado de ser su salvación hace apenas dos años a ser su vía de captación, según la Policía. Mehdi Kacem, de 25 años, llegó a Euskadi recomendado por unos amigos en 2013 procedente de Catalunya, donde a su vez había aterrizado desde Castilla La Mancha: “Estuve un año, donde sobreviví sin recursos. Me limitaba a ir a la mezquita y estar con la gente. A veces me tocaba dormir en la calle”.
Al llegar a la CAV, este joven contactó con la asociación intercultural Kolore Guztiak, compuesta por profesionales de los servicios sociales. Kacem traía una trayectoria difícil en su Marruecos natal. “Me metí en las drogas y mi vida se volvió muy complicada. Decidí arreglar las cosas y con 20 años mi madre me mandó a España”, aseguró en un reportaje que junto a su historia publicó NOTICIAS DE GIPUZKOA en su edición del 12 de marzo de 2015. Antes de ese descenso al Averno, empezó a practicar boxeo. Era 2008: “Entrenaba en un cuartel militar. Fui tercero en el campeonato de Marruecos”.
Años después, ya afincado en Beasain, con prácticas en una empresa de fontanería de Errenteria y subcampeón de Gipuzkoa de semipesados, declaró que “conocer a los amigos de Kolore Guztiak ha sido muy importante. Llevaba años sin boxear, pues los gimnasios de aquí son muy caros. El primer día que entré al gimnasio me emocioné al recordar viejos tiempos”.
Kacem, en el grupo de boxeo Salam que creó la asociación, participaba en un programa ayudado por la Diputación. Kolore Guztiak aseguró ayer a la agencia Efe que el proyecto dejó de funcionar, aunque el joven mantenía cierta relación con la asociación.
“No solo practicamos boxeo, también estamos obligados a estudiar y a reunirnos con la trabajadora social. Estoy muy ocupado y el boxeo me sirve para relajarme. Es una gran ayuda”, describió Kacem en el mismo reportaje en el que explicó cómo cuando concluyó “la fase de seguimiento” del programa de inserción, le ofrecieron “ir a vivir al piso de Hernani o al de Beasain. Como mi entrenador trabaja en el piso de Beasain, decidí venir aquí. Estoy a gusto en este pueblo y ya tengo amigos, pero también paso mucho tiempo en Donostia. Hay que tener en cuenta que entreno allí y trabajo en Errenteria”.
Casi dos años después de aquel testimonio, cuando era ayudante de su entrenador en Salam Boxing Team, la Policía Nacional detuvo ayer al joven en un chalet de Donostia y en su comunicado oficial apuntó a la afición que en Gipuzkoa ayudó a Kacem a salir del infierno: “No dudaba en acercarse a jóvenes en riesgo de exclusión social, fácilmente influenciables y emocionalmente inestables, aprovechando su condición de profesor de boxeo para ganarse su confianza”. - N.G.