madrid - La Audiencia Nacional absolvió ayer por falta de pruebas al exresponsable del aparato militar de ETA Mikel Karrera Sarobe Ata, al no poder acreditar que ordenara al comando Otazua el atentado con furgoneta bomba contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos en julio de 2009, que causó 160 heridos. Ata se enfrentaba a una petición de 3.860 años de cárcel, aunque seguirá cumpliendo cadena perpetua en Francia por otros casos.

La sentencia dice que los informes policiales no permiten probar que en 2009 fuera el jefe militar, y que la declaración incriminatoria de Iñigo Zapirain, uno de los miembros del comando, tampoco es suficiente. Zapirain situó a Ata al frente de los comandos, pero en el juicio aseguró que su declaración policial había sido obtenida “bajo amenaza de causar un mal a su pareja”. Los magistrados consideran que la “verosimilitud del testimonio decae por su propia contradicción” y añaden que cabe “argumentar que es factible que haya podido reconstruir el recuerdo” porque, por un lado, dijo que no se acordaba de nada pero, por otro, ofreció varios detalles. - Efe