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Paesa ‘revive’ para contar su guion

El exespía reaparece en una entrevista en la que afirma que no se lucró con Roldán y que ofreció devolver el dinero

Paesa ‘revive’ para contar su guionFoto: N.G.

donostia - Ante el estreno de El hombre de las mil caras en el Zinemaldia, el largometraje que relata su vida, el antiguo espía del Cesid, Francisco Paesa, a quien en 1998 se dio por muerto tras publicarse una esquela en El País, ha resucitado para dar su propia versión de la historia, en la que asegura que no cobró “ni un céntimo” del dinero que se llevó el exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldán, en 1994 y que, de hecho, le planteó devolverlo.

Paesa concede una entrevista a Vanity Fair, que se centra en su participación en la huida de Roldán, a quien había conocido, dice, en una breve reunión en la que él acompañaba al ministro de Asuntos Exteriores de Guinea, país para el que asegura que trabajaba como embajador no residente. Según el exespía, alguien de “una alta jerarquía del Gobierno” le dijo que “a ver si podía ayudar” a Roldán, porque “había hecho una estupidez”. Aunque afirma que él optaba por “buscar una solución para que el tema no se envenenase”, el exdirector de la Guardia Civil ya había optado por la huida.

Francisco Paesa, que se define como un “patriota”, insiste en que no cobró por este trabajo: “Había una premura por dar una solución al tema. Yo no he cobrado ni un céntimo de Luis Roldán. Es más, me ha costado dinero. Bastante. No lo he calculado. Pero probablemente tres o cuatro millones de dólares fácilmente”. El antiguo espía explica que el dinero que se llevó Roldán de comisiones de obras de las reformas de los cuarteles de la Guardia Civil y de fondos reservados ascendía a unos 16 millones de dólares de la época y se encontraba en un “banco amigo” de Suiza. Eso sí, asegura que buena parte de ese dinero volvió a España en pesetas y en maletas a medida que lo iba pidiendo la mujer del exdirigente socialista.

Según la versión de Paesa, la entrega de Luis Roldán se pactó con el Ministerio del Interior, que dirigía entonces Juan Alberto Belloch. El vuelo a Laos en el que viajaba el exdirector de la Guardia Civil en un avión privado, que dice el exespía que pagó él, hizo escala en Bangkok y allí fue detenido en febrero de 1995. “Tengo la pena de que a Roldán se le trató contrariamente a lo que se había acordado”, dice en referencia a cómo se llevó a cabo el arresto, ya que según su versión iba a ser de forma discreta y se rebajarían los cargos. “Es un señor que hizo lo que han hecho muchos de ellos, por no decir todos”, añade.

La otra razón por la que, dice, decidió irse de España fue el juicio al general de la Guardia Civil, Enrique Rodríguez Galindo, por el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala en el año 2000: “No lo soporté. Era el tío más condecorado de España y lo condenaron por un etarra”. También afirma que él nunca tuvo ninguna implicación en los GAL, que él limita a los expolicías José Amedo y Michel Domínguez, porque para tenerla “había que estar loco”.

falsa MUERTE Sobre su presunto fallecimiento y la publicación de la esquela en el periódico, Francisco Paesa cuenta que él no tuvo nada que ver y que fue “coincidencia”. Según su versión, estaba en una misión antiterrorista en Tailandia y el equipo de vigilancia del que formaba parte fue víctima de un “bombardeo amigo”, fruto de un “fallo de puntería” de Estados Unidos. El exespía explica que resultó herido en la detonación, así que le metieron en una ambulancia y lo trasladaron a un barco. “Y ahí desaparecí. Yo no supe nunca en qué barco estaba. Jamás me lo han dicho. Estuve casi seis meses en coma y sin conocimiento”, relata.

Así, resalta que su familia pensó que había fallecido y por eso su hermana publicó la esquela. A la pregunta de si le venía mejor estar muerto a los ojos de España, Paesa responde que le “daba igual”: “Ah, ¿que estoy muerto? Bueno, pues estoy muerto, ¿y qué?”. - N.G.