pocos meses antes de abandonar este mundo en 2015 aquel antifascista asturiano de nombre Felipe y apellido Matarranz fue taxativo, como lo era siempre: “Yo repito, soy soldado republicano y había quienes nos veían como héroes. Y nos lo siguen diciendo. Ya te digo yo quiénes fueron los héroes de la clandestinidad: ¡Las mujeres! No lo dice nadie. Y ellas se jugaban la vida, además, de hacer lumbre para nosotros, comida, lavar la ropa? Además, les torturaban, incluso violaban. Algunos maridos no han llegado a saber que su mujer fue violada y a mí me lo han confesado”, enfatizaba.
Aquellas mujeres son hoy domingo las protagonistas del Día de la Resistencia de Intxorta en Elgeta. Un total de 39 recibirán el máximo reconocimiento gracias a la apuesta por la memoria colectiva de Intxorta Kultur Elkartea en un acto que dará comienzo a las 13.00 horas.
El colectivo memorialista hace hincapié en que quiere conocer a más mujeres que fueron resistentes y represaliadas durante la Guerra Civil y el franquismo. A muchas de las que hoy se va a aplaudir, abrazar y besar en Elgeta, el fotógrafo vascochileno Mauro Saravia ha retratado en los últimos tiempos. Este vizcaino está de actualidad porque la exposición Azken Batailoa de los últimos combatientes del Eusko Gudarostea que se exhibió en las Juntas Generales de Bilbao, ahora puede visitarse hasta el día 29 en Elgeta. Ramón Garai, miembro de Intxorta 1937 hace “un llamamiento a más mujeres resistentes y represaliadas, para sacarles fotos y entrevistarles”. Y añade que su idea es darle continuidad al homenaje de este año con una exposición en 2017, como la de gudaris pero solo de mujeres. “En especial nos gustaría poder contactar con algunas de Emakume Abertzale Batza”, anima.
Si a día de hoy los gudaris y milicianos son nonagenarios y centenarios anónimos, olvidados por instituciones y sociedad civil; aquellas mujeres, directamente, no existen. Para, tristemente, nadie.
Por ello, el acto de hoy es una fiesta y reivindicación, un toque de atención: ellas también dieron su vida en el frente, en las cárceles, en los hogares. “Muchas veces se habla del papel de la mujer en la guerra refiriéndonos -valora Eztizen Miranda-, a esas mujeres con nombre propio que empuñaron el fusil, o se dedicaron a la política, al periodismo incluso; una labor importantísima, sin duda. Ahora, tampoco hay que olvidar el trabajo diario de todas esas mujeres anónimas que siguieron luchando tanto en la guerra como en la postguerra por sacar a sus familias adelante, trabajando dentro y fuera de casa, tratando de cubrir la falta de los desaparecidos”, analiza la investigadora e integrante de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
Hoy se recordará que Elgeta fue símbolo de resistencia en los Intxortas, frente a las tropas golpistas comandadas por Mola, García Valiño, Alonso Vega y el fascismo internacional, cuya fuerza era infinitamente superior pero que aún así los fascistas sufrieron derrotas como la del 20 y el 23 de abril de 1937. Se cumplen 79 años desde que las fuerzas de esa resistencia se vieron obligadas a abandonar las trincheras para no quedar copadas. El día anterior, Elorrio había sido ocupado por los golpistas.
Julia Monge, componente de Intxorta 1937, trasmite que fueron 48 horas de “carta blanca” que los militares genocidas dieron a sus tropas, portaron el terror fascista a Elgeta, cuya población se vio salvajemente afectada, incluyendo la violación de mujeres como “botín de guerra”, valora Monge y recuerda que con el homenaje pretenden “visualizar la realidad de las mujeres en diferentes y múltiples ámbitos: directamente como milicianas, o bien en servicios auxiliares, enfermeras en la retaguardia, haciendo trincheras, encarceladas, fusiladas, muertas en el frente o en bombardeos, heridas, reporteras, exiliadas, deportadas, rapadas, víctimas de violación?”
En la jornada también tomará parte Eduardo González, de Sare Antifaxista. “Desde ya las primeras horas, y tras el alzamiento militar fascista del 18 de julio de 1936, las mujeres se implicaron en la defensa de la legalidad democrática vigente y contra el fascismo”, enfatiza. Y va más allá: “Desde las organizaciones políticas y sindicales, en las fábricas, cogiendo un fusil, en el baserri,... ahí estaban estas heroicas mujeres. Años después sufrirían penurias, serían perseguidas, señaladas, encarceladas, peregrinarían de cárcel en cárcel siguiendo a sus compañeros y familiares.... Nunca las olvidaremos y siempre tendremos una deuda con ellas. Memoria, dignidad y lucha”.
En los últimos meses, el fotógrafo Mauro Saravia ha retratado a algunas de estas mujeres. “Sobre la experiencia que me ha tocado de fotografiar a mujeres y hombres relacionados con la Guerra Civil y posterior dictadura, destaco que los hombres son un poco más complicados a la hora de retratar. Creo que lo ven como un mero trámite y muchas veces ocultan sus emociones o se avergüenzan. En cambio las mujeres tienen una sensibilidad al retrato distinta, enfrentan mejor la cámara, las instrucciones las entienden rápidamente, creo definitivamente que técnica y compositivamente el trabajo de las mujeres está mejor logrado. Ellas han ayudado mucho a eso”, agradece y estima que referente a las experiencias de vida que le ha tocado investigar, “lamentablemente siempre hablamos de lo mal que lo pasaron los hombres, que no fue menor, pero nos olvidamos de las mujeres, que fueron quienes soportaron y corporalizaron la represión y la lucha”.
Homenaje Pilar, Teresa, Felisa, Trini, Amaia?, hasta 39 mujeres que simbolizan a miles serán homenajeadas, ellas y familiares de quienes ya no están, recibirán hoy la obra Egiaren iturria, del artista Iñigo Arregi. El acto de entrega será a la una del mediodía en la plaza de Elgeta, después de la recreación popular de los combates de abril. “Nos gustaría compartir este reconocimiento, así como los diferentes actos que tendrán lugar los días 23 y 24 en Elgeta, con todas aquellas personas que siguen luchando por la verdad, por la justicia, por la reparación, por las garantías de no repetición y por una sociedad en la que las mujeres seamos realmente libres”, concluye Julia Monge.