Navarra vota cambio y sitúa a Uxue Barkos como su líder
Geroa Bai incrementa sus apoyos en un 25% y UPN pierde 20.000 votos y cuatro parlamentarios
pamplona - Navarra pide cambio. Ahora comienza el tiempo de la responsabilidad y el pragmatismo para configurar un Gobierno estable y coherente bajo la presidencia de Uxue Barkos, a la que los electores han situado como líder del Ejecutivo de la regeneración al consolidar a Geroa Bai como segunda fuerza parlamentaria, con 9 escaños.
La conjunción de los partidos que han basado su campaña en la idea-fuerza del cambio, aun con sus matices, alcanza los 33 escaños, 7 más que los 26 que confieren la mayoría absoluta. Geroa Bai, Podemos e I-E suman 18, los que pueden considerarse fijos al margen de cómo se articule el próximo Gobierno. Habida cuenta de que el PSN ha vetado a EH Bildu como integrante del Gabinete y de que sus parlamentarios resultan esenciales para la investidura de Barkos, está por ver si los socialistas modulan esa premisa en aras a la materialización del cambio o si la fuerza encarnada en Adolfo Araiz acepta apoyar ese Ejecutivo desde fuera en un ejercicio máximo de generosidad para no dinamitar el sorpasso en la Diputación.
En el otro extremo del cuadro, UPN, que ha perdido la friolera de 21.000 votos respecto a los comicios de 2011, reactivará hoy mismo los contactos con el PSOE para volver a persuadirle de que le mantenga en el poder, como ha sucedido desde que se lo entregó en 1996 al arrumbar aquel tripartito con motivo de la publicación de la cuenta suiza de Javier Otano. Sin embargo, la coyuntura complica tremendamente la operación, en tanto que a la confluencia sociorregionalista habría que añadir al PP y a Ciudadanos. Como se recordará, el mismísimo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, descartó tanto a EH Bildu como al PP para articular gobiernos.
La fragmentación del panorama electoral, con la incertidumbre que conlleva, deberá traducirse en una fórmula de gobierno factibl.
Mayoría más minoritaria En lo que atañe al análisis por siglas, se da la formidable paradoja de que, aun en su condición de lista más votada, UPN es el gran damnificado de la noche. La merma de escaños se daba por descontada si bien no hasta el extremo de perder el suelo de los 15 parlamentarios, así que Javier Esparza quedó ayer mismo sometido a la ácida censura de los incondicionales de Barcina, que ya trabajan para dificultar el acceso del candidato a la presidencia del partido.
La noche también resultó esquiva para el PSN, que se queda en 44.500 sufragios, cuando en 2011 fueron 51.238, por 74.000 largos en 2007 y por ejemplo más de 91.000 en 1991. Semejante devaluación electoral tiene su fundamento en la cohabitación pretérita con UPN, una circunstancia que habría de pesar en el corto plazo para las decisiones que pueda adoptar el socialismo navarro en los ámbitos interno y externo.
En el polo opuesto, Geroa Bai ha incorporado 10.000 votantes a los 42.145 de las elecciones generales de 2011, el marco de referencia tras la reubicación de Aralar. Este hito responde obviamente al tirón de Barkos, un predicamento que obedece a su nítido perfil presidenciable.
Con la misma comparativa con las generales de hace cuatro años, EH Bildu se ha dejado 2.000 sufragios respecto a los 49.100 conseguidos con la marca Amaiur. Ese resultado ha reavivado la crítica de quienes apostaron por la parlamentaria Bakartxo Ruiz como candidata. Sin embargo, la autoritas de Araiz, un hombre posibilista y buen conocedor del entramado institucional de Navarra, se antoja clave en estos momentos.
Podemos irrumpe en el Legislativo foral con 7 escaños, un resultado meritorio pese a los 18 que le auguró el fútil Navarrómetro de 2014 y casi homologable al que supuso el estreno CDN en 1995, entonces por la escisión del regionalismo.
Peor le ha ido al PP, que pierde la mitad de su representación, al quedarse en dos actas y sin el grupo parlamentario propio, con la penuria añadida de que sale del consistorio pamplonés. Lógicamente, le ha lastrado tanto su enconamiento interno, como la financiación irregular de la dirección nacional.
Dos escaños preserva I-E de sus tres vigentes, un guarismo más que digno habida cuenta de la potencia emergente de Podemos, cuando las encuestas le vaticinaban dificultades para hollar el 3% que da acceso al Parlamento. Límite al que finalmente no arribó Ciudadanos (2,95% al 94% escrutinio), como tampoco al 5% requerido en Pamplona.