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"Emprendimos el camino hacia el horizonte de la dignidad humana"

Un emotivo acto de despedida cierra los 28 años de andadura de Gesto por la Paz La coordinadora celebra su última cita en la Plaza Circular de Bilbao, mismo lugar de su primera aparición

"Emprendimos el camino hacia el horizonte de la dignidad humana"Juan Lazkano

BILBAO. Tras 28 años de inquebrantable lucha silenciosa contra la violencia de ETA, Gesto por la Paz bajó ayer la persiana en el mismo escenario donde arrancó su andadura, en la Plaza Circular de Bilbao. La coordinadora se despidió mostrando "dichosa" su "orgullo" por haber formado parte de "un grupo de gente que supo levantarse de la postración ética que sufría nuestra sociedad para emprender el camino hacia el horizonte de la dignidad humana" y agradeció a quienes propiciaron que se erigiera en el "clamor mayoritario de los que queríamos vivir en paz y libertad, incluso aunque nuestros proyectos políticos tuvieran diferencias antagónicas".

Gesto estuvo arropado en su adiós por centenares de ciudadanos y una amplia representación del arco político -encabezada por el lehendakari, Iñigo Urkullu- y de los sindicatos. Entre otros, asistieron, por el PNV, Nekane Alonso y Lorea Bilbao; del PSE, Patxi López, Idoia Mendia y José Antonio Pastor; Leopoldo Barreda y Nerea Llanos por el PP; Gorka Maneiro (UPyD); José Navas y Javier Madrazo (EB); así como Alberto Unamunzaga e Iñaki Ezkurra, visibilizando a EA ante la ausencia de Sortu. Tampoco faltó el coordinador de atención a víctimas del Gobierno Vasco, Txema Urkijo, mientras que miembros de Gesto portaron una pancarta con el lema Hay futuro. Geurea da.

El ararteko, Iñigo Lamarca, destacó el tremendo plus que la coordinadora ha aportado al fin de la actividad terrorista, que sin el trabajo del colectivo "quizás habría llegado pero más tarde, y de una manera más desfavorable para la paz y la convivencia, y para la dignidad de la sociedad vasca". Defendió asimismo que, pese a su disolución, lo positivo sería que perviviese en el tiempo "el testimonio" de Gesto por la Paz y su "valentía y coraje a favor de los derechos más fundamentales". De este modo, avisó de que, aunque "su semilla ha dado sus frutos, hay que seguir sembrando" porque queda "mucho por hacer" hasta que "el 100% de los ciudadanos asuman los valores que ha defendido Gesto y escribamos la historia como merece ser escrita".

Iñaki García Arrizabalaga, cuyo padre fue asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, no dudó en agradecer a la coordinadora que haya sido sido "una muleta moral" para las víctimas que "creemos en la normalización de la convivencia y que afirmamos que el odio no es cimiento para nada nuevo, una muleta moral" en la que han podido apoyarse cuando "más falta hacía".

En este contexto, consideró que "los que tenemos cierta edad tenemos la responsabilidad de explicarles a nuestros hijos sin odio ni rencor lo que pasó, la historia de lo que nos ha tocado vivir, una responsabilidad que se extiende a liberarles de esta pesada carga que nos ha tocado llevar para que crezcan y sean libres". Intervino igualmente Mikel Mancisidor, en representación del ámbito asociativo y director de Unesco Etxea, enjuiciando que Euskadi es hoy "más digna" gracias al trabajo de Gesto.

el último manifiesto Los portavoces de Gesto por la Paz dieron lectura, en euskera y en castellano, a su último manifiesto para decir adiós "a una de las experiencias que más estimamos de nuestras vidas" en el día que "más deseamos desde el principio". Seguros de que, "como ciudadanos de a pie, hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para hacer frente al fenómeno de la violencia y a sus indeseables efectos", resaltaron que "el prisma de los derechos humanos y los principios democráticos ha sido nuestra única herramienta, la que nos ha permitido construir una voz propia llena de luz, sensibilidad y matices". Plantearon que Gesto por la Paz siempre ha plasmado "actitudes y pensamientos que pudieran servir para compartir los mínimos éticos de la convivencia", desde "la infinita solidaridad con las víctimas, que encarnan el ataque que iba dirigido contra todos nosotros", hasta la exigencia para que el Estado de Derecho fuera "escrupuloso en su respuesta ante el terror".

"Y, aunque, tal vez, aún, resulte inaccesible para quienes lo ven todo desde el cálculo partidista, esa voz forma parte, ya, de los significados más luminosos que cimentarán el futuro de nuestra sociedad. Poder decir adiós con este esplendor en la conciencia constituye la parte jubilosa de nuestra celebración", constataron, matizando que se van como llegaron, "siendo ciudadanos absolutamente anónimos, absolutamente plurales y absolutamente libres".

"Hoy, al despedirnos, regresaremos a nuestras casas de una forma diferente. Pero, ya desde ese mismo instante, la memoria estará susurrándonos al oído nuestra experiencia en Gesto por la Paz. Y ese susurro es el que quedará vivo más allá de nosotros mismos, como parte de todos los futuros que busquen el progreso en la convivencia humana", concluyó el manifiesto, que provocó un prolongado aplauso por parte de los asistentes.

El epílogo fue un minuto de silencio, el rasgo identificativo de Gesto, en memoria de las víctimas de la violencia que "siempre fueron la razón de ser fundamental de nuestra actividad". Y cientos de globos al aire con forma de paloma, como su anagrama, esa que "se asoma a la ventana de Euskal Herria con ganas de volar". Si el 25 de noviembre de 1985 nació Gesto por la Paz de forma anónima, sin repercusión mediática, escaso respaldo ciudadano y acogida con recelo por los partidos, y tras el asesinato de cuatro personas en 24 horas a manos de ETA; la coordinadora se marchó ayer bajo un clamor de afectuosidad, felicitación y agradecimiento, y la esperanza de que nunca jamás tenga que volver a ponerse en pie.