Catalunya enfila la Diada más independentista
El Govern quiere que sea una jornada de "afirmación nacionaL"Celebrará su fiesta nacional en pleno debate sobre el pacto fiscal mientras crece el desapego a España
barcelona. Catalunya atraviesa por uno de sus momentos más críticos. Agobiado por sus dificultades de financiación, el territorio se ha visto obligado a pedir el rescate al Gobierno español, que aún no ha terminado de perfilar el mecanismo y que se ha visto obligado a conceder anticipos al Govern como solución transitoria para aliviar la situación de sus arcas. Buena parte de la sociedad catalana se muestra crítica ante un Ejecutivo estatal al que considera incapaz de articular vías eficaces de financiación, máxime cuando ha asumido que es Madrid quien ha empujado a Catalunya a su crisis de deuda: lamenta que se haya negado a pactar un nuevo sistema de financiación -el Govern ha asegurado recurrentemente que aporta más al Estado de lo que recibe-, y que se haya retrasado a la hora de cumplir los compromisos estatutarios. En ese caldo de cultivo, y un día después de que un municipio catalán proclamara su independencia, el Govern presentó ayer el programa para una Diada en la que sobrevolará más que nunca el sentimiento secesionista.
El portavoz del Ejecutivo Francesc Homs y el vicepresidente primero del Parlament Lluís María Corominas fueron los encargados de avanzar las claves de la fiesta nacional del territorio. Tendrá lugar el próximo martes en unas circunstancias que, según consideraron, propiciarán que la de este año no sea una Diada "cualquiera". Según explicaron, el propósito pasa por que este 11 de septiembre se convierta en una jornada de afirmación nacional que muestre dentro y fuera "qué es Catalunya".
"Nos observará mucha gente desde fuera. Tenemos que aprovechar este escaparate que tendremos en todas partes para demostrar lo que somos, pensamos, manifestamos, y cómo nos afirmamos como nación y país", detalló Homs, que apeló a las formas democráticas y pacíficas como la mejor vía para demostrar la "firmeza" de los planteamientos de los catalanes.
La Diada llega después de que Sant Pere de Torelló haya declarado su independencia y haya animado al Parlament a que proclame la de Catalunya en un plazo de dos meses -también lo ha pedido Calldetenes, y se prevé que lo hagan Arenys de Munt y La Bisbal del Penedès-; y llega en pleno debate sobre el pacto fiscal, que busca implantar un sistema similar al Concierto de la CAV y Nafarroa. El legislativo catalán dio luz verde al proyecto, pero ha chocado con las críticas de PP y PSOE, exponiéndose a un veto similar al que padeció el Estatut en el Constitucional. Tampoco las encuestas han permanecido ajenas a la evolución del sentimiento independentista, que ha triunfó por primera vez -con un 51,1%- en una encuesta oficial de la Generalitat en junio.
manifestación Aunque Artur Mas abanderara el proyecto y apostara por reivindicarlo en la Diada -no sin desatar cierta polémica entre los sectores más independentistas-, no acudirá a la manifestación prevista para ese día y se limitará a los actos institucionales, en un gesto que ha sido interpretado como un intento de no soliviantar a Madrid a las puertas de la negociación sobre los términos del rescate. La presidenta de la Asamblea Nacional Catalana Carme Forcadell, responsable de la marcha, avisó ayer de que le pedirán un paso adelante por la independencia, y le reclamaron que reciba a una delegación de la asociación. Los convocantes marcharán bajo el lema Catalunya, nuevo Estado de Europa.
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