"Es muy preocupante la desinformación de buena parte de la sociedad española"
Invitado por Ikastolen Elkartea, Federico Mayor Zaragoza (Barcelona, 1934) abordó este martes en la Casa de la Paz donostiarra dentro de las jornadas 'Pedagogía para un nuevo modelo de convivencia' los retos a los que se enfrenta Euskadi tras el cese de la violencia de ETA
¿Percibe que el final de la violencia es definitivo?
Sí, estoy convencido de que es una nueva etapa. Marca una época que será muy buena no solo porque habrá esta convivencia para lo cual son estas jornadas pedagógicas, sino que habrá nuevos objetivos políticos, de economía, de medioambiente Quizá porque haya tenido más momentos amargos, pero veo más madurez de la sociedad vasca. Lo decía el Nobel Ilya Prigogine, "la creatividad es proporcional a la tensión humana". Quizá por eso, aquí hay referencias que otros no tienen.
¿Ve cambios en la sociedad vasca?
Sí. Desde el que tiene que ver con la educación hasta la nueva concepción en el contexto mundial, europeo, también español pero sobre todo europeo de lo que podemos llamar el Nuevo Desarrollo. Las fórmulas que había han caído, estamos en una crisis sistémica y noto aquí una manera de ver las cosas más original. Más teniendo en cuenta la realidad y la inadmisibilidad de que sean los mercados los que nombren gobiernos. Observo una reacción más fuerte de la ciudadanía aquí que fuera.
¿En qué se debe basar la educación para la paz?
En unos principios que tenían que haber estado vigentes y ahora tienen que serlo para unos y para otros, de todas las edades. La educación hace que cada persona pase a ser dueña de su destino, que exprese lo que piensa. Esto ha sido muy difícil, y no solo en Euskadi, porque el poder ha sido masculino y los ciudadanos han sido súbditos. Por primera vez ahora, por eso digo que vivimos momentos fascinantes, especialmente en Euskadi, el ciudadano pasa a ser libre y responsable. Esta irrupción ciudadana traerá cambios que, incluso con herramientas no presenciales, en tres o cuatro años darán un vuelco a la estructura de la democracia.
Denuncia que hay partidos políticos "muy sesgados". ¿Le preocupa?
Digo que se expresan a través de medios de comunicación que transmiten una descripción de lo que sucede que no tiene nada que ver con la realidad. Como científico y ciudadano no lo puedo aceptar. Un periodista, usted lo sabe muy bien, puede escribir la opinión que quiera bajo su firma. Cuando describe lo que ha sucedido, tiene que describir lo que ha sucedido. Es muy preocupante la desinformación de buena parte de la sociedad española que ve unos canales que no dicen nada que sea verdad o que leen unos periódicos que no tienen nada que ver con lo acaecido.
En el caso vasco, ¿diferencia entre los editados en Euskadi y en Madrid?
Sí, me fío más de los de aquí, porque están más cerca de la realidad y lo han vivido mejor y, sobre todo, de aquellos que tengan la valentía de decir lo que sucede. La realidad la podemos transformar a fondo si la conocemos en profundidad. Si el conocimiento es epidérmico, la transformación será superficial. Hay que atreverse a decir las cosas tal y como son y podemos ver los enfoques de los problemas que puede haber para transformar la realidad, pero que nadie se engañe. Si solo tengo un diagnóstico que no me da una visión correcta de lo que sucede, no puedo curar ni prevenir.
¿Hay reconciliación sin relato?
La reconciliación se está produciendo, pero tiene razón: llegará a ser auténtica y completa en el momento en el que los relatos puedan armonizarse. Nunca serán iguales, porque junto a la descripción, hay emoción y sentimiento. Nunca podemos pensar que sea un tejido común exacto, pero sí con puntos de encaje. El camino iniciado no tiene vuelta atrás y quizá nos llevemos la sorpresa de que sea más rápido de lo que muchos se imaginan.
Lo deseable será que ese "tejido común" sea lo más rápido posible.
No soy partidario de tener excesiva referencia a remordimientos que no nos corresponden. Un niño no tiene que tener nunca nada que ver con lo que ha hecho su padre ni viceversa. Aconsejaría que, sabiendo cada uno la culpa y la participación que ha tenido, se fuera muy expedito en no cargar a la generación actual los fardos que tienen que llevar solo algunos de la generación precedente. La solidaridad intergeneracional es esencial y debe aplicarse en Euskadi. No tenemos por qué tener ninguna adherencia o cortapisa que no pertenezca a esta generación.
Las víctimas de ETA han estado más visibles que las denominadas 'otras víctimas'. ¿Ve oportuno el camino de reconocimiento iniciado?
La Justicia tiene que ser para todos, para unos y para otros. Desde un punto de vista cuantitativo y comparativo, en estos momentos no hay capacidad de homologación. Pero, haya sido quien haya sido, del lado que sea, quien ha transgredido la ley debe someterse a la Justicia. Y, además, a una Justicia de leyes justas. No hablo de un estado de derecho, porque hay veces que las leyes no son justas. Me refiero a la Justicia. Quisiera que lo sucedido en Euskadi sirva para que queramos una Justicia más diáfana, rápida y concluyente.
¿Aboga por la flexibilización de la política penitenciaria?
Sí. He estado en algunos procesos de paz y sé que la paz es una paz armada. Al principio, lo único que hay es la declaración de que no se van a utilizar las armas. Para que se produzca la paz desarmada y la disolución, es necesario que haya correspondencias, que se tienen que aplicar sobre todo a los familiares de las personas presas, que quieren a sus familiares cerca. Esa serie de gestos debe tener la correspondencia del otro lado, como por ejemplo, la clarísima manifestación de que se deplora y se condena lo que se ha hecho utilizando la violencia extrema.
¿El PP ha tomado el pulso a esta cuestión de manera razonable?
"Todos tenemos que esbozar una sonrisa y saberla mantener porque Euskadi ha entrado en una nueva era"
Es muy pronto para valorarlo. Lo que recomendaría desde mi experiencia es que se dieran cuenta de que todos tenemos que esbozar una sonrisa y saberla mantener porque Euskadi, por fortuna, ha entrado en una nueva era. Todos tenemos que ayudar a recorrer este camino y aquellos que siguen empeñados en poner trabas tienen que darse cuenta de que esto retrasaría indebidamente un proceso que, insisto, va a dar al País Vasco una nueva era.
¿Hay paz sin reconciliación?
Sí, porque cuando no hay libertad, hay paz pero no reconciliación. En un sistema democrático, la paz implica reconciliación. Cada uno puede decir lo que quiera, pero para que haya reconciliación, tiene que haber unos gestos de querer actuar en el futuro de manera distinta a como se ha hecho en el pasado. En la Cultura de Paz decimos que reconciliación es pasar de la fuerza al encuentro, al diálogo y la conciliación. Son tres. Primero las partes tienen que encontrarse, después tienen que hablar y al final, reconciliarse.
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