"Se está agrietando la postura de búnker total en el discurso del Partido Popular"
Maribi Ugarteburu, portavoz de la izquierda abertzale, no tiene ninguna duda de que la decisión de ETA es irreversible. Y, en medio de las declaraciones cruzadas, considera que el Partido Popular acabará por variar su rumbo. De hecho, ya aprecia grietas en en su discurso
Pasados tres meses desde el anuncio de ETA y tras el cambio en el Gobierno español, ¿en qué situación se encuentra el proceso de pacificación y normalización?
Sin lugar a dudas estamos en un tiempo nuevo. Tenemos un escenario que no se contemplaba en los últimos 50 años. Hay unos marcadores con un calado muy profundo, en primer lugar debido al anuncio del cese definitivo de ETA, que ha sido avalado por los verificadores. Esta decisión de ETA, y la postura de la izquierda abertzale de apostar por una estrategia de trabajo político, han dado un viraje al panorama político del país. Y por encima de las siglas, cada vez más personas de este país nos estamos poniendo de acuerdo en una cuestión que es fundamental: que la resolución del conflicto político debe darse en clave dialogada.
La Comisión de Verificación aseguró que ETA no tiene intención de volver a atentar. ¿Es irreversible la decisión del pasado 20 de octubre?
En el ámbito vasco, todos los sondeos señalan que casi el cien por cien de los ciudadanos da por definitivo el cese de ETA. Otra cosa es la opinión pública española, donde hay que tener en cuenta el búnker mediático de la ultraderecha, que sigue con su runrún. La Comisión Internacional de Verificación vino a Euskadi con un informe en el que la dirección de ETA, y en representación de toda la organización, constataba ese cese definitivo de su actividad. No hay vuelta atrás y todo lo demás, a estas alturas de la película, son milongas. Hay gente que parece que echa de menos otros escenarios de confrontación y de dolor.
Los verificadores recomendaban que los miembros de ETA no fueran armados...
No tengo ninguna duda de que esto originará una reflexión por parte de ETA respecto a ese tema. También da pena que los medios de comunicación hayan puesto el acento en este asunto, que no niego que sea importante, pero lo primordial era que los verificadores consideraban la decisión de ETA como irreversible y, además, del conjunto de toda la organización, sin que haya nadie dispuesto a emprender otro camino.
Días después de la detención de tres presuntos miembros de ETA cerca de París, se produjeron hechos de kale borroka en Bilbao. ¿No era también una página ya cerrada?
Creo que fue un hecho puntual. ¿Puede volver a suceder? No sé, pero desde la izquierda abertzale lo que tenemos claro es que estos actos suponen justo la vía contraria a la que estamos promoviendo, que es la confrontación única y exclusivamente política. La kale borroka no casa con la estrategia de la izquierda abertzale.
Alberto Spektorowski, miembro del Grupo Internacional de Contacto, reprochaba que Rodríguez Zapatero no hubiera dado pasos antes de dejar La Moncloa.
No sé lo que le faltó. Quizá coraje. Es cierto que le quedaba muy poco tiempo tras el anuncio de ETA, pero sí para dar algún paso sin modificar para ello la legalidad ordinaria. Por ejemplo, en lo referente a los presos. Con la legalidad en la mano podrían estar mañana mismo en la calle más de 200 presos, aquellos que han cumplido tres cuartas partes, los que están enfermos y los que llevan años en situación preventiva sin haber sido juzgados. Y luego está el tema de la dispersión. Se puede acercar a todos los presos a Euskal Herria. ¿Lo podía haber hecho Zapatero? Sí, pero no lo hizo.
Ahora estamos con un Gobierno del Partido Popular que tampoco está dando pasos.
Lo cierto es que todavía se está instalando, pero está entrando como una apisonadora, que en el ámbito político se traduce, sin embargo, en un inmovilismo. Se tendrá que terminar moviendo. El PP se está quedando solo, tanto aquí como a nivel internacional, y como ejemplo tenemos la decisión de la Asamblea Nacional francesa, donde, a propuesta del derechista UMP, se aprobó el acercamiento de presos a sus lugares de origen.
¿Cómo valora que el ministro del Interior diga que serán generosos y que el ministro de Justicia hable de cadenas perpetuas?
Quizá están en una situación esquizofrénica. Lo que nos toca es interpelarles una y otra vez en lo referente a la política penitenciaria así como a las ilegalizaciones. Y no es solo la izquierda abertzale quien lo hace. Esa voz es también del PNV y del PSE.
¿Han mantenido ustedes algún contacto con el PP?
Desafortunadamente, aún no. Estamos apelando al diálogo y, una vez tras otra, a que cambien.
¿Han pedido ustedes directamente una reunión con los 'populares'?
Nuestra disposición a hablar la ponemos encima de la mesa día sí, día también. Ellos lo saben, pero por el momento nos encontramos con su cerrazón. También es verdad que creemos que se está agrietando esa postura de búnker total en su discurso. La multiplicidad de voces que les reclama un cambio hace que aparezcan pequeñas fisuras en su discurso, no en la praxis.
Gallardón ha resaltado la importancia de las víctimas y la necesidad de pedir perdón. ¿Le cuesta a la izquierda abertzale pedir perdón?
Este es el tema más delicado: las víctimas que ha dejado el conflicto. No entiendo cómo lo pueden llevar casi a un cariz religioso, hablando de perdón y de acto de contrición. La izquierda abertzale aborda este tema y lo seguirá abordando, y daremos pasos. Hay que situar el asunto de las víctimas en el carril de soluciones. Reconocimiento de todas las víctimas y, en ese reconocimiento, entra la responsabilidad que haya tenido cada uno: ETA, la izquierda abertzale, los diferentes agentes políticos, gobiernos... Nadie nos libramos de esa responsabilidad. Hay que reparar a todas esas víctimas en su totalidad y, por último, que es lo más importante, debemos buscar la garantía de que no se vuelvan a producir nunca más en este país.
Perdón por la expresión, pero eso es englobar a todas las víctimas en un mismo saco.
La izquierda abertzale asume su cuota de responsabilidad, pero otros agentes políticos no lo hacen en esa totalidad de sufrimiento. No tenemos ningún complejo en hacer un ejercicio de autocrítica y se va a ver, se va a visualizar. Pero insisto: hay que abordar el tema en su globalidad y siempre en clave de solución.
El ministro del Interior aseguró que los presos pueden solicitar los beneficios penitenciarios de forma individual. ¿Por qué no solicitan de forma individual esos beneficios?
Las medidas de excepción se aplican de forma colectiva. La dispersión, ¿cómo se aplica? Se aplica de forma colectiva. ¿Y qué sucede con la llamada doctrina Parot? Se aplica de forma colectiva a los presos vascos. Lo que pedimos es que el Gobierno español, al igual que el francés, se sienten en una mesa para buscar soluciones de forma ordenada. Además, hace poco los presos pidieron de forma individual, cada uno hizo su petición, para que les trasladaran a cárceles de nuestro país. Esas peticiones, que fueron individuales, tampoco han tenido ninguna respuesta.
¿Qué opinión le merece la actitud mantenida por el colectivo de presos recluidos en Langraitz?, ¿la izquierda abertzale les ha negado su cobertura política?
Nosotros no estamos para dar cobertura política a nadie. No vamos a entrar en polémicas desde el respeto a estas personas que son presos políticos y que llevan muchos años ahí. Lo que está claro es que más allá de Langraitz u Orense, a este problema hay que darle una solución global.
El PNV apuesta por un nuevo estatus político en 2015. ¿Coincidirían con ellos en esa estrategia?
Desde la izquierda abertzale no conocemos el contenido de esa propuesta política, porque no lo han compartido con el resto de agentes, que yo espero que lo hagan. Además, diría que, por lo que se vislumbra, encaja en el marco actual de las tres provincias y del Estatuto. Una especie de Amejoramiento. Eso es lo que creemos entender porque, repito, no conocemos la propuesta. La nuestra va más allá y está, sorprendentemente, en lo expuesto el otro día por Eguiguren.
¿Siente envidia de que en Escocia vayan a decidir su futuro en las urnas?
Es interesante lo que va a suceder en Escocia, en el corazón del Reino Unido, un Estado clave en la Europa actual. En ese corazón se está dando en clave democrática un ejercicio de libre determinación, respetado tanto por el Gobierno británico como por la parte escocesa. Los escoceses van a poder decidir con toda normalidad su futuro. Además de darnos mucha envidia, se demuestra que en esta Europa, y pese a quien pese, los mapas no son inamovibles. Escocia será independiente, si no lo es en 2014, en 2016 o en 2020. Y, si decidieran no serlo, la postura adoptada sería igual de respetable, porque hay que recordar que los escoceses van a disfrutar del ejercicio de elección, que es el que nos están negando a nosotros.
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