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Emotivo adiós a Juan Mari Bandrés

CIENTOS DE PERSONAS DESPIDEN AL FUNDADOR DE EUSKADIKO EZKERRAEl lehendakari y el ministro Jáuregui, entre otros, asistieron al funeral

Emotivo adiós a Juan Mari BandrésFoto: JAVI COLMENERO

DONOSTIA. Cientos de personas, entre ellas el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, y el lehendakari, Patxi López, abarrotaron ayer la iglesia de San Vicente de Donostia, donde se oficiaron los funerales del político y abogado vasco Juan Mari Bandrés, fundado de Euskadiko Ezkerra y una de las figuras clave durante la Transición en el País Vasco.

La parroquia, situada en el corazón de la Parte Vieja donostiarra, se quedó pequeña para albergar a los amigos, compañeros y allegados de Bandrés, que quisieron acompañar a su familia en esta ceremonia religiosa.

Además de Jáuregui y López, a las honras fúnebres, oficiadas por el párroco Félix Garitano, acudieron los consejeros del Gobierno Vasco Rodolfo Ares (Interior), Gemma Zabaleta (Empleo y Asuntos Sociales), Blanca Urgell (Cultura) e Iñaki Arriola (Vivienda y Transportes).

Dirigentes socialistas como Txiki Benegas, Odón Elorza, Manuel Huertas, y Ramón Etxezarreta, así como la expresidenta del PP del País Vasco, María San Gil, fueron otras personalidades que asistieron al funeral, entre las que también se encontraban Kepa Aulestia, que fue compañero de Bandrés en Euskadiko Ezkerra; el exconsejero vasco de Cultura y profesor de la Universidad del País Vasco, Joseba Arregi, y el escritor Felipe Juaristi.

Juan Mari Bandrés, fundador de Euskadiko Ezkerra y una de las figuras clave en la Transición en el País Vasco, falleció el viernes en su domicilio del barrio de Gros, en San Sebastián, a los 79 años, tras una grave enfermedad cerebral que padecía desde hace catorce años.

Su viuda, Mari Josefa Bengoechea, y sus dos hijos, Olivia y Jon, velaron durante la jornada sus restos mortales en el Tanatorio de Zorroaga de Donostia y atendieron la llegada de las numerosas personalidades y ciudadanos que se acercaron a expresarles sus condolencias.

Bandrés, cuyos restos fueron incinerados en la mañana de ayer, fue el único presidente de Euskadiko Ezkerra hasta su integración en el Partido Socialista de Euskadi en 1993, además de miembro del Consejo General Vasco (el gobierno preautonómico) y varias veces diputado, senador, parlamentario vasco y eurodiputado.

Asimismo, su concurso fue determinante para el abandono de las armas y posterior disolución de ETA pm.

Bandrés también se caracterizó por una encomiable labor en la defensa de los derechos humanos. Abogado de profesión, ejerció de defensor de los primeros presos de ETA durante el franquismo, y denunció la práctica de la tortura en las comisarías de la época.

En octubre de 1997 sufrió un derrame cerebral y tuvo una larga estancia en un hospital guipuzcoano especializado en daño cerebral, lo que prácticaente le alejó de la vida pública.

El Consejo de Ministros le concedió el viernes, día de su fallecimiento, a título póstumo la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica "por su legado como legislador y representante político de los vascos", que merece el reconocimiento de toda la sociedad.